La cayena es el nombre común de los pimientos picantes del género Capsicum (principalmente Capsicum annuum). Son plantas originarias de las Américas tropicales y subtropicales, y hoy se cultivan en todo el mundo en climas cálidos para uso culinario y, en algunas culturas, con fines medicinales.

La cayena se utiliza fresca, seca o en polvo (polvo de cayena). Sus frutos alargados suelen cambiar de color a medida que maduran, pasando de verde a amarillo, naranja o rojo, según la variedad. Su sabor picante se debe a la capsaicina, compuesto responsable de la sensación de calor en la boca.
Nota: En algunas regiones, el término cayena se emplea coloquialmente para referirse a plantas distintas; sin embargo, en este artículo nos referimos específicamente al pimiento picante Capsicum annuum.
Usos y aplicaciones

La cayena ofrece múltiples beneficios y aplicaciones en distintos ámbitos: culinario, cosmético, medicinal, ornamental y ganadero. A continuación se describen los usos más comunes, así como precauciones a considerar.
- Uso culinario: Se emplea para aportar picante y sabor en guisos, salsas, marinados y caldos. La capsaicina, principal compuesto activo, puede estimular el apetito y el metabolismo, pero su consumo debe ser moderado, especialmente en personas con gastritis, úlceras o en ayunas.
- Cosmética y cuidado personal: En cosmética se utiliza en productos para el cabello, la piel y la higiene. Pueden emplearse extractos o infusiones diluidas para favorecer la circulación en el cuero cabelludo y aportar brillo; no se deben aplicar directamente sobre la piel sensible, ojos o mucosas. Existen productos comerciales que incorporan cayena o extractos picantes; para el uso casero, conviene diluir y realizar pruebas de tolerancia.
- Tratamiento tradicional y relajación: Las flores de la cayena se utilizan para preparar infusiones que, en algunas tradiciones, ayudan a relajar y a promover el sueño, y pueden aliviar molestias leves del sistema respiratorio cuando hay expectoración. No se recomienda su consumo durante el embarazo o la lactancia y debe moderarse su ingesta conforme a indicaciones profesionales.
- Uso en la melena y cuidado capilar: Las flores o su extracto pueden emplearse para dar brillo, suavidad y vitalidad al cabello. Se pueden aplicar en geles capilares o como complemento directo, evitando el contacto con los ojos y la piel sensible.
- Ganadería: En algunas regiones se utiliza la cayena como complemento alimenticio para bovinos y caprinos, por su aporte de sabor y posibles beneficios digestivos. Su uso debe ser supervisado por un veterinario y administrado en dietas adecuadas para evitar irritaciones estomacales o desequilibrios nutricionales.
- Productos comerciales y medicina naturista: Existen productos derivados de la cayena en la medicina naturista, como lociones, champús y cápsulas. La eficacia y seguridad varían según la formulación; su uso no debe sustituir tratamientos médicos cuando sean necesarios, y debe realizarse bajo indicaciones profesionales.
Advertencia: ciertas prácticas tradicionales mencionan cocimientos de la raíz para irritaciones oculares. Estas preparaciones pueden provocar irritación grave y no se recomiendan. En caso de irritación ocular, consulte a un profesional de la salud y evite aplicar sustancias picantes cerca de los ojos.
La cayena, botánica y cultivo
La cayena es un arbusto perenne de la familia de las Solanáceas, cultivado principalmente por sus frutos picantes. En condiciones adecuadas de clima y manejo, puede florecer durante todo el año. En la mayoría de los ambientes, su altura oscila entre 0,6 y 1,5 metros; en plantas vigorosas o con buena exposición solar puede superar ese rango.
Presenta hojas alternas, de verde intenso y lustrosas, con bordes ligeramente aserrados. Su porte es compacto y erguido, con ramificación que facilita la entrada de luz al interior de la planta.

Las flores son hermafroditas y de forma acampanada. Según la variedad, pueden ser simples o dobles. Se agrupan en las axilas foliares, formando inflorescencias o apareciendo solitarias. Las flores tienen estambres prominentes y un pistilo central; son de corta duración (aproximadamente 1 día), pero la planta mantiene una floración continua a lo largo de la temporada.
Los frutos son cápsulas alargadas que, al madurar, pueden presentar colores que van desde el rojo intenso, pasando por rosado o escarlata, hasta naranja, amarillo o blanco, según la variedad. Un fruto típico mide entre 2 y 10 cm de longitud. En muchas variedades la planta es productiva; cuando fructifica, contiene varias semillas en su interior. En algunas variedades la producción puede ser abundante y constante.
El tallo es erecto y ramificado; en plantas adultas adquiere un aspecto leñoso. Las raíces son relativamente superficiales, por lo que la cayena necesita buena iluminación y un suelo con drenaje adecuado. Es sensible al exceso de humedad y al encharcamiento, lo que favorece enfermedades radiculares.
- Hábitat, cultivo y cuidados: Prefiere climas cálidos y templados, con sol pleno. Requiere suelos bien drenados y ricos en materia orgánica. Riegos moderados y constancia en la fertilización durante el crecimiento. Poda ligera para mantener la forma y facilitar la recolección.
- Propagación: Se recomienda por semilla o por esquejes; la siembra se realiza en primavera y la germinación suele ocurrir en 7–14 días, dependiendo de la temperatura.
- Uso y sabor: Los frutos picantes se emplean en gastronomía para salsas, guisos y conservas. La intensidad del picante depende de la variedad y del grado de madurez; la capsaicina es la principal molécula responsable del picor y tiene usos en gastronomía y cosmética a pequeña escala.
- Notas de seguridad y manipulación: Al manipular frutos frescos conviene usar guantes para evitar irritación de la piel y ojos; evitar el contacto con mucosas y lavar bien las manos tras el manejo.
- Plagas y enfermedades: Puede verse afectada por ácaros, pulgón o mosca blanca; prevenir con prácticas culturales y, si es necesario, aplicar productos adecuados. Evitar el encharcamiento para prevenir pudrición de raíces.
En la cocina, la cayena se valora por su aroma y su intensidad. Se puede usar fresca, seca o en polvo para aportar color y calor a sopas, salsas, adobos, encurtidos y guisos. El grado de picante se mide en unidades Scoville; a mayor concentración de capsaicina, mayor picor. Para manipularlas, es recomendable retirar las semillas si se desea menor intensidad. Los aceites esenciales de la cayena se emplean en preparaciones aromatizadas y extractos culinarios.
La cayena en jardinería
La cayena es muy apreciada en jardinería por su resistencia, adaptabilidad y desarrollo vigoroso. Sus cualidades ornamentales la convierten en una opción versátil para embellecer diferentes entornos. Se utiliza con frecuencia tanto en espacios domésticos como en áreas públicas: residencias, plazas, parques y avenidas, donde realza el paisaje.
El colorido de sus flores y del follaje aporta un atractivo estético que perdura a lo largo de varias estaciones. Cuando se planta a corta distancia entre sí, las plantas tienden a formar coberturas densas y entrelazadas. Con podas adecuadas, es posible obtener setos naturales y bardas vivas que delinean distintos ambientes y aportan estructura y color al jardín.
Aplicaciones y pautas de cultivo:
- Sol y sustrato: requiere sol pleno y un suelo bien drenado. Aunque tolera suelos moderadamente fértiles, evita encharcamientos y humedades prolongadas.
- Riego y nutrición: riego regular pero moderado; deja secar la capa superficial entre riegos. Aplica compost o un fertilizante equilibrado durante la primavera y el verano.
- Poda y forma: realiza podas de mantenimiento para mantener la forma y favorecer una densidad uniforme. Las podas ligeras tras la floración estimulan nuevos brotes.
- Propagación: se multiplica fácilmente por semillas o esquejes. Las semillas germinan mejor en temperaturas cálidas y pueden demorar entre 6 y 12 semanas en brotar; con esquejes, la propagación es más rápida.
- Usos decorativos: ideal para bordes, macizos, setos bajos y jardineras colgantes. Las cayenas en macetas pueden crear composiciones de color muy llamativas durante el verano.
- Precauciones: las hojas y frutos pueden irritar la piel y mucosas; usar guantes al manipular y evitar el contacto con la cara. Mantener fuera del alcance de niños y mascotas.
- Plagas y manejo: puede verse afectada por pulgón, ácaros y trips. En caso necesario, emplea métodos orgánicos (jabón potásico) o productos específicos, siguiendo las indicaciones del fabricante.
En combinación con otras especies, la cayena ofrece grandes posibilidades para crear jardines dinámicos y coloridos, siempre que se respeten sus necesidades de sol, drenaje y poda.
Reproducción de la cayena
La cayena (Capsicum annuum) se reproduce principalmente por semillas, aunque también es posible utilizar estacas, acodos e injertos. Este cultivo admite obtener distintas variedades en un mismo patrón, una característica muy valorada en la jardinería moderna. De hecho, se han realizado numerosos avances para mejorar la floración y la calidad de las plantas, lo que ha permitido ampliar la oferta de variedades con combinaciones de colores y una belleza destacada.
Si prefieres la reproducción por semillas, que es la opción más común, observa estas pautas: prepara una maceta o bandeja con sustrato ligero y bien drenante, realiza una siembra superficial (aprox. 0,5–1 cm) y cubre ligeramente. Mantén la humedad constante y una temperatura entre 20 y 25 °C para favorecer la germinación. Al brotar, aclimata las plántulas a la luz, colocándolas en luz indirecta o semisombra. Una vez que las plántulas estén firmes, puedes dejarlas en la misma maceta o trasplantarlas a un tiesto o en el huerto.
La propagación por estacas, acodos e injertos se utiliza especialmente en la horticultura avanzada y en producción comercial. A continuación se detallan las pautas clave:
- Estacas: toma esquejes de madera semirrígida de 7–12 cm con 2–3 yemas, elimina las hojas inferiores y enraíza en sustrato húmedo con hormona de enraizamiento. Mantén alta humedad y evita el encharcamiento. Enraizan en 2–4 semanas; trasplanta cuando presenten raíces fuertes.
- Acodos: el acodo permite que una rama desarrolle raíces mientras continúa unida a la planta madre. Una vez formadas las raíces, se separa la nueva planta para trasplantar.
- Injertos: el injerto puede emplearse para combinar una variedad deseada con un patrón resistente o con características específicas, especialmente en cultivos comerciales. Requiere técnica y condiciones controladas para un buen éxito.
Consejos prácticos: en climas templados, la reproducción suele realizarse mejor en primavera o verano, cuando las temperaturas y la humedad favorecen el enraizamiento y el crecimiento. En climas fríos, conviene llevar las propagaciones a interiores o a un invernadero. Independientemente del método, las plantas suelen crecer con rapidez si reciben un riego adecuado, buena iluminación y nutrición regular. En general, desde la siembra hasta una planta productiva transcurren varias semanas, o incluso meses; la germinación de semillas aparece entre una y dos semanas en condiciones óptimas, y la floración y la producción de frutos requieren más tiempo.
Cuidados de la cayena
La cayena crece con facilidad y rapidez sin requerir cuidados complejos. Requiere poco riego y, si bien tolera distintos niveles de luz, rinde mejor a pleno sol. Por su origen tropical, no soporta las bajas temperaturas ni las heladas; en climas fríos conviene cultivarla en interiores o en invernadero y protegerla de corrientes de aire frío.
Para un manejo saludable, vigile la presencia de plagas como pulgones, mosca blanca y araña roja. Aunque la cayena es relativamente resistente, las hormigas pueden favorecer ciertas plagas al proteger a los pulgones; mantenga el cultivo limpio y tome medidas de control si observa infestaciones.
Riego y sustrato: tolera periodos de sequía breves, pero conviene mantener el sustrato uniformemente húmedo durante la temporada de crecimiento. En suelo o en maceta, asegúrese de un drenaje adecuado y use sustratos ligeros y bien drenantes. Evite el encharcamiento, que favorece las enfermedades de las raíces.
Fertilización: la cayena no requiere grandes aportes de fertilizante. Un aporte ligero de compost o un fertilizante equilibrado cada 4–6 semanas durante el crecimiento estimula la producción de frutos. Evite excesos de nitrógeno, que fomentan un crecimiento vegetativo excesivo a expensas de la fructificación.
Poda y manejo: la poda ayuda a mantener la planta compacta y facilita la cosecha. Pode ramas débiles o cruzadas para promover un crecimiento más sano y una mayor producción de frutos. Realice podas de formación a finales del invierno o principios de la primavera, antes del incremento de la actividad vegetativa.
Cosecha: recoja los frutos cuando alcancen el color característico de la variedad (por ejemplo, de verde a rojo intenso). Córtelos con cuidado para evitar dañar ramas y asegúrese de dejarlos maduros para maximizar el sabor y el picante.
Reconocida a nivel mundial
La cayena se cultiva en numerosas regiones del mundo, tanto en interiores como en exteriores. Sus plantas florecen con frecuencia, exhibiendo flores y vainas en desarrollo que maduran a menudo en tonos que van del verde al rojo intenso, lo que las hace atractivas para la jardinería y el paisajismo.
En climas cálidos, como en Venezuela, es una planta muy común en jardines y entornos urbanos, donde aporta color y aroma. También se utiliza como planta ornamental en patios y balcones, y puede cultivarse en macetas grandes con buena exposición solar.
La flor de la cayena es especialmente apreciada por su elegancia y por atraer polinizadores como abejas y mariposas, lo que favorece la biodiversidad del jardín. Esta cualidad ornamental, combinada con su valor culinario, ha contribuido a su popularidad en la jardinería doméstica.
La cayena ofrece usos culinarios muy variados. Sus frutos picantes se emplean para preparar salsas, adobos, marinados, caldos y platos tradicionales de diversas regiones. El polvo de cayena, obtenido al secar y moler los frutos, es un condimento básico en muchas cocinas mundiales y aporta un toque de picante y color.
- Uso culinario: Los frutos picantes se incorporan en salsas, guisos, marinados y platos regionales de América, África y Asia. El picante puede variar según la variedad y la maduración.
- Cuidados y cultivo: Prefiere sol pleno y suelos fértiles y bien drenados. El riego debe ser regular, evitando encharcamientos. En climas templados se cultiva como planta anual; en climas cálidos puede comportarse como perenne. La germinación de las semillas suele ocurrir entre 7 y 14 días.
- Propagación y variedades: Se propaga principalmente por semilla, aunque también se puede emplear esqueje en algunas variedades ornamentales. Existen cultivares ornamentales con frutos alargados y colores que van del rojo al amarillo y anaranjado.
- Aspecto ornamental y paisajismo: La planta produce flores blancas y frutos alargados que aportan color durante varias semanas, aptos para jardinería en macetas, cercos y parterres. Requiere protección contra heladas en zonas de clima templado.
- Notas culturales y seguridad: En ciertas tradiciones culinarias y festividades, la cayena simboliza energía y vitalidad; su uso en la cocina y su cultivo conectan a comunidades a través de la gastronomía local. Al manipular frutos picantes, conviene usar guantes y lavarse las manos para evitar irritaciones en la piel o en los ojos.























