Celosia argéntea es el nombre científico de una colorida y esplendorosa planta conocida comúnmente como cresta de gallo. Pertenece a la variedad cristata, y es realmente curiosa y llamativa por su espectacular flor. Originaria de las regiones tropicales de África y Asia, forma parte de la familia Amaranthaceae.
La flor de esta planta es una de las más notables que existen, ya que se asemeja a una cresta de gallo. En algunas regiones de México se le llama Flor de terciopelo, mientras que en Nigeria se le denomina Sokoyokoto. En España, Guatemala y otras zonas de México, es donde fue bautizada como cresta de gallo.
Aparte de su alto valor decorativo, hay que enfatizar su fácil cultivo y cuidados. Para desarrollarse sólo necesita de luz directa durante todo el día, tierra con buen drenaje y frecuente riego.
CARACTERÍSTICAS de la Cresta de gallo
Como la mayoría de las variedades de Amaranthaceae, la cresta de gallo es herbácea. Su tiempo de vida es de un año. Germinará, crecerá, florecerá, y una vez formadas las semillas irá marchitándose lentamente, hasta que el invierno llegue. Es de hojas largas, lanceoladas, con nervios bien marcados y de color verde.
Las flores se agrupan en inflorescencias, variando de tonalidad. Las hay rojo, amarillo, rosa o naranja. Brotan en primavera, ubicadas en unas inflorescencias erectas, densas y plumosas. Si el clima es cálido, pueden permanecer allí durante dos meses. Su textura suave y delicada, engalana y alegra cualquier ambiente, como jardines o terrazas.
Es una planta perdurable con un tallo arbóreo y recto que puede alcanzar los 100 cm de alto. Florece entre los meses de junio a septiembre. En Asia, se suele sembrar como vegetal nutritivo.
REPRODUCCIÓN y cultivo DE LA CRESTA DE GALLO
La cresta de gallo se reproduce por semillas. Se recomienda colocarlas en unos vasos con agua por 24 horas, para separar aquellas que no son factibles, y que se distinguirán porque flotarán en la superficie. Las que queden podrán plantarse, con toda seguridad de que brotarán en pocos días.
Lo ideal es preparar un semillero, ya que esta planta tiene un alto porcentaje germinativo, y además un ritmo de crecimiento rápido. Se deben colocar una o dos semillas en cada alveolo, para que cuando broten se puedan trasplantar con éxito. Si se siembran muchas en un tiesto, se quedarán pequeñas por no contar con espacio suficiente para que sus raíces crezcan.
Germinará en unos 10 o 20 días, siempre que la temperatura sea alta, superior a los 15 ºC, y se ubiquen en un lugar donde los rayos del sol les lleguen directamente. De esta manera, se disminuye el riesgo de que tengan problemas de crecimiento o desarrollo, puesto que no viven demasiado bien en semisombra.
Para no entorpecer el proceso, es significativo mantener el sustrato húmedo, más no encharcado, por lo que se debe regar cada 2 o 3 días.
La cresta de gallo se trasplantará cuando logre sus primeras hojas y haya alcanzado una altura de unos 10 cm. Bajo estas condiciones podrá sembrarse en un tiesto mayor o en la tierra directamente. Las flores tardan en aparecer tan sólo tres meses, y duran unas 8 semanas. Por lo demás, siempre se podrá sembrar un ejemplar en distintas fechas. Por ejemplo, el primero a principios de primavera, el segundo a mediados, y el tercero a finales de esta estación, para tener flores durante un tiempo más largo.
La cresta de gallo puede tenerse en interiores y exteriores. Siempre y cuando se le den los cuidados necesarios, se podrá disfrutar de la belleza de esta planta y de sus flores. No está demás buscar las orientaciones dadas por los expertos en materia de jardinería, para conservarlas con la mejor apariencia posible.
USOS DE LA CRESTA DE GALLO
La cresta de gallo es usada muchísimo como planta ornamental, porque es fácil de mantener y sus colores tan vivos dan mucha alegría a los patios o jardines. Si bien no es común relacionarla, la cresta de gallo es usada como planta medicinal, primordialmente como tónico para el tratamiento de padecimientos cardíacos, y como laxante, siendo la hoja de la planta lo que se utiliza para ello.
La cresta de gallo posee sustancias tonificantes del corazón. Sin embargo, su consumo en dosis elevadas puede ser peligroso. También fue empleada, aunque hoy no tanto, para tratar la diabetes y las varices. Además, se conoce de sus propiedades diuréticas y su acción antibacteriana. Siempre debe utilizarse bajo supervisión médica.
De las semillas suele extraerse un aceite usado para prevenir el escorbuto que viene a ser la falta de vitamina C, que origina daños en la sangre. Este aceite se utiliza como remedio para la diarrea y los parásitos del intestino.
Se destaca que un grupo de científicos de la universidad de Benjamín Franklin en Berlín tienen evidencias de que la cresta de gallo puede suplir las drogas encargadas de regular los estados depresivos.
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