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Nectarina

El nombre nectarina proviene de la palabra griega néktar, que significa «bebida de los dioses». Su fruto se caracteriza por tener una pulpa carnosa, dulce y jugosa, que la convierte en una fruta muy apreciada. La nectarina es una variedad del melocotón, perteneciente a la familia de las Rosaceae, especie Prunus pérsica.

Su origen exacto es incierto, aunque diversos autores sugieren que proviene de China, donde fue cultivada desde tiempos antiguos. Además, se tiene registro de su presencia en el Reino Unido desde finales del siglo XVI, lo que evidencia su temprana difusión en Europa.

El árbol de la nectarina es caducifolio y de tamaño pequeño a mediano, con una estructura no muy corpulenta. Posee un sistema radicular superficial y ramificado, de tonalidad naranja, que le permite una buena absorción de nutrientes. Sus hojas son grandes, alcanzando aproximadamente 18 cm de longitud y entre 4 y 5 cm de ancho, con una forma lanceolada característica. Bajo condiciones favorables, puede crecer hasta 6 metros de altura, adoptando una forma esférica bien definida. Su tallo presenta un color grisáceo con matices rojizos, y sus ramas exhiben un intenso tono rojo, lo que le otorga una apariencia distintiva.

Este árbol es sensible a las bajas temperaturas, especialmente cuando las temperaturas descienden por debajo de los 15 ºC. Debido a su floración temprana, es particularmente vulnerable a las heladas y nevadas primaverales, que pueden causarle daños significativos en las flores y afectar la producción de frutos. Por esta razón, la nectarina se cultiva preferentemente en regiones con climas templados y con inviernos fríos pero no extremos. Además, requiere una exposición abundante a la luz solar para desarrollar frutos de alta calidad, ya que la luz influye directamente en el sabor, color y textura del fruto.

Para optimizar su cultivo, es importante considerar prácticas como la poda adecuada para favorecer la ventilación y penetración de luz en el interior del árbol, así como un manejo eficiente del riego y la fertilización. Estas medidas contribuyen a mantener la salud del árbol y a maximizar la producción.

Consideraciones para su plantación

Para el cultivo exitoso de la nectarina, es fundamental seleccionar un terreno plano que permita un adecuado drenaje y evite la escorrentía de aguas superficiales, lo cual podría afectar negativamente el desarrollo de la planta. Es recomendable preparar el suelo incorporando una capa generosa de materia orgánica, complementada con fertilizantes ricos en fósforo y potasio, nutrientes esenciales para el crecimiento y la fructificación del árbol.

La época ideal para realizar la plantación es a principios del otoño, ya que las condiciones climáticas favorecen el enraizamiento y el establecimiento de la planta antes de la llegada del invierno. Antes de plantar, se deben efectuar labores de arado profundo para homogeneizar y airear el suelo, facilitando así la penetración de las raíces y la absorción de nutrientes.

Además, es importante considerar otros aspectos como la exposición solar, que debe ser plena para asegurar un buen desarrollo y producción, y la protección contra vientos fuertes que puedan dañar las ramas o afectar la polinización. También se recomienda realizar un análisis previo del suelo para ajustar el pH y corregir posibles deficiencias nutricionales, garantizando un ambiente óptimo para la nectarina.

Fruto de la nectarina

El fruto de la nectarina es redondeado y presenta una línea de sutura clara, así como una cavidad alrededor del tallo. Su pulpa es jugosa y sabrosa, con un hueso central bien definido. A diferencia del durazno, la piel de la nectarina es lisa, brillante y completamente comestible, lo que facilita su consumo sin necesidad de pelarla.

Las tonalidades del fruto varían ampliamente, desde blanco y amarillo hasta rosado y rojo oscuro, lo que refleja su diversidad genética y condiciones de cultivo. La nectarina destaca por su alto contenido en vitamina B3 (niacina), un nutriente esencial que contribuye a la correcta asimilación de los alimentos y favorece la descomposición del colesterol, ayudando así a reducir sus niveles en la sangre.

Además de consumirse fresca, la nectarina es ampliamente utilizada en la gastronomía para la elaboración de conservas, mermeladas, confituras y jaleas, donde su sabor dulce y su textura suave aportan un toque distintivo. Su versatilidad también permite su incorporación en postres, ensaladas y platos salados, potenciando una alimentación saludable y equilibrada.

Variedades de la nectarina

Existen diversas variedades de nectarina, que se agrupan principalmente en dos categorías según el color y características de su pulpa:

  • Nectarina blanca: Como su nombre lo indica, esta variedad tiene la pulpa de color blanco, con un sabor dulce y ligeramente ácido que resulta muy refrescante. Es especialmente popular en países asiáticos como China y Japón, donde se valora tanto por su sabor como por su aroma delicado.
  • Nectarina roja: La pulpa de esta variedad es amarilla y posee un sabor más dulce y pronunciado, con una textura algo fibrosa. Es ampliamente utilizada en la preparación de postres, batidos, tortas y compotas, debido a su intenso sabor y versatilidad. Esta variedad es la preferida en Europa y Norteamérica.

Ambas variedades comparten una piel de tonos rojizos, que varían desde un rojo intenso hasta matices más suaves, dependiendo de la variedad específica y el grado de madurez. Además, las nectarinas pueden presentar diferencias en tamaño, firmeza y resistencia al transporte, aspectos importantes para su comercialización y consumo.

Beneficios de la nectarina

La nectarina es una fruta que destaca por su bajo contenido de sodio, lo que la convierte en una opción ideal para personas que padecen hipertensión o problemas relacionados con el colesterol. Entre sus principales nutrientes se encuentran la vitamina A y la vitamina C, las cuales contribuyen a fortalecer el sistema inmunológico, mejorar la salud de la piel y proteger las células frente a daños causados por los radicales libres. Además, la nectarina posee propiedades antioxidantes y potenciales efectos anticancerígenos.

Esta fruta también es rica en beta caroteno, un precursor de la vitamina A que favorece la visión y la salud celular, así como en potasio, un mineral esencial para el equilibrio electrolítico y la función muscular. Asimismo, la nectarina posee cualidades diuréticas y laxantes, que ayudan a mejorar la función renal y facilitan el tránsito intestinal, aportando beneficios digestivos.

En cuanto a su aporte calórico, por cada 100 gramos de nectarina se obtienen aproximadamente 55 calorías, y dado que el 80% de su peso es agua, es una opción refrescante y adecuada para incluir en dietas de control de peso. Además, su contenido de magnesio le confiere propiedades ligeramente sedantes, lo que puede ser beneficioso para quienes atraviesan situaciones de estrés o ansiedad, favoreciendo la relajación.

Recolección y distribución

Los principales productores de nectarina a nivel mundial son Italia, Grecia, Francia y España, donde las provincias de Sevilla y Huelva destacan por exportar la mayor parte de su producción. En el Hemisferio Norte, la temporada de recolección comienza en mayo y se extiende hasta finales de julio, coincidiendo principalmente con la primavera y principios del verano.

Sin embargo, gracias a las exportaciones provenientes de otros países productores ubicados en el Hemisferio Sur, como Sudáfrica, Argentina, Chile, Nueva Zelanda y Estados Unidos, es posible encontrar nectarinas frescas durante todo el año en los mercados internacionales. Esta distribución global permite que los consumidores disfruten de esta fruta jugosa y nutritiva fuera de su temporada local tradicional.

La recolección de la nectarina requiere un manejo cuidadoso para evitar daños en la piel delicada del fruto, ya que cualquier golpe puede afectar su calidad y vida útil. Por ello, se realiza manualmente, seleccionando únicamente los frutos que han alcanzado el punto óptimo de madurez, garantizando así un sabor dulce y una textura firme pero jugosa.

Plagas y enfermedades de la nectarina

Las plagas y enfermedades que afectan a la nectarina son similares a las que atacan al melocotón, por lo que resulta fundamental aplicar las mismas medidas preventivas y de control para ambas plantas. Un manejo adecuado permite minimizar pérdidas y asegurar una producción de calidad.

Durante la floración, una de las plagas más dañinas es el thrips, un insecto que ataca los ovarios de la flor. Su acción provoca la caída prematura del fruto o la aparición de imperfecciones en la piel, lo que reduce significativamente su valor comercial y dificulta su venta en los mercados. Para controlar esta plaga, se recomienda la aplicación de insecticidas sistémicos específicos que no dañen la delicada piel de la nectarina, ya que esta es especialmente sensible a productos químicos agresivos. Además, la implementación de prácticas culturales como la eliminación de residuos vegetales y el monitoreo constante puede ayudar a reducir la incidencia del thrips.

Otra amenaza importante es la enfermedad criptogámica causada por el hongo Taphrina deformans, responsable del conocido abollamiento o «leaf curl» en las hojas. Esta patología provoca deformaciones en el limbo foliar, los nervios y el peciolo, lo que conduce al acartonamiento y eventual caída prematura de las hojas. Para su control, es recomendable la aplicación de fungicidas específicos durante el invierno, cuando el árbol está en estado de reposo vegetativo, ya que durante la temporada de crecimiento estos productos pueden resultar tóxicos para la planta. Además, mantener una buena aireación en el follaje y evitar el exceso de humedad contribuye a prevenir el desarrollo de esta enfermedad.

Adicionalmente, es importante considerar otras plagas y enfermedades que pueden afectar a la nectarina, como la mosca de la fruta (Ceratitis capitata), el pulgón y la monilia (Monilinia fructicola), un hongo que causa la pudrición de frutos y flores. La implementación de un programa integrado de manejo fitosanitario, que combine monitoreo, control biológico y uso racional de agroquímicos, es clave para mantener la salud del cultivo y obtener frutos de alta calidad.

Ene 11, 2017Laura Castro

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Laura Castro

Experta en flores exóticas y plantas ornamentales

Siempre he sentido fascinación por las flores más inusuales y llamativas, especialmente aquellas con necesidades específicas. Me encanta compartir mi conocimiento sobre cómo cultivar con éxito flores exóticas y ornamentales, haciendo que incluso las especies más delicadas prosperen en cualquier entorno. Mi objetivo es ayudarte a cultivar con confianza, disfrutando de la belleza única que estas plantas pueden ofrecer.

📌 Mis temas favoritos: Orquídeas, suculentas, flores tropicales, métodos de propagación y técnicas especializadas para plantas delicadas.

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