Quizás el nombre de drácena o dracaena no signifique nada para usted. Puede confundirse con alguna enfermedad o término científico, pero lo cierto es que en su casa es casi seguro que tenga o haya tenido alguna. La drácena es una de las plantas ornamentales más comunes. Esto se debe principalmente a la sencillez de su cultivo y a su longevidad.
La drácena tiene su origen en África tropical y Asia. Se caracteriza por poseer firmes troncos y hojas muy limpias, verdes con líneas blancas y alargadas. Existen muchísimos tipos y cada uno tiene formas específicas. La más conocida es comúnmente llamada “palo de la felicidad” y es ideal para decorar.
Diversos tipos de drácenas
Una de las drácenas más hermosas se encuentra en África oriental, específicamente en las selvas de Tanzania. Su nombre científico es deremensis y aunque no llega a obtener gran altura (apenas metro y medio), sus hojas son llamativas porque tienen estrías blanquecinas y sus tallos son bastante robustos.
Asimismo, predomina la drácena draco que tiene su hábitat natural en las islas Canarias (España). El color de sus hojas es bastante raro porque es verde azulado. Se le compara con el Drago Milenario porque posee un período de vida muy largo.
La drácenafragans es la popularizada como “palo de la felicidad” en varios países de América del Sur como Venezuela y Brasil. Colocada en una maceta se desarrolla rápido, probablemente en tres meses. No suele tener muchas hojas, pero es una de las pocas que florece, aunque lo hace con mayor frecuencia sin es plantada en tierra y no vasijas. Brotan muchas florecillas que desprenden aromas muy perfumados.
Recomendaciones de cultivo de la drácena
Quienes deseen cultivar drácenas, deben tomar en cuenta algunas recomendaciones para obtener buenos resultados.
Lo primero que se debe saber, es que esta planta que crece muy bien en temperaturas altas y húmedas. El frío no es su mejor ambiente, aunque puede sobrevivir si permanece por encima de los 15 grados.
Hay drácenas que no requieren sol de manera directa, pero sí es indispensable que reciban muchísima luz, así que conviene ubicarla en un lugar cerca de la ventana para que obtenga la energía solar requerida para poder mantenerse con vida.
Otro tip importante es que las hojas deben ser limpiadas con regularidad puesto que absorben gran cantidad de polvo que disminuye la intensidad de su verdor. No deben utilizarse productos químicos para esta acción. Solo se necesita un paño humedecido con agua que debe pasarse una y otra vez hasta haber eliminado los rastros de suciedad. Las sustancias industriales pueden evitar que la mata respire e interrumpa su ciclo fisiológico normal.
Más cuidados de la drácena
El riego debe ser de una vez por semana en verano y dos veces en invierno, pero siempre en la tierra y cuidando de no empantanarla. Adicionalmente, debe rociarse con agua cuando las hojas se tornen secas.
El mejor tiempo para trasplantarla es en primavera, aunque si se halla en buenas condiciones, este procedimiento se puede llevar a cabo en cualquier época del año. Lo importante es hacerlo para proporcionarle mayor espacio a las raíces para su crecimiento.
Conviene emplear abono líquido al momento del riego, al menos dos o tres veces al año, menos en invierno ni en otoño. Se debe escoger uno que contenga nitrógeno, potasio, magnesio, hierro, manganeso, cobre, zinc y boro.
Si la drácena está sembrada en el suelo, es seguro que con estos cuidados tendrá unas hermosas flores que aparecen en verano.
Un dato de interés es que la drácena no se poda como otros árboles. Solo se le deben quitar las hojas y flores secas para que no aparezcan parásitos que puedan dañarla. El utensilio que se use tiene que estar limpio para que no haya infección en los tejidos de las ramas.
Las arañas y las cochinillas andan merodeando sus hojas y pueden causar daños, por lo que deben alejarse. Una interesante forma de hacerlo, es pulverizando las aguas con agua tibia ya que estos animalitos generalmente deambulan en superficies secas.
Las hojas «hablan»
Cuando la drácena tiene alguna enfermedad, las señales aparecerán en sus hojas, por lo que debe vigilarse su evolución. Si las puntas se tornan secas, es posible que tenga exceso de sequedad, por lo que conviene pulverizarla con agua, preferiblemente tibia, como ya habíamos comentado.
Si se evidencia un desprendimiento de las hojas inferiores y prevalece un tono amarillento en ellas, no hay que preocuparse, es parte del proceso de crecimiento. Las hojas más avejentadas irán cayendo solas, pero si se observa que no hay crecimiento de nuevos retoños, es probable que la mata tenga frío, por lo que se debe asegurar que la temperatura que la rodee esté por debajo de los 14 ºC.
También puede pasar que la planta haya estado sometida a grandes niveles altos de calor y falta de agua, lo cual se refleja con la aparición de puntos amarillos y marrones y un peculiar erizamiento de los bordes de las hojas. En esa situación, hay que repesar las normas básicas expuestas en los puntos anteriores.
En definitiva, esta es una linda planta ornamental que no debe faltar en casa. Le aporta un toque de elegancia, frescor y naturaleza a los espacios. No requiere de muchos cuidados, es fácil de mantener y perdura por muchos años.