Los árboles pueden embellecer cualquier espacio, pero su principal cualidad es su capacidad para limpiar el medio ambiente. En este sentido la jacaranda mimosifolia es uno de los especímenes que más CO2 consume. Pero su trabajo depurador no es el único punto de interés en esta especie. El azul violeta de sus flores atrapa las miradas de cualquier transeúnte. Además, es muy utilizado como árbol de alineación en calles, parques, bulevares y plazoletas, debido a la escasa agresividad de sus raíces y a la poca probabilidad de caída o desrame.
Origen y hábitat de la Jacaranda mimosifolia
Jacaranda mimosifolia es el nombre científico con el que se le conoce a esta planta, perteneciente al género de las bignoniáceas. En Guaraní, jacaranda se traduce como “madera dura”, mientras que mimosifolia hace referencia a la similitud de sus hojas con los helechos.
Este árbol de particular floración y resistencia a la contaminación crece en Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay y también en algunas partes de Argentina. Conforme la zona se haga más seca o árida, su presencia se reduce.
Con el tiempo y la mano del hombre, la jacaranda mimosifolia ha sido introducido en diversas regiones como Nueva Zelanda, Ecuador, California, Florida, Texas, México, España, Italia, Hawái, Australia, Sudáfrica y, también en las Islas Canarias y Portugal.
Partes de la Jacaranda mimosifolia
Un árbol maduro de jacaranda mimosifolia puede alcanzar una altura de hasta 15 metros en condiciones normales. No obstante, cuando su entorno es absolutamente favorable, puede crecer hasta 20 metros.
Las ramificaciones de la jacaranda mimosifolia se caracterizan por poseer una copa de casi de 6 metros de diámetro, aunque podría llegar a medir el doble. Tiene cierto parecido a una sombrilla, con forma piramidal, pero poca densidad. Su sombra es de mediana intensidad, pero reconfortante.
Las raíces de este arbusto ornamental son oblicuas, iguales y fasciculadas. Un aspecto a destacar es que no son invasoras, por lo que ante un periodo de escasez de agua, el jacaranda mimosifolia sufre considerablemente.
El tronco suele lucir algo torcido, pero alto, desnudo y tubular. Su altura oscila entre los seis y nueve metros, mientras que su corteza tiene apariencia de corcho, quebrado, con canaletas y hendiduras de poca profundidad.
Más características de la Jacaranda mimosifolia
La jacaranda mimosifolia cuenta con un follaje inerme, hojas opuestas y pinnadas, semiovaladas, que pueden ser de 20 a 60 cm, aproximadamente. Frecuentemente se ven de color verde en el haz y más claras en el revés.
La floración de la jacaranda mimosifolia es de al menos cinco centímetros de largo. Tiene forma tubular, con curvatura ligera y una mezcla de color azul y violeta. Este árbol florece dos veces al año, una vez en primavera y la segunda en otoño. A veces aparecen brotes en verano.
El fruto de la jacaranda mimosifolia parece un pequeño cartucho leñoso, como las castañas de madera. Mide hasta ocho centímetros y tiene borde ondulado. En su etapa inicial es verde, pero al madurar se torna marrón y se abre. Los frutos nacen a finales de otoño y se quedan todo el año.
Condiciones favorables
La jacaranda mimosifolia requiere suelos profundos, fértiles, arcillosos o arenosos para sobrevivir. Aunque resiste adecuadamente la presencia de cal, la de sal no la tolera por mucho tiempo. Este arbusto necesita de un clima cálido, con heladas suaves y descensos poco frecuentes de temperatura.
Se recomienda la siembra de la jacaranda mimosifolia cerca de la costa, pero a buen resguardo de los fuertes vientos característicos de esta zona. Es mejor si su ubicación no supera los cien metros sobre el nivel del mar.
cuidados de la Jacaranda mimosifolia
Para mantener a un jacaranda mimosifolia fuerte y saludable, es vital evitar las zonas con heladas, pues los árboles más jóvenes morirán rápidamente. Se recomienda regarlo constantemente, sobre todo durante la época de crecimiento, dos veces por semana en la primavera y diariamente en el verano.
Contrario a lo que se cree por su tamaño, este árbol no requiere poda para darle forma o mantenerlo. Sin embargo, no está demás retirar las partes secas, lo cual se puede hacer en cualquier temporada del año.
El abono es una parte importante para garantizar un buen desarrollo de la jacaranda mimosifolia. Hacerlo al menos dos veces al año permitirá tener una planta de tallos duros. Expertos sugieren colocarle sulfato de potasio durante su fase de crecimiento.
Otras recomendaciones
- Tome el sitio donde colocará su jacaranda mimosifolia. El terreno debe tener buena composición orgánica y drenaje adecuado, ya que el exceso de agua es perjudicial para su formación.
- Si desea sembrar un jacaranda mimosifolia tan sólo bastará con echar sus semillas directamente en el suelo, mejor si es en primavera u otoño. Éste crece rápidamente en un piso poroso, con buena sombra.
- Preste especial atención a las plagas que acechan a su jacaranda mimosifolia. Su peor enemigo es el pulgón, un insecto que ataca directamente a las flores.
- Si desea utilizar la madera del jacaranda mimosifolia, sepa que es maleable y de buena calidad. Es semidura y semipesada, de color amarillento y poco veteado. Muchos perciben que su aroma es agradable. Es muy solicitado para la albañilería, carpintería y elaboración de muebles o esculturas.
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