Flores

  • Inicio
  • Árboles
  • Arbustos
  • Plantas
    • Exterior
    • Interior
    • Medicinales
  • Frutales
    • Frutas
  • Hortalizas
  • Hongos
  • Otros
  • Sobre Nosotros

Amanita phalloides

Amanita phalloides es un hongo micorrizógeno perteneciente a la familia Amanitaceae y al género Amanita. El término phalloides proviene del griego phallos (pene) y eidos (forma), lo que significa «con forma de falo». Esta denominación probablemente se debe al parecido de su basidiocarpo en etapas tempranas de desarrollo con la forma de un falo masculino o con las setas del orden Phallales. En español, esta especie es conocida por diversos nombres comunes, tales como oronja verde, canaleja, oronja mortal, hongo de la muerte y cicuta verde.

Esta seta es una de las más venenosas de Europa, solo superada en peligrosidad por especies como Amanita gemmata. Su consumo ha provocado numerosos casos de intoxicación grave, con una tasa de mortalidad que puede alcanzar hasta el 90% si no se recibe tratamiento adecuado y oportuno. Ninguna parte de esta seta es comestible, y su toxicidad radica en la presencia de compuestos amatoxinas que afectan principalmente al hígado y pueden causar fallo multiorgánico.

Debido a su apariencia, Amanita phalloides suele confundirse con especies menos peligrosas, como la Amanita citrina, que es inofensiva, o la Russula virescens, que aunque presenta un aspecto similar, carece de anillo y volva, elementos característicos de la oronja verde. Esta confusión es una de las principales causas de envenenamientos accidentales.

La intoxicación provocada por el consumo de Amanita phalloides recibe el nombre de micetismo. Históricamente, ha sido responsable de numerosos envenenamientos mortales, destacando casos famosos como el del Emperador romano Claudio y el Emperador alemán Carlos VI de Habsburgo. Estos episodios ponen de manifiesto la importancia de un conocimiento riguroso y precaución extrema al recolectar setas silvestres.

Características morfológicas

Amanita phalloides es un hongo epigeo con esporocarpo visible, que presenta un cuerpo de fructificación grande e imponente, dotado de un píleo bien desarrollado. Su sombrero, que mide entre 5 y 15 cm de diámetro, inicialmente es redondeado y convexo, pero a medida que envejece se aplana y emite un característico olor dulzón.

El color del sombrero varía desde un amarillo pálido hasta un verde oliva intenso, aunque en algunas ocasiones puede aparecer muy claro, casi blanco, con fibras radiales más oscuras que se extienden hacia los bordes. Las láminas bajo el sombrero y el tallo son blancas, mientras que el tallo presenta un anillo bien definido, similar a una falda, que puede deteriorarse o desaparecer con el tiempo.

Amanita phalloides

El tallo mide entre 8 y 15 cm de largo y de 1 a 2 cm de ancho. Su base se ensancha formando un bulbo característico, protegido por una envoltura blanca llamada volva. Esta volva, distintiva de Amanita phalloides, a menudo se oculta bajo la hojarasca, por lo que es fundamental removerla cuidadosamente para identificarla correctamente.

Esta especie emerge de la tierra envuelta en un velo universal que asemeja un huevo; cuando este se rompe, deja la volva como remanente visible en la base del tallo.

La carne de Amanita phalloides es blanca, con un ligero tono verdoso bajo la cutícula. Su textura no es muy firme y su sabor es suave y dulce en ejemplares jóvenes. Sin embargo, a medida que el hongo envejece, su olor se torna desagradable y repugnante, lo cual puede ser un indicio de su toxicidad.

Es importante destacar que, aunque su apariencia puede resultar atractiva, Amanita phalloides es una de las setas más venenosas del mundo, responsable de numerosas intoxicaciones mortales. Por ello, reconocer sus características morfológicas es esencial para evitar confusiones con especies comestibles.

Hábitat y distribución

Amanita phalloides aparece principalmente durante el otoño, ya que prefiere temperaturas moderadas y no tolera bien el frío intenso. Esta especie crece comúnmente en bosques caducifolios, especialmente bajo árboles como robles y castaños, donde el suelo suele ser ácido o ligeramente ácido, condiciones que favorecen su desarrollo. También se encuentra en áreas de montaña, donde crece cerca de coníferas y en praderas adyacentes a los bosques.

Su presencia puede ser abundante en ciertos años, dependiendo de las condiciones climáticas y la humedad del suelo. Es importante destacar que Amanita phalloides mantiene una relación micorrízica con los árboles, lo que significa que forma una simbiosis esencial para su crecimiento y para la salud del ecosistema forestal.

Amanita phalloides en su hábitat

Además, la distribución de esta especie se ha extendido más allá de su área original en Europa, encontrándose actualmente en América del Norte y otras regiones, donde ha colonizado hábitats similares gracias a la introducción accidental.

Acción tóxica y mecanismos

Amanita phalloides contiene tres grupos principales de toxinas: amatoxinas, faloidinas y falolisinas. Estas sustancias son termorresistentes, lo que significa que no se destruyen mediante la cocción, el marinado ni el secado. Su mecanismo de acción principal consiste en inhibir la ARN polimerasa II, una enzima esencial para la transcripción del ADN y la síntesis proteica, lo que conduce a la muerte celular.

Las toxinas son rápidamente absorbidas en el tracto gastrointestinal y luego circulan a través del sistema enterohepático, siendo excretadas principalmente por los riñones y en menor medida por las heces. Sin embargo, algunos estudios sugieren que las amatoxinas podrían no participar directamente en este proceso de excreción, lo que aún genera debate en la comunidad científica.

La intoxicación por Amanita phalloides, conocida como micetismo, se divide en tres fases clínicas, precedidas por un período asintomático que puede durar entre 6 y 24 horas tras la ingestión, lo que explica su acción tardía y dificulta un diagnóstico temprano.

  • Fase gastrointestinal: Se extiende de 12 a 36 horas e inicia con síntomas como dolor abdominal intenso, náuseas, vómitos y diarrea profusa. En algunos casos, la diarrea puede contener moco sanguinolento, lo que provoca una rápida deshidratación y puede desencadenar un estado de shock con alteraciones hidroelectrolíticas graves.
  • Fase de mejoría aparente: Dura entre 12 y 24 horas, durante la cual los síntomas gastrointestinales parecen remitir. Sin embargo, en esta etapa comienza el daño hepático subyacente, evidenciado por el aumento progresivo de las enzimas hepáticas, aunque el paciente aún puede sentirse relativamente mejor.
  • Fase hepatorenal: Se manifiesta entre 2 y 4 días después de la ingestión. En esta etapa, se observan signos claros de hepatotoxicidad, incluyendo elevación de bilirrubina y transaminasas, alteraciones en el perfil de coagulación, hipoglucemia y acidosis metabólica. Además, puede desarrollarse insuficiencia renal por daño tóxico directo o secundario a la deshidratación severa. Si no se recibe tratamiento oportuno y adecuado, esta fase puede culminar en la muerte por insuficiencia hepatorenal.

Es importante destacar que la gravedad de la intoxicación depende de la dosis ingerida, la rapidez del diagnóstico y la eficacia del tratamiento. Actualmente, el manejo incluye soporte vital, corrección de desequilibrios hidroelectrolíticos, y en casos severos, el trasplante hepático puede ser la única opción para salvar la vida del paciente. Además, investigaciones recientes exploran el uso de tratamientos específicos como la silibinina y la penicilina benzatina para bloquear la captación hepática de amatoxinas, mejorando el pronóstico.

Manifestaciones clínicas de la intoxicación

Es importante destacar que un solo ejemplar de Amanita phalloides puede causar una intoxicación grave en una persona. A pesar de los avances médicos que han reducido las tasas de mortalidad, el riesgo de fallecimiento sigue siendo elevado debido a la potencia de sus toxinas.

El cuadro clínico típico de la intoxicación por Amanita phalloides se desarrolla en varias fases bien definidas: inicialmente, hay un período asintomático que puede durar entre 6 y 24 horas, durante el cual la persona no presenta síntomas aparentes. Esta fase es seguida por una primera etapa gastrointestinal, caracterizada por náuseas intensas, vómitos, diarrea y dolor abdominal, que generalmente dura de 24 a 48 horas y puede llevar a una deshidratación severa.

Tras esta etapa, se presenta una fase de latencia o aparente mejoría clínica, donde los síntomas gastrointestinales disminuyen temporalmente, engañando tanto al paciente como a los médicos sobre la gravedad de la intoxicación. Sin embargo, esta mejoría es engañosa, ya que en el interior del organismo las toxinas continúan dañando los órganos.

Finalmente, surge la fase hepatorrenal, en la cual el veneno afecta principalmente al hígado y a los riñones, provocando insuficiencia hepática aguda y daño renal severo. Este daño puede ser irreversible y, en muchos casos, requiere un trasplante hepático urgente para salvar la vida del paciente.

Las toxinas principales, como las amatoxinas, inhiben la síntesis de ARN en las células hepáticas, causando la muerte celular masiva. Esta acción lenta y prolongada dificulta la identificación temprana de la intoxicación, aumentando la gravedad del envenenamiento. Por ello, es fundamental extremar las precauciones y no confundir Amanita phalloides con otras setas comestibles, pues su apariencia puede ser similar a especies inocuas.

Además, la intoxicación puede presentar complicaciones adicionales como coagulopatías, encefalopatía hepática y fallo multiorgánico. El diagnóstico precoz y la intervención médica inmediata, incluyendo la administración de tratamientos específicos como la silimarina o el uso de carbón activado, son cruciales para mejorar el pronóstico.

Ago 5, 2017Laura Castro

Entradas relacionadas:

  • Morchella
    Morchella
  • Boletus Edulis
    Boletus Edulis
  • Cantharellus cibarius
    Cantharellus cibarius
  • Tigridia
    Tigridia
  • Photinia
    Photinia
  • Fumagina
    Fumagina
  • Plantas venenosas
    Plantas venenosas
  • Micología
    Micología
ViolaFotosíntesis
Laura Castro

Experta en flores exóticas y plantas ornamentales

Siempre he sentido fascinación por las flores más inusuales y llamativas, especialmente aquellas con necesidades específicas. Me encanta compartir mi conocimiento sobre cómo cultivar con éxito flores exóticas y ornamentales, haciendo que incluso las especies más delicadas prosperen en cualquier entorno. Mi objetivo es ayudarte a cultivar con confianza, disfrutando de la belleza única que estas plantas pueden ofrecer.

📌 Mis temas favoritos: Orquídeas, suculentas, flores tropicales, métodos de propagación y técnicas especializadas para plantas delicadas.

Hongos
Más recientes
La importancia y características de la lechuga en la alimentación contemporánea
Abutilon
Abutilon
Plantas colgantes
Plantas colgantes
Cotiledones
Cotiledones
Stapelia
Stapelia
Archivos
No te lo pierdas
Arbustos para cercos
Arbustos para cercos
Zaragatona
Zaragatona
Photinia
Photinia
Pinsapo
Pinsapo
Quercus petraea
Quercus petraea
Otras webs del grupo
animales
Recomendado
El geranio
Cucurbita
Cucurbita
Compuestos orgánicos
Compuestos orgánicos
Fitorremediación
Fitorremediación
Pingüica
Pingüica
RSS Flores
  • La importancia y características de la lechuga en la alimentación contemporánea
  • Abutilon
  • Plantas colgantes
  • Cotiledones
Etiquetas
Camelliasalimentación saludablenutriciónFagaceaelechuga
Legal y contacto
Política de privacidad
Política de Cookies Contacto
Flores.Ninja - Copyright © 2025