En la agricultura, existen diversos mecanismos orientados a garantizar la “salud” del suelo destinado para la siembra. Uno de ellos es la rotación de cultivos, que es frecuentemente utilizada para evitar que la tierra se agote o albergue enfermedades que afecten a un tipo de planta en específico.
La técnica de rotación de cultivos consiste en alternar matas pertenecientes a distintas familias, con requerimientos nutritivos diferentes, en un mismo espacio, pero en ciclos diversos, según las estaciones del año.
Cuando se plantan, al mismo tiempo, diferentes especies en un mismo terreno, es necesario realizar análisis exhaustivos a cada ejemplar herbolario, para determinar sus cuidados, especialmente los relacionados con el riego y abono.
Beneficios y ventajas de la Rotación de cultivos
La ventaja de la rotación de cultivos es que minimiza el desgaste del suelo, controla las plagas y reduce considerablemente la aparición de hierbas malas, pues el suelo se mantiene “ocupado” los 365 días del año.
Aunque por lo general las diversas especies necesitan los mismos nutrientes, no todas deben recibirlos en las mismas cantidades. Cuando sembramos un tipo de planta exigente en cuidados, corremos el riesgo de agotar las reservas de sustratos presentes en el suelo, que terminará por sobreexplotarlo.
No obstante, cambiar los cultivos cada tanto, por algunos menos demandantes, permite que el suelo respire y pueda recomponerse para recibir a otra especie. Recurrir a esta práctica es una forma eficiente para disminuir el uso de fertilizantes, que resultan contaminantes para las aguas subterráneas.
Otro de los beneficios es el aumento en la reserva de humus, abono orgánico provechoso tanto para la retención y filtración del agua, como para la consistencia del suelo. De igual forma, aporta productos nitrogenados, haciendo la tierra más fértil.
Plan de acción
Es importante conocer las propiedades que cada planta posee para establecer cuál será el ciclo a seguir en la rotación de cultivos. Este punto es vital para el diseño del plan de acción.
Partimos de planificar el tiempo estimado para la rotación de cultivos, que incluya un descanso programado para el suelo antes de usarse nuevamente. Habitualmente, se estima un promedio de cuatro años para aplicar este método de siembra.
Asimismo, realizar la división en grupos de plantas, de forma adecuada, facilitará las tareas asociadas con el proceso.
No es una regla estricta que cada planta del huerto esté incluida en la rotación de cultivos. Algunas plantaciones pueden permanecer fijas en el mismo sitio. Sin embargo, para evitar confusiones, la delimitación entre cada ejemplar debe ser precisa y, de ser posible, separadas en zonas que no interfieran con la rotación de cultivos.
Un ejemplo propicio para la delimitación se ve durante la plantación de flores, cuando el ruibardo o el espárrago, que influyen poco en la fertilidad del suelo, son separadas.
Para los grupos que sí cambiarán de posición, es necesario preparar tantas porciones de terreno como años vaya a durar la rotación de cultivos, de manera que cada planta tarde todo ese tiempo en repetir área.
Existen criterios a tener en cuenta para hacer la sectorización de los cultivos, y que resulte en un mejor aprovechamiento. Los subgrupos pueden ser seleccionados según raíz, fruto, hoja y semillas. De igual forma, pueden apartarse por la familia de cultivos (cucurbitácea, leguminosa, solanácea, crucífera, gramínea, liliácea, quenopodiácea y umbelífera), y por los requisitos de atención y los aportes puntuales que cada planta pueda dar al suelo.
En la rotación de cultivos frecuentemente conviene plantar en forma de hileras una leguminosa, y cambiar las que exijan una gran cantidad de materia orgánica, además de poca o ninguna fermentación, como es el caso de las calabazas o patatas. En vez de ello, conviene elegir algunas que requieran menos materia orgánica, bastante descompuesta, como es el caso de las cebollas, acelgas y guisantes.
Cuando se realiza la rotación de cultivos, se debe evitar una sucesión de arbustos que aunque tengan un tipo vegetativo diferente, pertenezcan a la misma familia botánica, como la espinaca y la remolacha, que son quenopodiáceas; la combinación de apio y zanahoria, que están entre las umbelíferas; o papas y tomates, que son solanáceas.
Desventajas de la rotación de cultivos
A pesar de que la rotación de cultivos es una técnica recomendada por agricultores, puede generar inconvenientes, pero son muy pocos comparados con sus beneficios:
Una de las desventajas más importantes es que el patrón de siembra es bastante limitado y estricto para incrementar la productividad a lo largo del año. Esto se debe a que una porción de la tierra estará dedicada en exclusividad a una de las cuatro familias vegetales.
Otro punto en contra es que algunos tipos de plantaciones no pueden entrar en el ciclo operativo, como los espárragos y las frambuesas.
Para agricultores que se dedican a monocultivos de alta rentabilidad, la rotación de cultivos no es una técnica apropiada desde el punto de vista económico.
Deja una respuesta