Es redonda como la naranja y amarilla como el limón, aunque existen variedades de color verde y rosáceo. Igual que otros cítricos, la toronja aporta minerales que previenen enfermedades, retrasan el envejecimiento y ayudan a bajar de peso.
La toronja es el resultado de una mezcla entre la naranja y el pomelo. Las primeras plantaciones se conocieron hace 300 años y aparentemente se produjeron en Barbados, en las Indias Occidentales. Con el tiempo, su siembra se fue extendiendo hacia el Caribe, Israel, Estados Unidos y otras latitudes. Hoy día, México figura como uno de los principales países productores y exportadores.
Familia de las Rutáceas
La toronja es fruto del árbol Citrus paradisi, perteneciente a la familia de las Rutáceas. La planta puede alcanzar los nueve metros de altura. Sus hojas son alternas, ovadas y dentadas. Resaltan por su intenso verdor y por las flores blancas o púrpura, que producen en forma de racimos.
El Citrus paradisi posee ramas fluidas y ligeras. Las más jóvenes desarrollan espinas cortas en las axilas foliares.
La fruta como tal es globosa y puede medir hasta 15 centímetros de diámetro. La cáscara que la recubre es gruesa, rugosa y carnosa, con un aroma inconfundible. Internamente muestra gajos rojos o rosados, muy provocativos. Su pulpa es jugosa, contiene pocas semillas y su sabor puede ser dulce o amargo, dependiendo de la variedad.
Cultivo de la toronja
La toronja se da muy bien en zonas de climas reducidos, pero crece más rápido, en áreas cercanas al trópico, donde madura en siete meses, con una concha más gruesa y una acidez potenciada.
Los suelos muy salinos o alcalinos no le favorecen, ya que le “roban” gran cantidad de agua a la planta. Puede fácilmente injertarse en la base de otro cítrico como la naranja.
El otoño, hasta principios del invierno, es la mejor época para la siembra.
Aunque se recolecta de forma mecánica y manual, se recomienda este último método para no perjudicar la cáscara. Generalmente se hace con una vara parecida a la utilizada en la cosecha del olivo.
Composición
Cada 100 gramos de toronja contiene 90% de agua, 32 calorías, 7 gramos de hidratos de carbono, 0,6 de proteínas, 0 grasas y una alta concentración de vitamina C, fibra, calcio, magnesio y potasio. No aporta sodio, por lo que es una fruta muy recomendada para las personas que sufren del corazón.
En su composición destacan los carotenoides o precursores de vitamina A y la pectina, que controla el colesterol, resguarda las arterias, favorece el tracto intestinal y protege contra el cáncer.
También posee flavonoides que fluidifican la sangre y actúan como antioxidantes, y limonoides que tienen una potente acción anticancerígena.
Formas de consumo
La mejor forma de consumir la toronja, es al natural. Por su sabor tan potente, hay quienes la endulzan con un poco de miel, azúcar o edulcorante.
Aunque no lo parezca, sus usos en la cocina son muy diversos. Se puede ingerir al horno, braseada, en ensaladas, con vegetales y en forma de salsas. En almíbar, es muy usada en la repostería.
Asimismo, se puede engullir en jugos o como vinagre.
Su cáscara se utiliza como conservante de otras frutas y para la preparación de aceite esencial y saborizante de gaseosas.
Al ser baja en calorías, es incluida en regímenes de adelgazamiento e incluso empleada para la elaboración de té e infusiones que ayudan a liberar toxinas. De igual manera, es útil para crear exfoliantes y mascarillas para reducir el acné y eliminar el exceso de sebo.
Beneficios para la salud de la toronja
Los aportes medicinales de la toronja son incontables. Está comprobado que evita los padecimientos cardiovasculares, aumenta las defensas, fortalece el sistema inmunológico, previene las infecciones y resfriados, mejora la digestión, acelera el metabolismo de las grasas y depura el hígado.
Como si fuera poco, la toronja activa la circulación, aporta elasticidad a las paredes de las arterias, reduce las varices, combate la anemia y disminuye las dolencias causadas por artritis, gota y otros procesos reumáticos.
Adicional a ello, la toronja ataca los cuadros alérgicos y las afecciones de las encías. Además, prolonga la salud de los ojos, reafirma la piel y sana la inflamación de la próstata.
Conservación de la toronja
Para que la toronja se conserve por más tiempo, debe guardarse en la nevera, aunque si se piensa consumir rápidamente (menos de seis días), puede permanecer a temperatura ambiente.
A la hora de comprar cualquier cítrico, se debe procurar escoger aquellos de piel suave y firme, sin rastros de golpes. Lo ideal es seleccionar las piezas más pesadas, pues es un indicador de su abundancia de jugos. El olor debe ser fresco e intenso.
Una vez en casa, deben disponerse en un sitio seco y aireado, sin exceso de calor o humedad. Es importante que no permanezcan amontonadas.
Si existiese alguna fruta dañada o estropeada, debe mantenerse alejada del resto porque terminaría provocando el mismo efecto en las unidades sanas.
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