Monstera es el calificativo científico de una planta enredadera, llamada frecuentemente Cerimán, Filodendro, Balazo, Costilla de Adán, Mano de tigre o Piñanona. Se da en los bosques tropicales del centro y sur de México (de donde es oriunda), y en la parte norte de Argentina. Existen aproximadamente 60 especies detalladas.
La variedad responde al vocablo latino monstrum (monstruo) o monstera (de monstruosa o inverosímil), por la apariencia de sus enormes hojas, que tienen singulares orificios naturales.
CARACTERÍSTICAS de la monstera
La monstera es de un atractivo sin igual, por sus hojas imponentes y brillantes. Posee unos rizomas de tallos alargados. Utiliza las raíces para agarrarse, fijarse y trepar por el tronco de los árboles u otros elementos que le faciliten la búsqueda de la luz solar. En el suelo las raíces crecen y sirven de sostén para la planta. Consigue adquirir hasta 20 metros de longitud y exhibe un tallo ancho.
Sus hojas son igualmente amplias, perennes, flexibles, lustrosas, cordadas y de una coloración verde intensa. Llegan a medir entre 20 y 90 cm de longitud y unos 20 a 80 cm de ancho. Cuando la planta está joven, sus hojas son chicas y enteras. No poseen lóbulos y tampoco aberturas.
La monstera da un fruto verde, similar a una piña, alargado y con escamas de forma hexagonal. Llega a medir unos 30 cm de largo por 3 o 5 cm de diámetro. Los primeros frutos que brotan de la planta poseen una gran cantidad de toxinas en forma de ácido oxálico, por lo que no deben ser consumidos.
Al ingerirse originan molestias como comezón, pérdida de la voz, dolores, ampollas e irritación. Sólo después del año, pueden comerse con seguridad.
ORIGEN
La monstera es originaria, como ya se mencionó antes, de la selva tropical de México y el norte de Argentina. Debido a este origen tropical, no logra sobrevivir en lugares fríos, y el exceso de agua en período invernal le afecta mucho.
Si las hojas bajas de la planta se tornan amarillas y luego pasan a un color castaño, debe dejarse que sequen y se recuperen, disminuyendo un poco el riego.
HÁBITAT de la monstera
Por su condición de planta de clima tropical, responde muy bien a la humedad, especialmente en sus hojas. Sin embargo no resiste el riego excesivo. Éste debe hacerse moderadamente. Lo mejor es rociarlas con un aspersor de partícula delgada.
La monstera se desarrolla muy bien en suelos bien drenados e igualmente fertilizados. Debe permanecer en sitios donde no le llegue el sol directo. Es decir, debe sembrarse bajo la sombra de los árboles y en interiores.
Es recomendable emplear abono en cada una de las épocas del año. Hay que incorporarlo a la tierra para que vaya entregando los nutrientes, con paso del tiempo.
REPRODUCCIÓN de la Monstera
La monstera se logra reproducir por esquejes y semillas. También se replanta por brotes o por acodo, siendo preferible su reproducción en el verano.
Al utilizarse la siembra de esquejes, éstos deben ser de tallos apicales, que se ubicarán de una vez y directamente sobre la maceta o suelo definitivo. Las raíces brotan aproximadamente a las cuatro o seis semanas. Se debe procurar una temperatura de unos 25 ºC. De igual modo, se pueden utilizar brotes de nudo, con hojas o sin ellas, pero su desarrollo es más tardío.
Para la obtención de plantas por semillas, es indispensable contar con un clima tropical. Este método reduce los costos de producción.
En la monstera, la polinización debe hacerse manual, porque la vida fértil de sus flores es muy corta. Además, la fruta demora un promedio de 8 a 10 meses en madurar.
USOS
Uno de los usos de la monstera, aunque no el más empleado, es el alimenticio. Su fruto logra madurarse más rápidamente si las escamas iniciales se cortan, cuando empiezan a salir y a emitir un olor acre. Debe envolverse en una alforja de papel y al notar que las semillas se desbaratan solas y expone su pulpa, se puede separar y consumir. Esta pulpa tiene un sabor parecido al de la piña.
Asimismo, la monstera es muy empleada como planta de interiores. Es muy decorativa en pasillos y ambientes hoteleros, agencias, restaurantes y viviendas. Si el ambiente es el adecuado, puede florecer a los tres años de sembrada y el fruto espera un año para madurar. Es muy inusual ver la monstera florecer en interiores.
Debe ayudarse a trepar, colocándole un tutor. Gracias a esto la planta conseguirá un aspecto bastante robusto y frondoso. Además, se evitará que las ramas lleguen al suelo y se maltraten por el roce o la suciedad.
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