Para muchos, el baobab es una referencia a un árbol que crecía en el extraño asteroide que habitaba El Principito, ese adorable personaje de Antoine de Saint-Exupéry. Sin embargo, ese gigantesco árbol y de extraña forma existe y es parte de la vegetación del norte y centro de África. Algunos dicen que el baobab es un “árbol al revés” ya que parece tener sus raíces arriba y su copa enterrada. Lo cierto es que esta planta pertenece a la familia Malvaceae y el género Adansonia reúne a las 8 especies de baobabs conocidas. El origen de su nombre tan particular es desconocido pero su género ha sido bautizado en honor al botánico francés Michel Adanson.
¿Cómo es el baobab? Sus características
Este imponente árbol africano cuenta con un tronco masivo que, durante su madurez va adquiriendo la forma de una botella, es decir a partir de los 200 años de edad. Los baobabs son árboles que pueden vivir, en condiciones adecuadas, hasta 1000 años pero se han detectado ejemplares con más de 4000 años.
Pueden alcanzar una altura cercana a los 30 metros y el diámetro del tronco puede medir 11 metros. Presenta una corteza lisa y la madera es de características fibrosas y con bajo contenido de agua.
En los ejemplares adultos, las hojas son compuestas, con 5 a 11 foliolos que nacen en círculos, directamente del pecíolo. En los ejemplares jóvenes las hojas son simples y con el paso del tiempo se van lobulando. Las hojas del baobab sólo brotan en las temporadas de lluvia, es decir en el verano en el hemisferio sur y en invierno en el hemisferio norte.
El baobab tiene flores hermafroditas, de pétalos blancos, mientras que el fruto es una suerte de melón alargado, una baya seca. En su interior se encuentran las semillas, con forma de riñón, rodeadas por una pulpa color crema cuya textura va variando según la especie. Un dato interesante es que las semillas pueden mantener su capacidad germinativa hasta 5 años.
Algunos ejemplares de baobabs, con el transcurso de los años se van ahuecando en su interior, convirtiéndose en grandes depósitos de agua, pudiendo almacenar hasta 6 mil litros.
Las especies de baobabs
El género Adansonia cuenta con 8 especies reconocidas, de las cuales 6 crecen en Madagascar y 1 en África Central y 1 en Australia.
Adansonia digitata es el baobab tradicional que crece en las zonas semiáridas de África continental. Especie que cuenta con una copa bien redondeada, puede llegar a medir 25 metros de altura y poseer uno o varios troncos secundarios.
Adansonia grandidieri, es un baobab típico de la región de Madagascar. Su tronco es más esbelto que el de otras especies y posee una forma cilíndrica y lisa. Es sumamente fibroso y de las fibras que se extraen de él se confeccionan tejidos. Un dato interesante es que las fibras que se extraen a esta variedad de árboles se regeneran con bastante rapidez. Del fruto, su pulpa se come fresca y también se obtiene un aceite que es utilizado para cocinar.
Adansonia gregorii es la única especie de baobab que crece en Australia. No llegan a superar los 10 metros de altura, es decir se encuentra n entre las especies de baobabs más bajos y se desarrolla en áreas rocosas, lechos de ríos y zonas inundables.
Adansonia madagascariensis es la variedad que crece al norte de Madagascar. Sus ejemplares también son de baja altura, entre 5 y 12 metros y suele cultivarse en semilleros para aprovechar sus raíces comestibles cuando aún son plantas jóvenes y tiernas.
Adansonia perrieri, también originaria del norte de Madagascar, es una especie que se encuentra en peligro de extinción.
Adansonia rubrostipa es la más pequeña de las especies de baobabs, no suele superar los 5 metros de altura y se caracteriza por tener un tronco cilíndrico que se angosta antes de llegar a las ramas, dando un aspecto de botella.
Adansonia suaresensis es originaria del norte de Madagascar. Se encuentra entre las especies amenazadas por la extinción. Árbol de gran porte puede llegar a medir hasta 25 m y su tronco es estilizado, de unos 2 m de diámetro. De follaje amplio, las hojas tienen de 6 a 11 foliolos verde amarillentos y elípticos. El fruto es dos veces más ancho que largo. Sus semillas son las más grandes de la familia.
Adansonia za. Crece desde el extremo sur hasta el noroeste de Madagascar. El tronco es cilíndrico y muchas veces irregular. Las semillas son comestibles y el tronco se usa a menudo como depósito de tierra.
El baobab y el hombre
Las numerosas tribus que habitan las áreas donde crecen estos árboles, han establecido una relación muy profunda con estas plantas a las que consideran sagradas, ya que, en medio de áreas desérticas o semidesérticas, las poblaciones se sirven de este “regalo de la naturaleza”
De sus frutos se extrae su pulpa para la elaboración de una pasta comestible y de bebidas refrescantes, en zonas donde la escasez de agua es una constante.
Las hojas de algunas especies de baobabs como la Adansonia digitata se hierven para preparar sopas. Los nativos utilizan las fibras de los troncos para la confección de cuerdas y otros productos textiles.
De las semillas y de la cáscara del fruto se elabora un aceite comestible que reemplaza los escasos productos que llegan a esas regiones de África.