La acacia es un género de árboles y arbustos que pertenece a la familia Fabaceae. Su correcta denominación es Acacia sensu lato. Este género de plantas tiene una presencia importante en áreas de suelos desérticos y semidesérticos de Oceanía y África. En Australia puede encontrarse la mayor diversidad de especies de acacia. Estas plantas tienen una rica historia, ya en el antiguo Egipto era considerada y valorada como una planta sagrada, debido a las capacidades curativas que se le atribuía. Con el tiempo su presencia se fue extendiendo y es considerada un árbol ornamental a pesar de las espinas que posee.
Características de la acacia
Hasta el año 2005, el género conocido como acacia estaba integrado por unas 1300 especies reconocidas. La mayoría de estas especies – casi 960 – eran originarias de Australia. Con posterioridad el género fue dividido por los botánicos en 5 y sólo se conservan dentro del género acacia, las originarias de Australia.
Las hojas de acacia son pinnadas. Algunas bipinnadas. En algunas especies se ha producido un proceso de adaptación donde los folíolos se encuentran suprimidos y los pecíolos se han convertido filodios, que son órganos que cumplen funciones fotosintéticas con las hojas, sin serlo.
Las flores de la mayoría de especies de acacia cuentan con 5 pétalos que, por su pequeño tamaño, se encuentran ocultos por sus largos estambres. En la mayoría de los casos, estas flores son de color amarillo, aunque pueden encontrarse variedades de color blanco.
Las ramas de las acacias poseen espinas. Éstas se presentan en mayor cantidad y más desarrolladas en las especies que crecen en las regiones áridas.
El fruto es seco, subcilíndrico o aplanado. En su interior contiene varias semillas discoidales. Las semillas presentan ciertas dificultades para germinar. Para colaborar en el proceso germinativo, los científicos han descubierto que, sometiendo los frutos a una inmersión en agua a 80°C, se logra incrementar la capacidad germinativa en un 80%.
Mimosa, la acacia ornamental
Existe una variedad de acacia cuyo uso es el más extendido como planta ornamental. Su nombre vulgar es mimosa y corresponde a la variedad conocida como Acacia dealbata.
Éste, es un árbol de 12 metros de altura, su follaje es perenne y debido a su rápido crecimiento y la gran cantidad de flores, es apreciada como planta ornamental. Esta planta difícilmente supere los 30 años de vida. Su tronco, delgado, está cubierto por una corteza lisa y de color grisáceo. Posee una importante ramificación y las ramas son angulosas y pubescentes.
Las hojas de la mimosa son bipinnadas pudiendo variar de 8 a 20, cada una de esas hojas que, además cuentan con 40 pares de folíolos.
Presenta inflorescencias de unas 25 flores cada una. Su color es amarillo florece durante los meses de verano.
Esta variedad de acacia es utilizada para ornamentar calles, paseos y parques. Aunque su uso más frecuente es en jardines por la belleza de su floración y por el aroma que éstas emanan. La planta es muy rica en taninos por lo cual se extrae una goma industrial de ellas. También se la utiliza como ayuda para fijar el suelo.
La mimosa es una planta muy invasiva por lo que, en algunas regiones o países como España, su cultivo o introducción está prohibida, ya que constituye una amenaza para otras especies.
El curioso sistema de defensa de las acacias
Algunas variedades de acacia presentan un particular sistema para defenderse de animales depredadores. Este sistema de defensa es considerado único por parte de biólogos y botánicos, dentro del reino vegetal.
Allí donde las acacias se encuentran agrupadas en conglomerados, en contacto un ejemplar con otro, al ser atacadas por un depredador para consumir su follaje, la planta libera una sustancia química que se traslada por vía aérea y actúa como aviso a los ejemplares cercanos, alertando por la presencia de depredadores. En ese instante, el conjunto de ejemplares que integran el conglomerado de acacias, comienza a liberar una toxina en sus hojas.
Esta toxina produce daños por contacto y por ingestión, pudiendo, en este último caso, ser mortal para el depredador. Este tipo de reacción es temporal, sólo cuando la planta se ve amenazada pero es conveniente advertir que a la hora de seleccionar una acacia para ornamentar el jardín, debe evitarse este tipo de variedades.
Deja una respuesta