Cuando hacemos referencia al pomelo, es probable que nos estemos refiriendo a la fruta que solemos disfrutar, o al árbol de pomelos, también llamado pomelero. De cualquier forma, conocer en profundidad esta planta y su fruto es interesante ya que su origen es todavía una incógnita sobre las que se tejen más suposiciones que elementos certeros. El nombre científico de esta planta es Citrus paradisi y pertenece a la familia de las Rutáceas. Es decir que comparte parentesco con las naranjas y con los limones, lo cual debe ser tenido en cuenta a la hora de analizar de dónde proviene esta planta, que algunos llaman toronja.
Descripción del pomelo, sus características
El pomelo es un árbol de follaje perenne. Posee un ramaje poco denso, sin embargo, su copa es frondosa y redondeada. Puede llegar a medir hasta 6 metros de altura. Sus hojas son verdes, de forma oval y sencillas. Las hojas jóvenes presentan un color más brillante y lustroso que las más antiguas. Su pecíolo es corto y en los tallos jóvenes pueden observarse algunas espinas.
Las flores del pomelo son del tipo hermafrodita, pequeñas y de color blanco. El aroma característico es similar a los jazmines o azahares. Se agrupan en pequeños racimos en las terminales de las ramas o pueden presentarse de manera solitaria.
El popular fruto del pomelo es grande, redondo – de unos 15 centímetros de diámetro -. Cuenta con una cáscara de color amarilla o rosada, carnosa y con una serie de glándulas que exudan una suerte de aceite muy aromático. En su interior posee, aproximadamente, 14 gajos – o carpelos – separados unos de otros por una membrana que, en su interior cuenta con una pulpa muy jugosa, de sabor dulce o amargo, según la variedad de la que se trate. También el color de la pulpa es variado y puede ser, desde amarillo hasta un rojo intenso. En el interior de los gajos se encuentran las semillas que son pequeñas y blancas. La cantidad de semillas puede variar.
El origen del pomelo
Una de las características principales de la planta de pomelo es que se trata de un híbrido, es decir que es el producto del cruce entre 2 especies: el naranjo o Citrus sinensis y la cimboa o Citrus máxima. Los botánicos consideran que este cruce fue un producto fortuito del azar. Señalemos que la cimboa es una variedad de citrus muy antigua, su fruto es una especie de limón de gran tamaño que puede llegar a pesar hasta 10 kilogramos.
El origen del pomelo se reporta a la Polinesia, pero existen registros de principios del siglo XIX que mencionan su existencia en Jamaica, Bahamas y Tahití. Es una planta que crece mayormente en climas cálidos y subtropicales, por ello su cultivo se extendió rápidamente a las zonas cálidas del sur de los Estados Unidos de América, Brasil, Argentina, Israel, Grecia, España y Sudáfrica.
El cultivo del pomelo
Para el cultivo y producción del pomelo, lo más aconsejable es un clima subtropical con un nivel de precipitaciones cercana a los 1000 milímetros anuales. No obstante, esta planta puede crecer en climas menos benignos pero el ciclo de maduración de sus frutos puede prolongarse, casi el doble que en los climas subtropicales, siendo ésta una desventaja económica para su producción. Los pomelos de zonas más alejadas de los trópicos poseen cáscara más gruesa y una mayor acidez, que los hacen menos apetecibles.
A la planta de pomelo le sientan muy bien los suelos neutros, aunque tiene la capacidad de adaptarse a suelos con otro pH, esto se debe a que su cultivo se realiza sobre injertos en otros cítricos y el pomelo tomará para sí las condiciones óptimas para el cítrico que lo aloja. Los suelos con excesiva salinidad son perjudiciales para el pomelo ya que la planta presenta mayores dificultades para la absorción de las cantidades necesarias de agua.
La forma más común de reproducción del pomelo es mediante injertos. Las grandes plantaciones suelen utilizar a la naranja agria como patrón para estos injertos. Esto debido a que esta variedad de cítrico se desarrolla de manera óptima en suelos fértiles, compactos y con un pH alcalino. La multiplicación por medio de semillas no es la más aconsejable, aunque en algunos países, este método es el más desarrollado.
El cultivo del pomelo se realiza durante los meses del otoño y hasta comenzado el invierno. Cuando los frutos están maduros, deben ser recolectados, aunque se recolección tardía sirve para intensificar el sabor dulce del fruto, como contrapartida, una cosecha tardía, demora la fructificación para el año siguiente.
El pomelo es un fruto que puede ser consumido fresco, en jugo o en mermeladas, es rico en vitamina C y las variedades que presentan una pulpa rosada o rojiza son más dulces y menos ácidas que otras variedades, la más conocida es el pomelo rosado.