El ficus carica, comúnmente conocido como higuera, es un árbol altamente valorado por su fruto, el higo. La domesticación y consumo de este árbol se remonta al período neolítico, como lo demuestran diversos estudios de fósiles encontrados. Originaria de Asia Menor, la higuera ha extendido su cultivo y crecimiento silvestre a gran parte del mundo, especialmente en la región mediterránea. Ha sido considerada en muchas culturas antiguas como un símbolo de abundancia debido a su capacidad para proporcionar numerosos frutos con un mínimo de cuidados.
La higuera es un árbol que, a pesar de su apariencia de arbusto debido a su baja altura, no suele superar los 10 metros y en promedio mide entre 3 y 4 metros. Sus ramas se extienden desde un tronco bajo en forma de rodrigones. El ficus carica es poco exigente en cuanto al tipo de terreno donde se desarrolla, ya que puede crecer en suelos rocosos, aunque su desarrollo es más lento en terrenos secos.
El tronco presenta una corteza lisa y grisácea. Es un árbol caduco, lo que significa que pierde su follaje en determinadas épocas del año. Las hojas de la higuera son muy distintivas, grandes, de unos 25 centímetros de largo y 18 de ancho, con hasta cinco lóbulos. Se disponen de forma alterna y están unidas a las ramas por un largo pecíolo. La higuera tiene un sistema de raíces potente que le permite crecer en terrenos rocosos, lo que puede representar un riesgo para las construcciones cercanas.
Variedades y Polinización
El ficus carica puede presentarse en variedades dioicas, con ejemplares que producen flores masculinas y otros que producen flores femeninas, así como en variedades monoicas, que producen flores de ambos sexos. Este aspecto es crucial para su polinización y producción de frutos. La polinización del higo es un proceso único, que involucra a una pequeña avispa, la Blastophaga psenes, que ayuda a transportar el polen entre las flores interiores del higo.
El higo, fruto del ficus carica
El higo se refiere al fruto obtenido del ficus carica, aunque botánicamente hablando, no es un fruto en sí mismo, sino una infrutescencia, un conjunto de frutos. Actualmente, se reconocen unas 750 especies de higos, la mayoría comestibles, aunque algunas no son aptas para el consumo humano. Este pseudo-fruto tiene forma de pera y mide aproximadamente 7 centímetros de largo y 5 centímetros de diámetro. Su color varía desde negro azulado a blanco cuando está maduro, pasando por verde claro cuando no lo está. La pulpa del higo es carnosa y de un sabor dulce e intenso. Los higos son muy estacionales y se recolectan a finales del verano.
¿Qué son las brevas?
El ficus carica ofrece dos cosechas anuales. La primera se conoce como brevas y se recolecta en verano. Estas infrutescencias no lograron madurar en el otoño anterior y completan su proceso en la primavera siguiente. Aunque son menos dulces que los higos, las brevas son más apreciadas debido a su mayor tamaño, lo que les confiere un valor comercial más alto. Sus características físicas son similares a las de los higos.
Cultivo del ficus carica
La higuera se reproduce mediante esquejes. En espacios amplios, puede desarrollar una copa globosa considerable. Tolerante a una amplia gama de temperaturas, desde -7°C hasta un ideal de 18 a 25°C, la higuera no es exigente en cuanto a cuidados, pero para lograr cosechas óptimas es recomendable plantarla en suelos con abundante humus y buen drenaje. Se sugiere cubrir el lecho del árbol con ladrillos y piedras para facilitar el drenaje y evitar el encharcamiento.
La plantación de la higuera debe realizarse en invierno, y cuando los brotes comienzan a crecer, es aconsejable atarlos a una estaca para asegurar un crecimiento recto. Es importante revisar anualmente las ligaduras para evitar el estrangulamiento del tronco. Aunque es una planta rústica, las lluvias moderadas son suficientes para un buen crecimiento, manteniendo cierta sequedad durante la maduración de las infrutescencias para evitar la pudrición de los higos.
Consumo de higos y brevas
Los higos y brevas se pueden consumir frescos o deshidratados, conocidos como higos secos o pasas. El proceso de secado es sencillo: los higos frescos se aplastan y se colocan al sol sobre esterillas de caña durante el verano, a temperaturas superiores a 30°C. Es necesario cambiar su posición varias veces al día para asegurar una evaporación uniforme. Los higos secos son más nutritivos, con una mayor concentración de azúcares, y se utilizan en la elaboración de postres, helados y compotas.