La planta de algodón es una de las más cultivadas a nivel mundial gracias a la calidad de la fibra vegetal que produce. Se utiliza para textiles de gran suavidad y durabilidad, y también para una diversa gama de productos en salud, cosmética y gastronomía, entre otros.

El algodón se cultivó originariamente en la India, de donde se difundió hacia otras regiones alrededor del año 1500 a. C. En la actualidad, Asia concentra la mayor producción y consumo de esta fibra; sin embargo, también se cultiva en África, Europa y América. En el continente americano, Estados Unidos, Brasil y México figuran entre los grandes productores, y algunos países andinos han incrementado su participación en los últimos años. En particular, Perú ha aumentado su producción, aunque no es el mayor productor de la región.
La planta de algodón pertenece al género Gossypium, de la familia Malvaceae. Aunque existen varias decenas de especies de Gossypium, solo unas cuantas se cultivan para la fibra textil. Las cuatro especies más importantes para la producción de fibra son:
- Gossypium hirsutum — la especie más cultivada a nivel mundial; se adapta a una amplia gama de climas y etapas de desarrollo, y está presente en América Central, el Caribe, México, Norteamérica y África.
- Gossypium barbadense — conocida como algodón Pima o Sea Island; fibra excepcionalmente suave y resistente; cultivada principalmente en Sudamérica y el Caribe, con presencia en otras regiones.
- Gossypium arboreum — cultivo tradicional en el sur de Asia, especialmente en India y áreas próximas; suele llamarse algodón arbóreo debido a su tipo de crecimiento.
- Gossypium herbaceum — originario de África y Asia; se cultiva en la Península Arábiga y otras zonas de África y Asia.
Sostenibilidad y retos

Impacto ambiental y prácticas agrícolas: el cultivo del algodón está asociado a un alto consumo de agua y al uso de pesticidas y fertilizantes en muchos sistemas de producción. En respuesta, se han desarrollado prácticas más sostenibles, como el riego por goteo, la rotación de cultivos, el manejo integrado de plagas y la adopción de algodón orgánico. En algunas regiones, se han introducido variedades transgénicas como el algodón Bt que han contribuido a reducir la cantidad de pesticidas, aunque ello también plantea desafíos de manejo de plagas y resistencia.
En la industria textil, la fibra de algodón se valora por su biocompatibilidad, durabilidad y capacidad de teñido. La demanda actual se orienta cada vez más hacia enfoques sostenibles, incluyendo algodón orgánico y mezclas con fibras recicladas, que buscan reducir el impacto ambiental a lo largo de la cadena de suministro.
Características del Algodón

El algodón es un arbusto de crecimiento rústico que se adapta a condiciones adversas. Resiste la sequía y las bajas temperaturas, e incluso puede desarrollarse en zonas de montaña. En condiciones adecuadas, su altura habitual no supera los tres metros.
El tallo es recto y de textura lisa, con ramas de desarrollo mixto: algunas fructíferas y otras vegetativas. De estas ramas emergen hojas caducas de color verde oscuro, con bordes lobulados.
Las flores nacen en racimos pequeños, de tres a siete unidades. Su coloración varía entre amarillo pálido y blanco, con una mancha púrpura en la base interna en algunas variedades.
La parte más interesante de la planta son sus frutos: cápsulas ovaladas que albergan las semillas. De estas cápsulas brotan las fibras textiles del algodón, las cuales miden aproximadamente entre 20 y 45 milímetros de longitud, dependiendo de la especie y la variedad. La cápsula es verdosa y se oscurece al madurar; su peso aproximado es de 10 gramos.
Cultivo del algodón
El algodón se reproduce a través de semillas. En climas templados, la siembra se realiza en primavera y la cosecha se recoge en otoño o al finalizar la temporada de sequía, según la variedad y las condiciones locales. En muchas regiones, el cultivo se plantea como un ciclo anual. Durante la fase de germinación y las primeras etapas de desarrollo es crucial vigilar la aparición de plagas o enfermedades para evitar pérdidas significativas.
La temperatura adecuada para la germinación de las semillas de algodón se sitúa alrededor de 20 °C o más. Tras la siembra, es necesario regar de forma regular para mantener el sustrato húmedo, evitando encharcamientos. Se recomienda un suelo bien drenante, preferentemente franco o ligeramente arenoso, enriquecido con materia orgánica y con un pH cercano a 6–7, que favorece la absorción de nutrientes.
La planta requiere luz solar directa para desarrollarse de manera óptima; la sombra prolongada debilita el crecimiento y reduce la producción. Al inicio del verano, la planta florece; tras la polinización, la flor se transforma en fruto (la cápsula o boll) que madura y se abre para liberar las fibras del algodón.
La recolección de la fibra puede realizarse a mano en pequeños plantíos o mediante maquinaria en explotaciones de mayor escala. Las cosechadoras mecánicas permiten desprender las fibras de las cápsulas y recoger la fibra en contenedores, lo que agiliza el proceso y reduce pérdidas.
Procesamiento y obtención de fibras
Procesamiento y obtención de fibras: tras la cosecha, el algodón pasa por un proceso de desmotado para separar la fibra de las semillas y de las impurezas. En la industria, la desmotación se realiza en máquinas desmotadoras (gin) y la fibra resultante se somete a limpiezas adicionales para eliminar restos vegetales. Posteriormente, las fibras se hilan para obtener hilos mediante procesos de torcido y estirado. Estos hilos se utilizan para tejer telas y fabricar prendas.
Etapas clave:
- Siembra y germinación: las semillas germinan en suelos cálidos; vigilar plagas y enfermedades desde el inicio.
- Desarrollo y floración: la planta crece, florece y se forman las cápsulas que almacenan las fibras.
- Cosecha: recolección de las fibras, ya sea manual o con maquinaria, para minimizar pérdidas.
- Procesamiento: desmotado, limpieza y hilado para obtener hilos listos para tejido.
Usos del algodón
El algodón es una fibra natural apreciada por su suavidad, transpirabilidad y versatilidad. Sus propiedades lo acercan a numerosos sectores: desde prendas de vestir hasta aplicaciones industriales, pasando por productos de uso cotidiano y derivados de sus semillas. A continuación se presentan usos representativos, organizados por áreas.
- Textil: la fibra de algodón se emplea para confeccionar ropa y textiles en general, gracias a su comodidad, durabilidad y capacidad de absorción.
- Cosmético: las fibras y fibras cortas de algodón se utilizan en productos de belleza y cuidado de la piel, como discos desmaquillantes y toallitas faciales, así como en tratamientos cosméticos.
- Salud: se emplea como material de curación para limpiar y proteger heridas y para la elaboración de gasas y apósitos estériles.
- Gastronomía: de las semillas se obtiene un aceite comestible, conocido como aceite de algodón, utilizado en la cocina de algunas regiones y en la industria alimentaria.
- Agronomía: los subproductos de la semilla, como la torta de algodón, se emplean como fertilizante y como fuente de proteína en la alimentación animal; el aceite obtenido de las semillas tiene usos culinarios e industriales.
- Industria: la fibra de algodón sirve como materia prima para lonas, textiles industriales y productos de protección y cobertura, como carpas, entre otros usos.
- Química: la fibra de algodón se utiliza en la fabricación de papel moneda en diversos países, gracias a la resistencia de sus fibras; también encuentra aplicaciones como material absorbente e ingrediente en ciertos procesos químicos.
Aplicaciones medicinales
El algodón (Gossypium spp.) ha sido utilizado tradicionalmente con fines terapéuticos. Ya sea en infusión a partir de las hojas o en cataplasma elaborado con las semillas trituradas, estas preparaciones se han empleado para aliviar diversas dolencias.
Infusión de hojas: se obtiene de las hojas y se utiliza para:
- Fiebre
- Diarrea
- Flatulencias
- Estimulación del parto (solo bajo supervisión médica; no debe intentarse sin indicación profesional)
- Propiedades diuréticas
- Apoyo en hepatitis según uso tradicional
- Estimulación de la producción de leche materna
- Descongestión de las vías respiratorias
Cataplasma de semillas: con las semillas trituradas se prepara una pasta que se aplica externamente para aliviar:
- Heridas superficiales de la piel
- Dolor de cabeza
- Problemas de hemorroides (aplicación externa)
Preparación y uso seguro
- Infusión de hojas: Coloque una cucharada de hojas secas por cada taza de agua caliente. Déjese reposar 5–10 minutos, cuñe y beba 1–2 tazas al día, ajustando según tolerancia. Evite dosis excesivas.
- Cataplasma de semillas: Triture las semillas hasta obtener una pasta espesa. Mezcle con agua tibia o un poco de aceite vegetal y aplique sobre la piel limpia. Mantenga la cobertura durante 20–30 minutos o según indicación. Retire y enjuague la zona.
Precauciones: Las preparaciones pueden provocar irritación cutánea o reacciones alérgicas en personas sensibles. No se debe usar para inducir el parto sin supervisión médica ni en embarazadas de forma no controlada. Si se presentan irritación, enrojecimiento, malestar o fiebre, suspenda su uso y consulte a un profesional de salud.






















