La azucena es una planta herbácea, perteneciente a la familia de las liliáceas. Es originaria de los países árabes pero está extendida por Asia, Europa y el resto de los continentes, teniendo mayor presencia en las zonas templadas. Su nombre científico es Lilium.
Características de la Azucena
Su tallo se divide en dos, una parte en forma de bulbo escamoso que crece bajo la tierra y del cual se desprenden las raíces y futuros hijos de la planta; y otra que se desarrolla erguida en la superficie y que puede alcanzar los dos metros de altura. De ella brotan hojas verdes lanceoladas y en su extremo se expande un ramillete de hermosas flores. Por lo general se dan entre ocho y doce por cada planta.
La flor de azucena es hermafrodita, es decir que reúne estambre y pistilo. Se compone de seis pétalos iguales, pero independientes el uno del otro, provistos de nectarios que abren formando una trompeta o estrella con las puntas curvadas hacia atrás. La hay de muchos colores y en diversidad de especies, pero una de las más emblemática es la Lilium candidum, blanca y elegante, símbolo de pureza, majestuosidad y de amor verdadero.
Por su singular belleza, durabilidad y fácil cultivo, las flores de azucena se utilizan para la decoración de interiores, para la elaboración de arreglos florales e inclusive para la creación del tradicional bouquet o ramo de novia. Las especies más comercializadas por los floricultores son la Lilium candidum, Lilium amabile, Lilium cernnum y la Lilium Martagón. Esta última es una clase de lirio llorón o azucena silvestre.
La mayoría de las azucenas desprenden un exquisito y suave perfume, que se intensifica durante la noche, y que es muy cotizado en la industria cosmética para la elaboración de cremas, tónicos y fragancias. Su particular aroma ha atraído a los hombres desde tiempos remotos. Quizás por ello han sido representadas en esculturas y pinturas medievales e inclusive de mayor data.
cultivo de la azucena
En otoño se planta el bulbo de la azucena cubriéndolo con suficiente tierra, a una profundidad dos o tres veces mayor que su tamaño, preferiblemente en un suelo de composición ácida y abonado con estiércol. Debe guardarse una distancia de mínimo 20 centímetros entre bulbo y bulbo, para que para que pueda desarrollarse sin problema.
La azucena prefiere los lugares frescos más no excesivamente fríos, y gusta del sol. En cuanto al riego, su tierra debe mantenerse húmeda pero no encharcada, ya que afectaría el bulbo. Puede colocársele fertilizante mineral diluido en agua cada 12 o 15 días a partir de la aparición de los brotes y hasta el momento de su floración. Una vez pasado este proceso, la planta muere, pero el bulbo debe ser dejado bajo la tierra, donde se reproduce y surge una nueva planta. Cada 2 o 3 años, el bulbo puede ser desenterrado para separar de él los bulbillos o hijos, que tendrán que ser cultivados por separado en un suelo rico en minerales y permeable, al igual que la planta madre.
Las azucenas se dan igual manera en macetas en el jardín, siempre y cuando se vigilen las condiciones de riego, luz y sombra.
Es una planta que puede ser severamente atacada por pulgones, trips y arañas que comen sus hojas y le transmiten hongos, virus y bacterias. De allí la importancia de cuidar los nutrientes de su suelo y el riego de agua y químicos necesarios. Si se satura de agua podría sufrir además de botrytis o moho gris, una enfermedad ocasionada por el exceso de humedad. Se sabe que está presente porque la planta cambia su color y textura. Las hojas se ven afectadas por una necrosis sorprendente y el tallo se torna marrón, frágil y ulcerado.
La primera señal visible será un cambio en el color y en la textura de la planta. En las hojas, se traduce en una necrosis secándose rápidamente. Si el hongo ataca al tallo, éste se volverá marrón, frágil y ulcerado.
beneficios y Propiedades medicinales de la Azucena
La azucena contiene como principios activos polisacáridos solubles y flavonoides, entre ellos el ácido gamma-metil glutámico, por lo que se le atribuyen propiedades antiflamatorias, analgésicas, expectorantes y diuréticas. Se utiliza como tópico para curar úlceras, forúnculos, quemaduras, irritaciones, heridas, eczemase inflamaciones.
El bulbo de la azucena se usa como cataplasma caliente para eliminar panadizos, verrugas y forúnculos. Según la práctica popular, el bulbo se lava con abundante agua, se asa sobre cenizas y se corta en láminas que sirven de cataplasma. Hervido en agua o leche funge como un eficaz callicida.
Por otra parte, las flores remojadas en aguardiente son empleadas en el tratamiento de desgarros y contusiones, mientras que maceradas en aceite se utilizan para calmar dolores de oído y desaparecer las estrías de las mamas. Sus pétalos son un aliado contra la tos.
Existen visos de que la azucena puede ser efectiva en el tratamiento de afecciones ginecológicas. Para ello se preparan infusiones, hirviendo tres gramos de bulbo en 100 mililitros de agua.
Su consumo no debe estar combinado con fármacos y debe ser validado con el médico tratante de la patología.