La rúcula es una hortaliza agrupada dentro de las verduras de hojas verdes y cuyo cultivo está destinado al consumo. Esta planta se desarrolla principalmente en el sur de Europa, en la zona mediterránea y por eso se ha convertido en un ingrediente fundamental de la gastronomía de la región. También crece en Asia occidental y en el norte de África. Actualmente, su cultivo se ha extendido a casi todo el mundo, allí donde encuentra las condiciones climáticas adecuadas. La rúcula es una planta de la familia de las Crucíferas o Brasicaceae y su nombre científico es Eruca vesicaria, aunque existen algunas especies más que son identificadas como rúcula.
Descripción de la Rúcula, sus características
La Eruca vesicaria o rúcula es una planta herbácea anual. Su altura puede alcanzar los 50 centímetros, pero si se la deja crecer, es común que llegue a tener hasta 1 metros. En su tallo es fácil detectar numerosos pelos ásperos que lo recubren.
Las hojas de la rúcula presentan un color verde intenso y sus bordes están divididos en segmentos dentados que pueden llegar a alcanzar el nervio central de la hoja. El tamaño puede variar entre los 7 centímetros y los 18 centímetros. Son comestibles, pero para apreciar su intenso y agradable sabor se recomienda recolectar las hojas jóvenes cuando la planta aún no ha superado los 30 centímetros de altura.
La floración de la rúcula se produce en la primavera y sus inflorescencias aparecen coronando un largo tallo floral de unos 90 centímetros. Las flores se presentan en racimos o en forma de cruz. Los pétalos son de color blanquecino y, en algunas ocasiones, amarillo. Miden entre 15 y 20 milímetros. Los sépalos de las flores pueden permanecer hasta la madurez del fruto.
Los frutos se presentan en forma de silicuas alargadas con un pico de color rojizo en su extremo y pegados al tallo. Cuando el fruto de la rúcula madura, se abre y deja ver dos series de diminutas semillas, levemente planas y de color ocre.
La rúcula en la historia
Su sabor levemente picante es conocido desde las épocas del Imperio Romano. Los romanos consideraban que la rúcula poseía propiedades afrodisíacas y por eso su consumo se había vuelto habitual.
Las hojas de rúcula eran recolectadas de las plantas que crecían de manera silvestre. En la antigüedad, no sólo las hojas eran consumidas, de las semillas se extraía un aceite que era utilizado como condimento y aportaba un sabor similar a las semillas de mostaza.
Durante la Edad Media, debido a la consideración que se tenía como planta afrodisíaca, su cultivo estaba prohibido en los monasterios.
beneficios y Propiedades nutricionales de la rúcula
El sabor picante, tan característico de esta planta, se debe a la importante presencia de glucosinolatos, considerados como potentes antioxidantes. Se considera que el consumo habitual de rúcula actúaa en la prevención del cáncer.
La presencia de vitamina A convierte a esta planta en un agente eficaz para prevenir enfermedades vinculadas con la vista. Con un alto contenido de vitamina C, en la antigüedad se la utilizaba para prevenir el escorbuto, una enfermedad casi inexistente en la actualidad, pero hoy en día es un complemento ideal para evitar resfríos y otras enfermedades derivadas de la carencia de vitamina C, que también se encuentran presentes en frutas como los cítricos.
Cultivo de la rúcula
Estas plantas son herbáceas anuales y su crecimiento es bastante rápido. Si bien la rúcula crece con mayor entusiasmo en los climas cálidos, su exposición prolongada a la luz solar da como resultado hojas con un excesivo sabor amargo. Por eso se recomienda su cultivo al inicio de la primavera.
Las zonas de temperaturas templadas como las del Mediterráneo son ideal para el crecimiento de estas plantas. Aunque pueden tolerar heladas de hasta – 10 °C.
Para el cultivo, los suelos más adecuados son los calcáreos, bien drenados y permeables. Es importante la presencia adecuada de materia orgánica o el abonado del suelo.
La propagación de la rúcula se realiza por medio de sus semillas, que deben ser plantadas al inicio de la primavera. Cuando el suelo mantiene condiciones de humedad adecuadas, buena luz solar y abundante presencia de materia orgánica, el crecimiento se produce dentro de los 10 a los 14 días. Es recomendable escardar periódicamente el suelo para eliminar las hierbas que puedan impedir un buen desarrollo de las plantas. El riego debe ser regular, manteniendo la humedad del suelo y evitando cualquier tipo de encharcamiento.
Las hojas de la rúcula deben ser recolectadas cuando la planta aún es joven y no ha superado los 30 centímetros de altura. De lo contrario se obtendrán hojas con un excesivo sabor amargo. El corte se realiza al ras del suelo y si las semillas han sido plantadas en primavera, la recolección se puede realizar a principios del verano.
Un adecuado cuidado de las plantas de rúcula puede proporcionar entre 5 y 7 cortes anuales. En la actualidad la comercialización de estas plantas se realiza en mercados cercanos a las zonas de cultivo, para evitar el deterioro en la calidad de las hojas.
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