La pandorea es una planta clasificada como trepadora, enredadera, escandente o bejuco, debido a que no puede mantenerse erguida por sí sola y requiere de un soporte para “encaramarse” o trepar. Este soporte puede ser otra planta, un muro o una formación rocosa. Para ascender, la pandorea utiliza raíces adventicias o se enrosca alrededor del soporte, en cuyo caso se denomina voluble. Es importante destacar que no es una planta parásita. Su crecimiento vertical le permite alcanzar mayor luz solar o encontrar el lugar óptimo para su desarrollo.
Aunque es una planta trepadora, la pandorea también presenta características propias de un arbusto, siendo densa y de rápido crecimiento. Entre las numerosas variedades del género, es una de las más populares en jardinería, especialmente para cubrir muros, pérgolas y otras estructuras verticales que brindan soporte. Se adapta muy bien a macetas grandes, pero siempre necesitará un apoyo, sobre todo durante su etapa juvenil, para crecer recta, ya que sus tallos son delgados y poco resistentes para sostener su propio peso.
Esta planta es muy valorada por sus atractivas flores, que emiten un delicado y agradable perfume. Las flores aparecen en ramilletes y tienen forma tubular o de trompeta, con colores que varían entre el rosa pálido y el blanco. En el cuello y el cáliz, presentan un tono rosa intenso, casi rojo, que crea un contraste llamativo. Además, su periodo de floración es prolongado, abarcando desde principios de la primavera hasta el inicio del otoño, lo que la convierte en una opción excelente para mantener el jardín colorido durante varios meses.
Además de su valor ornamental, la pandorea es una planta resistente que tolera diversas condiciones climáticas, aunque prefiere ambientes soleados o parcialmente sombreados y suelos bien drenados. Su facilidad de cultivo y mantenimiento la hace ideal tanto para jardineros principiantes como para expertos que buscan una planta vistosa y funcional para embellecer espacios exteriores.
Características de la pandorea
El nombre científico de la pandorea es Pandorea jasminoides, también conocida como Bignonia jasminoides. Popularmente recibe los nombres de bignonia blanca o simplemente pandorea. Pertenece a la familia Bignoniaceae, dentro del orden Lamiales y la subclase o clase Asteridae. Es una planta originaria de Oceanía, especialmente de Australia y Malasia, adaptada a climas templados y que puede sobrevivir a temperaturas cercanas a los 25 ºC.
La pandorea es una planta trepadora perenne que mantiene sus hojas durante todo el año. Estas hojas son opuestas, imparipinnadas y constan de 5 a 7 folíolos semi coriáceos, de textura ligeramente rígida y brillante. Su color es un verde oscuro intenso y su forma es ovalada a lanceolada, con o sin acumen (punta prolongada). Esta configuración foliar le brinda un aspecto elegante y denso, ideal para cubrir enrejados o pérgolas.
En cuanto a su floración, la pandorea presenta flores aromáticas y en forma de trompeta. El cáliz mide alrededor de 8 mm, mientras que la corola alcanza aproximadamente 6 cm de largo y un diámetro similar, terminando en cinco lóbulos bien definidos. Las flores suelen ser blancas o de un rosa pálido, con una garganta interior de color rojo o púrpura, dependiendo de la variedad. Existen cultivares de flores blanco puro y otros con tonos rosados más intensos. La planta florece abundantemente cuando está expuesta a pleno sol, particularmente en la parte superior, ya que con el tiempo la base tiende a quedar más despoblada.
Durante el otoño, la pandorea produce frutos en forma de cápsulas ovaladas y algo gruesas, de aproximadamente 8 a 10 cm de longitud. Estas cápsulas contienen numerosas semillas aladas que, al madurar, se dispersan de manera natural con un mecanismo que las “lanza” lejos de la planta madre, facilitando su propagación en el entorno.
Además de su valor ornamental, la pandorea es apreciada por su resistencia y facilidad de cultivo en jardines, terrazas y espacios urbanos, donde aporta color y fragancia de manera prolongada a lo largo del año.
Requerimientos de cultivo
La pandorea requiere una exposición directa a pleno sol para desarrollarse de manera óptima; sin embargo, también puede adaptarse bien a condiciones de semisombra. En estas últimas, la planta tiende a producir una mayor cantidad de hojas en lugar de flores, lo que puede afectar su apariencia ornamental. Es importante destacar que la pandorea no tolera las heladas, por lo que debe protegerse en climas fríos o durante el invierno.
Durante la temporada de verano, el riego debe ser abundante para mantener el suelo constantemente húmedo, aunque evitando el encharcamiento que podría provocar la pudrición de las raíces. En invierno, el riego debe reducirse considerablemente, adaptándose a la menor demanda hídrica de la planta en esta etapa.
Esta especie se desarrolla mejor en suelos bien drenados, ligeramente ácidos y ricos en materia orgánica, lo que favorece un crecimiento saludable y vigoroso. Durante el periodo de floración, es fundamental realizar abonados regulares, al menos cada 15 días, utilizando fertilizantes minerales equilibrados que contengan fósforo, potasio y nitrógeno. Estos nutrientes favorecen la producción de flores y fortalecen la planta.
Al concluir la floración, se recomienda realizar una poda ligera para dar forma a la planta, estimular un crecimiento más compacto y robustecer el sistema radicular. Esta práctica contribuye a mantener la salud general y la estética de la pandorea, además de preparar la planta para el siguiente ciclo vegetativo.
Reproducción de la pandorea
La pandorea se reproduce principalmente a partir de semillas que deben ser sembradas en primavera, aprovechando las condiciones óptimas de temperatura y humedad para su germinación. Además, esta planta puede propagarse eficazmente mediante brotes o esquejes, una técnica que facilita su enraizamiento y permite obtener nuevas plantas en cualquier época del año.
La reproducción por esquejes es especialmente recomendada para quienes buscan mantener las características genéticas de la planta madre, ya que garantiza plantas idénticas. Para ello, se seleccionan brotes jóvenes y saludables de aproximadamente 10 a 15 centímetros de longitud, se eliminan las hojas inferiores y se colocan en un sustrato húmedo y bien drenado. Con un adecuado cuidado, estos esquejes enraizan en pocas semanas, acelerando el proceso de multiplicación.
Por otro lado, la reproducción a partir de semillas, aunque más lenta y variable, permite obtener una mayor diversidad genética, lo que puede resultar beneficioso para la resistencia y adaptación de la especie en diferentes ambientes. Es recomendable escarificar las semillas o remojarlas en agua tibia durante 24 horas antes de la siembra para mejorar su germinación.
Enemigos y tratamientos de la pandorea
La pandorea es una planta que generalmente presenta buena resistencia frente a plagas y enfermedades. Sin embargo, las condiciones climáticas típicas de la primavera, caracterizadas por grandes variaciones térmicas entre el día y la noche, así como las lluvias frecuentes, pueden propiciar la aparición de enfermedades fúngicas que afectan su desarrollo.
Entre las plagas que pueden afectar a la pandorea se encuentran la mosca blanca, la araña roja, la cochinilla harinosa y la botritis (también conocida como moho gris). Estas plagas no solo dañan las hojas y flores, sino que también pueden debilitar la planta, afectando su floración y crecimiento general.
Para controlar estas amenazas, es recomendable aplicar de forma preventiva un fungicida sistémico, especialmente antes de que las flores comiencen a engrosar en exceso. Este tratamiento ayuda a evitar el desarrollo de hongos que pueden comprometer la salud de la planta. Asimismo, hacia finales del invierno, se aconseja realizar un tratamiento insecticida de amplio espectro para prevenir la infestación de áfidos y cochinillas antes de que la planta entre en su fase de mayor actividad vegetativa.
Es fundamental realizar estos tratamientos cuando el jardín aún no haya florecido, para evitar efectos adversos en otras especies ornamentales y en la propia pandorea. Además, siempre es importante consultar con un especialista o un agrónomo para ajustar las dosis y seleccionar los productos adecuados, garantizando así un manejo responsable y efectivo que no dañe el ecosistema del jardín.
Usos y aplicaciones de la pandorea
La pandorea destaca por su rápido crecimiento y su habilidad para enredarse fácilmente en estructuras como vallas, pérgolas o muros. Esta capacidad se debe a que uno de sus folíolos se transforma en un zarcillo, que utiliza para aferrarse firmemente a cualquier superficie, lo que la convierte en una planta ideal para embellecer jardines soleados, terrazas y muros.
Puede alcanzar una longitud de entre 4 y 5 metros, por lo que necesita soportes adecuados que faciliten su crecimiento y le permitan trepar con libertad. Además, es común cultivarla en macetas decorativas para adornar azoteas, glorietas y balcones, donde además de aportar un toque estético, perfuma el ambiente con su delicada fragancia.
No obstante, ninguna variedad de pandorea prospera en interiores cerrados o espacios completamente cubiertos, ya que requiere aire libre y una buena exposición al sol, o al menos una semi sombra luminosa para desarrollarse de manera óptima. Por esta razón, es fundamental situarla en lugares donde reciba suficiente luz natural y ventilación.
En el ámbito paisajístico, la pandorea se utiliza frecuentemente para crear cortinas verdes que ofrecen privacidad y sombra, además de atraer polinizadores como abejas y mariposas gracias a sus flores vistosas y fragantes. Su mantenimiento es relativamente sencillo, siempre que se le proporcione un soporte adecuado y un riego moderado, evitando encharcamientos.