Apreciada por su uso en la gastronomía, la albahaca es una hierba aromática cuyo cultivo y uso se remota a varios miles de años atrás. Originaria de la India y de las zonas tropicales de Asia, esta es una planta anual cuyo nombre científico es Ocimum basilicum. La albahaca es una planta pequeña que puede ser cultivada en jardines, huertos y macetas. Se le adjudican numerosas propiedades beneficiosas para la salud. Es por ello que su cultivo se ha extendido a todo el mundo y ha sido incorporada en la cocina típica de numerosos países.
¿Cómo reconocer a la albahaca? Sus características
Esta planta herbácea posee características anuales, pero en zonas de climas tropicales puede llegar a ser perenne. Es pequeña, generalmente su longitud varía entre los 30 y los 130 cm.
Las hojas de albahaca, que son las que se aprovechan para el consumo, tienen una forma ovo-lanceolada. Poseen largos pecíolos donde el haz se destaca. Su color es de un verde brillante. Son las hojas las que poseen un aroma fuerte y característico.
Las flores se agrupan en forma de espigas, cada una de ellas compuestas por 6 flores. Son de color blanco o rosado. Poseen un cáliz pentalobular. Los estambres son blancos y de conjunto, las flores también son aromáticas. De allí nacerán los frutos que contienen pequeñas semillas que serán utilizadas para la reproducción de estas herbáceas.
La albahaca pertenece a la familia de las Labiadas, a la que también corresponden otras hierbas aromáticas con fuerte presencia en la gastronomía como el tomillo, el orégano y la salvia.
El placer de la albahaca fresca en casa ¿Cómo se cultiva?
Para todas aquellas personas amantes de la cocina, contar con albahaca fresca siempre es un placer. Pero, además, dado que esta aromática es una planta anual, podemos cultivarla para luego contar con hojas desecadas que serán un excelente condimento para numerosos platos gourmet.
La albahaca es una planta, que, para su cultivo en jardines, requiere un ambiente bien soleado, cálido y bajo resguardo de vientos fuertes. Si nuestras plantas van a estar ubicadas en macetas de interior, debemos procurarles mucha luz, aire y buena ventilación. La falta de luz puede provocar que las albahacas se sequen. Las temperaturas ideales para la albahaca se ubican entre los 15 y los 25°C, no soportan heladas por más leves que estas sean.
Su cultivo debemos hacerlo a partir de las semillas, que pueden adquirirse en cualquier casa del ramo. En una primera etapa, colocaremos nuestras semillas en un semillero o almácigo, antes de llevarlas a su lugar definitivo, que puede ser el jardín o macetas. La tierra que utilizaremos en nuestro semillero debe ser bien ligera, si es necesario, usaremos las manos para desmenuzar bien la tierra y que esté bien aireada y suave. Luego colocaremos las semillas cubiertas por poca tierra, no más de medio centímetro. En esta etapa es conveniente regarlas con frecuencia, pero para evitar encharcamiento o que la tierra se endurezca encima de nuestras semillas, podemos usar un vaporizador o pulverizador de líquidos.
Hasta tanto las semillas germinen, lo que ocurrirá 15 días después de plantadas, debemos mantener la tierra bien húmeda y nuestro semillero lejos de la luz directa del sol.
Cuando las plantitas alcancen una altura de 10 cm estarán listas para ser trasplantadas. Un concejo a tener en cuenta es que los 10 días posteriores al trasplante debemos proteger las plantas de la luz directa del sol.
El suelo para nuestras plantas debe ser rico en humos y en materias orgánicas. Al igual que lo hicimos con el semillero, si el destino final de la planta es una maceta, debemos desmenuzar bien la tierra para permitir el enraizamiento. En el caso de los jardines, es conveniente trabajar la tierra, removiéndola un poco antes del trasplante.
¿Cómo sacar el máximo provecho de las plantas de albahaca? Veamos sus cuidados
La albahaca es una planta anual. Una vez que ha cumplido su ciclo y luego de la floración, la planta se seca y muere. Pero hay algunas prácticas muy convenientes para sacarles el máximo provecho a estas aromáticas.
Si queremos que nuestras plantas duren de un año para el otro, lo que debemos hacer es cosechar sus flores antes que produzcan frutos, para ello, procederemos a cortar desde el pedúnculo floral con unas tijeras bien limpias y afiladas. Esto permitirá que la planta vuelva a nacer en la próxima temporada.
Cuando nuestras plantas están en pleno desarrollo, es conveniente ir retirando cuidadosamente las hojas más grandes y podemos utilizarlas frescas o bien, ponerlas a secar a la sombra y luego guardarlas en un frasco de vidrio para usarlas como condimento.
Otra práctica común es congelar en el freezer las hojas frescas. Para ello debemos tomar la precaución de hacerlo, colocándolas separadas unas de otras. Una vez congeladas se pueden juntar en una bolsa apta para freezer. De esta manera podremos contar, todo el año, con albahaca para sazonar nuestras comidas.
Deja una respuesta