Moraceae 7
Ficus pumila
Emparentado con las moras se encuentra el ficus pumila, una especie fanerógama propia de la zona este de Asia. Es decir, Vietnam, Japón y China, aunque luego se propagó a varias regiones de los Estados Unidos. El término “Pumilus” hace referencia a lo minúsculo de sus hojas. Es una planta perenne y leñosa, que alcanza una altura de los 2.5 m a 4 m. Cuando es joven sus hojas son pequeñísimas y esbeltas, pero irán variando conforme envejecen.
Morera
En la familia de las moráceas, específicamente en el género Morus se halla un peculiar ejemplar del este y centro asiático. Los científicos la denominan “Morus alba”, pero el ciudadano de a pie la conoce como morera.
Gomero
El gomero, caucho o Ficus elástica, es un árbol oriundo de la india, perteneciente a la familia Moraceae. Se cultiva ampliamente en las regiones tropicales y subtropicales de casi todo el continente americano. Es muy común observarlo en parques, plazas, jardines y avenidas de distintas ciudades de América. Incluso, también se puede tener en macetas dentro de viviendas y patios.
Yaca
El árbol de la yaca, científicamente conocido como Artocarpus heterophyllus, pertenece a la familia de las Moráceas. Su fruta es considerada la más grande del mundo, pues llega a sobrepasar los 30 kilos. Comerla es disfrutar de una agradable mezcla entre mango, banana, durazno, melón, piña, naranja y kiwi, por la que se le da el calificativo de tutifruti o fruta de los siete sabores.
Ficus benjamina
El Ficus benjamina, también conocido como ficus común o simplemente ficus, es una planta ampliamente utilizada como elemento ornamental debido a su atractivo visual y facilidad de cultivo. Perteneciente a la familia de las Moraceae, está estrechamente emparentado con la higuera. Su uso decorativo es común en interiores de hogares, oficinas y accesos a complejos residenciales. Sin embargo, en algunas ciudades se ha limitado su uso en espacios públicos debido a su potente sistema radicular, capaz de causar daños significativos a estructuras cercanas, aceras y tuberías subterráneas. Originario del sureste asiático y de regiones del norte y sur de Australia, su cultivo como planta de interior se ha extendido globalmente.

Descripción del Ficus benjamina: Sus características
El Ficus benjamina es un árbol de hojas perennes con una copa amplia, globosa y frondosa. En su hábitat natural, puede alcanzar alturas de entre 15 y 20 metros. Su tronco es delgado, con una corteza lisa de color gris o blanquecina, y en ejemplares adultos se observan raíces aéreas.
Sus hojas, de un verde intenso, presentan variaciones de tonalidades según su edad; las más jóvenes son de un verde claro y brillante, mientras que las más viejas adquieren un verde oscuro y grueso. Tienen forma ovalada, con una longitud de 4 a 8 centímetros y un ancho de 2 a 4 centímetros. El pecíolo no supera los 2 centímetros.
Aunque sus frutos no son comestibles para los humanos, resultan ser un manjar para las aves. Estos frutos son sésiles y axilares, con colores que oscilan entre el rojo, púrpura y amarillo.
Durante el invierno, el Ficus benjamina reduce su crecimiento, pero en primavera muestra un vigoroso brote de nuevas hojas, manteniendo este crecimiento hasta el otoño. Las condiciones de temperaturas altas durante el día y moderadas en la noche favorecen su desarrollo.
Ficus benjamina en el Paisajismo Urbano
En el paisajismo urbano, el Ficus benjamina ha sido una opción popular por su estética y facilidad de mantenimiento. Sin embargo, su sistema radicular agresivo presenta desafíos. Muchos municipios ahora prefieren alternativas que sean menos invasivas para las infraestructuras subterráneas. Es importante considerar el espacio disponible y las características del suelo antes de plantar un Ficus benjamina en áreas urbanas.
Cultivo del Ficus benjamina
Debido a su sistema radicular poderoso, se recomienda su cultivo en macetas u otros recipientes de gran tamaño cuando se utiliza como planta ornamental. Para jardines, se sugiere plantarlo en canteros que limiten la extensión de sus raíces.
El Ficus benjamina prospera en tierra de jardín con un alto contenido de turba y materia orgánica. Para mejorar el drenaje, se puede añadir una sexta parte de arena. A partir de los dos meses de plantado, se recomienda fertilizar con un fertilizante líquido para promover un rápido desarrollo de la planta. Si las raíces comienzan a verse apelmazadas, es necesario trasplantarlo a un contenedor más grande.
La reproducción del Ficus benjamina se puede realizar mediante esquejes o acodos aéreos. En el primer caso, se corta una rama joven de unos 12 centímetros, dejando 5 centímetros sin hojas para enterrar en la maceta. En el segundo método, se realiza una incisión en una rama joven, se aplican hormonas de crecimiento, y se cubre con musgo y una bolsa de plástico. Una vez que se desarrollan raíces, se planta en una nueva maceta. Es recomendable trasplantar el ficus cada dos años durante la primavera.
Cuidados del Ficus benjamina
El Ficus benjamina se adapta bien a condiciones de sequedad en interiores, especialmente en ambientes calefaccionados, pero es crucial establecer un régimen de riego adecuado. Se debe regar dos veces por semana, manteniendo buenas condiciones de humedad en el suelo y asegurando un correcto drenaje. En invierno, el riego puede reducirse a cuando el suelo se haya secado.
En épocas de calor o en ambientes calefaccionados, se aconseja pulverizar las hojas con agua y limpiar con un paño húmedo para asegurar la correcta respiración de la planta.
La poda debe realizarse en primavera. Si se desea evitar el crecimiento vertical, se puede podar la yema principal. Dado que es una planta de copa frondosa, la poda mejora la aireación. Se deben retirar ramas en mal estado o con crecimiento irregular para mantener una buena apariencia ornamental.
Ficus carica (higuera)
El ficus carica, comúnmente conocido como higuera, es un árbol altamente valorado por su fruto, el higo. La domesticación y consumo de este árbol se remonta al período neolítico, como lo demuestran diversos estudios de fósiles encontrados. Originaria de Asia Menor, la higuera ha extendido su cultivo y crecimiento silvestre a gran parte del mundo, especialmente en la región mediterránea. Ha sido considerada en muchas culturas antiguas como un símbolo de abundancia debido a su capacidad para proporcionar numerosos frutos con un mínimo de cuidados.
La higuera es un árbol que, a pesar de su apariencia de arbusto debido a su baja altura, no suele superar los 10 metros y en promedio mide entre 3 y 4 metros. Sus ramas se extienden desde un tronco bajo en forma de rodrigones. El ficus carica es poco exigente en cuanto al tipo de terreno donde se desarrolla, ya que puede crecer en suelos rocosos, aunque su desarrollo es más lento en terrenos secos.
El tronco presenta una corteza lisa y grisácea. Es un árbol caduco, lo que significa que pierde su follaje en determinadas épocas del año. Las hojas de la higuera son muy distintivas, grandes, de unos 25 centímetros de largo y 18 de ancho, con hasta cinco lóbulos. Se disponen de forma alterna y están unidas a las ramas por un largo pecíolo. La higuera tiene un sistema de raíces potente que le permite crecer en terrenos rocosos, lo que puede representar un riesgo para las construcciones cercanas.
Variedades y Polinización
El ficus carica puede presentarse en variedades dioicas, con ejemplares que producen flores masculinas y otros que producen flores femeninas, así como en variedades monoicas, que producen flores de ambos sexos. Este aspecto es crucial para su polinización y producción de frutos. La polinización del higo es un proceso único, que involucra a una pequeña avispa, la Blastophaga psenes, que ayuda a transportar el polen entre las flores interiores del higo.
El higo, fruto del ficus carica
El higo se refiere al fruto obtenido del ficus carica, aunque botánicamente hablando, no es un fruto en sí mismo, sino una infrutescencia, un conjunto de frutos. Actualmente, se reconocen unas 750 especies de higos, la mayoría comestibles, aunque algunas no son aptas para el consumo humano. Este pseudo-fruto tiene forma de pera y mide aproximadamente 7 centímetros de largo y 5 centímetros de diámetro. Su color varía desde negro azulado a blanco cuando está maduro, pasando por verde claro cuando no lo está. La pulpa del higo es carnosa y de un sabor dulce e intenso. Los higos son muy estacionales y se recolectan a finales del verano.
¿Qué son las brevas?
El ficus carica ofrece dos cosechas anuales. La primera se conoce como brevas y se recolecta en verano. Estas infrutescencias no lograron madurar en el otoño anterior y completan su proceso en la primavera siguiente. Aunque son menos dulces que los higos, las brevas son más apreciadas debido a su mayor tamaño, lo que les confiere un valor comercial más alto. Sus características físicas son similares a las de los higos.
Cultivo del ficus carica
La higuera se reproduce mediante esquejes. En espacios amplios, puede desarrollar una copa globosa considerable. Tolerante a una amplia gama de temperaturas, desde -7°C hasta un ideal de 18 a 25°C, la higuera no es exigente en cuanto a cuidados, pero para lograr cosechas óptimas es recomendable plantarla en suelos con abundante humus y buen drenaje. Se sugiere cubrir el lecho del árbol con ladrillos y piedras para facilitar el drenaje y evitar el encharcamiento.
La plantación de la higuera debe realizarse en invierno, y cuando los brotes comienzan a crecer, es aconsejable atarlos a una estaca para asegurar un crecimiento recto. Es importante revisar anualmente las ligaduras para evitar el estrangulamiento del tronco. Aunque es una planta rústica, las lluvias moderadas son suficientes para un buen crecimiento, manteniendo cierta sequedad durante la maduración de las infrutescencias para evitar la pudrición de los higos.
Consumo de higos y brevas
Los higos y brevas se pueden consumir frescos o deshidratados, conocidos como higos secos o pasas. El proceso de secado es sencillo: los higos frescos se aplastan y se colocan al sol sobre esterillas de caña durante el verano, a temperaturas superiores a 30°C. Es necesario cambiar su posición varias veces al día para asegurar una evaporación uniforme. Los higos secos son más nutritivos, con una mayor concentración de azúcares, y se utilizan en la elaboración de postres, helados y compotas.
Ficus Lyrata
Entre todas las plantas de interior que podríamos mencionar, el género Ficus es, sin duda, uno de los más reconocidos y apreciados. Probablemente hayas escuchado hablar del Ficus benjamina, una especie emblemática que alcanzó gran popularidad a finales de los años 90. Durante esa época, esta planta fue tendencia en numerosos hogares y oficinas, y despertó el interés de jardineros aficionados y profesionales que buscaban profundizar en sus cuidados y características.
En este artículo, aunque el Ficus lyrata no sea la especie más conocida dentro del género, queremos que conozcas en profundidad esta fascinante planta y comprendas por qué se ha convertido en un elemento imprescindible para muchos amantes de la jardinería de interior. Popularmente conocida como la higuera de hoja de violín, su presencia imponente y sus hojas grandes y brillantes la han convertido en una favorita contemporánea en hogares, oficinas y espacios comerciales.
A lo largo de este texto, exploraremos detalladamente sus características botánicas, cuidados específicos, beneficios estéticos y ambientales, así como consejos prácticos para su cultivo y mantenimiento. Si estás interesado en añadir un toque de elegancia y frescura a tu entorno, o simplemente deseas saber más sobre esta planta que ha cautivado a tantos, te invitamos a seguir leyendo. ¿Estás listo para descubrir todo lo que el Ficus lyrata puede ofrecerte?
Características generales del Ficus lyrata
El Ficus lyrata, aunque no sea tan conocido como otros miembros del género Ficus, ha ganado popularidad en los últimos años debido a su apariencia única y su capacidad para destacar en cualquier espacio, ya sea un interior moderno o un jardín tropical. Su atractivo principal radica en la forma y el tamaño de sus hojas, que aportan un toque de elegancia y frescura a cualquier ambiente.
Cuando pensamos en una planta de interior, solemos centrarnos en su tamaño o en la forma general que adopta. Sin embargo, el Ficus lyrata destaca principalmente por el intenso color verde de sus hojas y por su forma particular, que recuerda a un violín o a una lira, de ahí su nombre ‘lyrata’. Estas hojas grandes, anchas y ligeramente onduladas, con venas prominentes, son un elemento decorativo que aporta textura y vida a los espacios.
En cuanto a su descripción general, el Ficus lyrata es un árbol perenne que puede alcanzar hasta 20 metros de altura en su hábitat natural, aunque en interiores suele mantenerse mucho más pequeño gracias a las condiciones controladas y la poda. Su copa es densa y voluminosa, lo que le confiere una presencia imponente. El tronco es de corteza grisácea, inicialmente lisa, pero que con el tiempo puede tornarse ligeramente rugosa en ciertas zonas, mostrando una textura interesante que contrasta con la suavidad de las hojas.
Además de su valor ornamental, el Ficus lyrata es apreciado por su capacidad para purificar el aire, ya que ayuda a eliminar toxinas comunes en interiores, contribuyendo a un ambiente más saludable. Esta característica lo convierte en una opción ideal para hogares y oficinas que buscan combinar estética y bienestar.
Origen y curiosidades del Ficus lyrata
Ahora que conocemos qué tipo de planta es el Ficus lyrata y algunas de sus características generales, es importante profundizar en sus detalles más interesantes. Esto te permitirá decidir con mayor seguridad si esta planta es adecuada para tu hogar o jardín, y comprender mejor su singularidad y valor ornamental.
El Ficus lyrata es originario de África occidental, específicamente de regiones tropicales como Ghana y Costa de Marfil. Su apariencia recuerda notablemente a las higueras, lo que ha generado cierta confusión, aunque botánicamente no están estrechamente relacionadas. Esta semejanza radica principalmente en el tamaño y la forma de sus hojas, que son grandes y llamativas.
El nombre lyrata proviene curiosamente de la palabra lira, un antiguo instrumento musical de cuerda. Esto se debe a que las hojas del Ficus tienen una forma que recuerda a la lira, con lóbulos que asemejan las cuerdas y el cuerpo del instrumento. Esta denominación resulta especialmente interesante porque, a diferencia de muchas otras plantas que reciben su nombre en honor a personas o descubridores, el Ficus lyrata debe su nombre a una analogía con un objeto cultural y artístico.
Además, las hojas del Ficus lyrata no solo son estéticamente atractivas, sino que también desempeñan un papel importante en la fotosíntesis, gracias a su gran superficie. Esta característica contribuye a su capacidad para purificar el aire, lo que la convierte en una planta ideal para interiores, mejorando la calidad del ambiente y proporcionando un toque natural y elegante.
Otra curiosidad es que, aunque es un árbol tropical, el Ficus lyrata se adapta muy bien al cultivo en macetas y espacios interiores, siempre que reciba suficiente luz indirecta y humedad adecuada. Esto ha impulsado su popularidad como planta ornamental en muchas partes del mundo, especialmente en hogares y oficinas modernas.
Cuidados esenciales para el Ficus lyrata

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Ahora que conocemos las características principales del Ficus lyrata, es fundamental profundizar en los cuidados necesarios para mantener esta planta en óptimas condiciones. Este ejemplar, ampliamente valorado como planta de interior, requiere atención específica para prosperar y aportar belleza a nuestro espacio.
Temperatura: El Ficus lyrata es sensible a las variaciones extremas de temperatura y prefiere ambientes cálidos y estables. La temperatura ideal oscila entre los 18 y 24 °C. Es importante evitar ubicarlo en lugares donde reciba corrientes de aire frío o cerca de fuentes de calor directo, ya que esto puede afectar su desarrollo y salud.
Iluminación: Aunque el sol directo puede dañar sus hojas, el Ficus lyrata necesita una iluminación abundante y difusa para crecer adecuadamente. Lo ideal es situarlo cerca de ventanas bien iluminadas, donde reciba luz natural filtrada durante varias horas al día. La falta de luz puede provocar la caída de hojas y un crecimiento débil.
Riego: El riego debe ser moderado y adaptado a las estaciones del año. Durante los meses cálidos de primavera y verano, el sustrato debe mantenerse ligeramente húmedo, evitando encharcamientos que puedan provocar pudrición radicular. En otoño e invierno, el riego debe reducirse, permitiendo que la tierra se seque parcialmente entre riegos, ya que la planta entra en un período de menor actividad.
Además, es recomendable mantener una humedad ambiental moderada, ya que el Ficus lyrata proviene de climas tropicales. Pulverizar sus hojas ocasionalmente o colocar un humidificador cerca puede ayudar a mantener su salud y brillo.
Por último, cabe destacar que el Ficus lyrata es muy apreciado no solo por su aspecto elegante y moderno, sino también por su relativa facilidad de cuidado en interiores. Su popularidad ha crecido considerablemente entre jardineros aficionados y profesionales, convirtiéndolo en un símbolo de estilo y naturaleza en hogares y oficinas.
Con estos cuidados básicos, el Ficus lyrata puede convertirse en una magnífica pieza verde que aporta frescura y sofisticación a cualquier ambiente. ¡Continuaremos compartiendo más información para ayudarte a disfrutar plenamente de esta maravillosa planta!
Beneficios estéticos y ambientales del Ficus lyrata
Más allá de su belleza evidente, el Ficus lyrata ofrece múltiples beneficios tanto estéticos como ambientales que justifican su creciente popularidad como planta de interior. Su imponente follaje crea un punto focal que aporta elegancia y modernidad a cualquier espacio, ya sea en un hogar, una oficina o un local comercial.
Estéticamente, sus grandes hojas brillantes y su porte arquitectónico permiten crear ambientes sofisticados y naturales, integrándose perfectamente con diferentes estilos de decoración, desde minimalistas hasta más clásicos o bohemios. Además, su tamaño versátil posibilita que pueda ser un árbol de interior destacado o un acompañamiento en composiciones con otras plantas.
En términos ambientales, el Ficus lyrata contribuye a mejorar la calidad del aire interior mediante la absorción de dióxido de carbono y la liberación de oxígeno, así como la filtración de contaminantes comunes. Esto genera espacios más saludables y confortables, favoreciendo el bienestar general de las personas que habitan o trabajan en ellos.
Finalmente, su capacidad para adaptarse a condiciones interiores y su resistencia relativa hacen que esta planta sea una opción sostenible para quienes desean incorporar naturaleza en ambientes urbanos sin requerir un mantenimiento excesivamente complejo.