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Chile jalapeño

El chile jalapeño es una variedad del Capsicum annuum, un tipo de pimiento o ají ampliamente reconocido por su sabor característico y su nivel moderado de picante. Su nombre proviene de la ciudad de Xalapa, en el estado de Veracruz, México, donde tradicionalmente se ha cultivado y desarrollado esta variedad.

Desde el punto de vista taxonómico, el chile jalapeño pertenece a la división Magnoliophytas, clase Magnoliopsida, subclase Asteridae, orden Solanales, familia Solanaceae, género Capsicum, y especie Capsicum annuum. Esta clasificación refleja su estrecha relación con otras variedades de pimientos y chiles.

Se trata de una planta herbácea perenne que, en condiciones de cultivo, suele manejarse como anual debido a su sensibilidad a las bajas temperaturas. Su tallo y hojas presentan un color verde intenso, y la planta alcanza generalmente una altura de entre 80 y 100 centímetros. El jalapeño se caracteriza por su fruto carnoso, de forma cónica y tamaño mediano, que puede variar en color desde verde hasta rojo cuando está completamente maduro.

Planta de chile jalapeño con frutos verdes y maduros

El ciclo de vida del chile jalapeño incluye una fase de floración que se extiende de mayo a agosto, durante la cual aparecen flores blancas con manchas moradas. Posteriormente, el periodo de fructificación ocurre entre julio y noviembre, momento en el que los frutos alcanzan su madurez y se recolectan para su consumo o procesamiento.

Además de su importancia gastronómica en México y otros países, el chile jalapeño ha adquirido relevancia internacional por su versatilidad en la cocina, usándose fresco, en escabeche, o procesado en salsas y condimentos. Su cultivo también ha sido objeto de estudios agronómicos para mejorar su resistencia a plagas y enfermedades, así como para optimizar su rendimiento en distintas regiones.

Origen y características del Chile jalapeño

El chile jalapeño es una de las variedades de chile más cultivadas y consumidas en América, especialmente en México. Su producción se concentra principalmente en el sur del estado de Veracruz, en la cuenca del río Papaloapan, así como en regiones clave como Delicias en Chihuahua, y los estados de Nayarit, Jalisco, Sinaloa, Sonora y Chiapas.

El fruto del chile jalapeño se distingue por su forma alargada y carnosa. Generalmente, alcanza hasta 7 centímetros de largo y alrededor de 3 centímetros de ancho en la base. Su textura firme y su aroma característico, junto con un sabor equilibrado, lo han posicionado como uno de los chiles más valorados tanto en la gastronomía tradicional como en la industria alimentaria.

Frutos de chile jalapeño alargados y de color verde

Este chile se utiliza tanto en su estado fresco como después de su maduración completa. Una parte considerable de la producción se destina al secado, proceso en el cual el jalapeño adquiere nuevas características organolépticas y se conoce como chile chipotle o chile ahumado. Este producto es fundamental en diversas preparaciones culinarias, aportando un sabor ahumado y picante único.

La intensidad del picor del chile jalapeño puede variar significativamente según las condiciones del suelo donde se cultiva y la variedad de semilla empleada. En la escala Scoville, que mide el nivel de capsaicina —el compuesto responsable del picante—, el jalapeño suele oscilar entre 2,500 y 8,000 unidades, posicionándose como un chile moderadamente picante, apto para quienes buscan un toque de sabor sin excesiva intensidad.

Cultivo del Chile jalapeño

El cultivo del chile jalapeño generalmente inicia antes de la temporada de lluvias, para aprovechar las condiciones ideales de humedad y temperatura. La cosecha suele realizarse aproximadamente 70 días después de la siembra, con una producción promedio de 25 a 35 frutos por planta, dependiendo de las condiciones del suelo y el cuidado recibido.

Esta variedad de chile es muy versátil y puede cultivarse desde el nivel del mar hasta altitudes de hasta 2,500 metros, lo que abarca diversas regiones de México, desde zonas costeras hasta áreas montañosas. Su adaptabilidad a diferentes climas y su resistencia relativa hacen que sea una planta ideal tanto para agricultores comerciales como para jardineros aficionados.

El proceso de siembra es sencillo y se adapta a diferentes tipos de suelo y climas, aunque prefiere suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. La forma más común y efectiva de comenzar el cultivo es a partir de semillas, utilizando tierra para macetas y un cuidado adecuado para favorecer la germinación y el desarrollo inicial de las plántulas. A continuación, se describe un procedimiento detallado para el cultivo paso a paso:

  1. Siembra de semillas: Colocar entre dos y tres semillas en macetas pequeñas, llenándolas con una capa de tierra húmeda. Es fundamental mantener el sustrato constantemente húmedo para facilitar la germinación.
  2. Germinación: Mantener las macetas en un lugar oscuro hasta que las semillas germinen y aparezcan los brotes. Posteriormente, retirar la cubierta y colocar las macetas en una ventana o lugar con luz indirecta para favorecer el crecimiento.
  3. Desarrollo inicial: Regar regularmente para mantener la humedad adecuada. Es recomendable girar las macetas periódicamente para que las plantas crezcan erguidas, ya que tienden a inclinarse hacia la fuente de luz. Cuando las plántulas tengan entre dos y cuatro hojas, se debe trasplantar cada una a macetas más grandes para favorecer su desarrollo.
  4. Trasplante al jardín: Una vez que hayan pasado las heladas y las plantas tengan un tamaño adecuado, se pueden trasladar al jardín. Es preferible elegir un lugar que reciba al menos seis horas de sol directo al día. Se debe cavar un hoyo con el doble del ancho de la maceta y una profundidad suficiente para que el nivel del suelo quede a la altura de las hojas, y plantar las plántulas dejando entre 30 y 40 centímetros de distancia para permitir un buen desarrollo.
  5. Riego: Regar diariamente, asegurando que las plantas reciban aproximadamente 2.5 cm de agua por semana. Es importante evitar encharcamientos, ya que el jalapeño es sensible al exceso de humedad en las raíces.
  6. Mantenimiento: Mantener el área libre de malezas, ya que estas compiten por agua y nutrientes. Después de tres semanas en el jardín, es beneficioso aplicar compost orgánico o abono rico en nutrientes para promover un crecimiento saludable y una mayor producción de frutos.
  7. Cosecha: La recolección se realiza entre tres y cuatro meses después del trasplante. Los chiles jalapeños están maduros cuando presentan un color verde brillante, momento en el que tienen mayor sabor picante. Si se desea un sabor más dulce y menos picante, se pueden dejar madurar en la planta hasta que cambien de color, primero volviéndose negros y luego rojos, indicativo de una madurez completa y un perfil de sabor más dulce y complejo.

Proceso de cultivo de chile jalapeño en macetas y jardín

Además, es importante destacar que el chile jalapeño requiere buena aireación y exposición solar para evitar enfermedades fúngicas frecuentes en climas húmedos. La rotación de cultivos y el uso de prácticas de agricultura sostenible también contribuyen a mantener la salud del suelo y la productividad del cultivo a largo plazo.

Tradición y relevancia cultural del chile jalapeño

Durante más de 5,000 años, el chile jalapeño ha sido un pilar fundamental en la alimentación de los mexicanos. Su importancia trasciende lo culinario, pues se le atribuye un valor cultural y simbólico que ha perdurado a lo largo de diversas civilizaciones prehispánicas, como la azteca, zapoteca y teotihuacana. Esta relevancia se refleja en las representaciones encontradas en códices y grabados sobre piedra, donde el chile jalapeño aparece como un elemento destacado en la vida cotidiana y ritual.

La evidencia arqueológica más antigua que confirma la presencia del chile jalapeño en México data aproximadamente entre el 6900 y 5000 a.C., hallada en la cueva de Coxcatlán, ubicada en la región de Tehuacán, Puebla. Este sitio es reconocido por sus valiosos vestigios que ilustran la temprana domesticación y consumo de plantas básicas en la dieta mesoamericana.

En la actualidad, el chile jalapeño mantiene su papel esencial en la gastronomía mexicana, equiparándose en importancia al maíz y al frijol, considerados los “tres hermanos” de la alimentación tradicional. Se estima que está presente en alrededor del 90% de los platillos mexicanos, desde salsas frescas y moles complejos hasta adobos, aderezos, rajas y picadas, aportando un sabor característico que combina picor y frescura. Además, su uso trasciende la cocina, siendo también un ingrediente clave en la elaboración de productos procesados, como chiles enlatados y condimentos, que se exportan a nivel internacional, promoviendo la identidad culinaria mexicana en el mundo.

Información nutricional

Por cada 100 gramos de chile jalapeño, se aportan aproximadamente 28 calorías, 0,4 gramos de grasa, 3 miligramos de sodio y 248 miligramos de potasio. Además, contiene 7 gramos de hidratos de carbono, de los cuales 2,8 gramos corresponden a fibra dietética y 4,1 gramos a azúcares naturales.

Este chile también es una fuente significativa de diversas vitaminas y minerales esenciales. Entre las vitaminas presentes destacan la vitamina A, fundamental para la salud ocular y el sistema inmunológico; la vitamina B6, que contribuye al metabolismo energético; y la vitamina C, conocida por sus propiedades antioxidantes y su papel en la formación de colágeno. También contiene trazas de vitamina B12 y vitamina D.

En cuanto a minerales, el chile jalapeño aporta alrededor de 15 miligramos de magnesio, que es vital para la función muscular y nerviosa; 12 miligramos de calcio, esencial para la salud ósea; y 0,3 miligramos de hierro, necesario para la formación de glóbulos rojos. Además, contiene 0,9 gramos de proteínas, lo que contribuye modestamente al aporte proteico diario.

Gracias a su bajo contenido calórico y su riqueza en nutrientes, el chile jalapeño es un alimento ideal para complementar dietas balanceadas, aportando sabor y beneficios para la salud.

Abr 5, 2017Laura Castro

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Laura Castro

Experta en flores exóticas y plantas ornamentales

Siempre he sentido fascinación por las flores más inusuales y llamativas, especialmente aquellas con necesidades específicas. Me encanta compartir mi conocimiento sobre cómo cultivar con éxito flores exóticas y ornamentales, haciendo que incluso las especies más delicadas prosperen en cualquier entorno. Mi objetivo es ayudarte a cultivar con confianza, disfrutando de la belleza única que estas plantas pueden ofrecer.

📌 Mis temas favoritos: Orquídeas, suculentas, flores tropicales, métodos de propagación y técnicas especializadas para plantas delicadas.

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