Cucurbitaceae 7
Cucurbita
Cucurbita es el nombre científico de muchas variedades de hortalizas pertenecientes a la familia de las cucurbitáceas. Son de tamaño medio y suelen ser plantas trepadoras. Su distribución se centra en los trópicos, aunque hay algunas especies semidesérticas. Se cree que son originarias de Norteamérica. De allí fueron llevadas a Europa en los barcos que regresaban tras la conquista de países americanos.
Pepino
El pepino es el nombre que recibe una planta herbácea anual denominada Cucumis sativus, aunque vulgarmente se la conoce con el mismo nombre de su fruto. Pertenece a la familia de las cucurbitáceas, por lo que guarda una estrecha relación de parentesco con el zapallo, el zapallito, la sandía y otras similares. El pepino es un fruto comestible pero que cuenta con importantes aplicaciones en cosmetología y medicina. Esta planta es originaria de la India y sus propiedades y consumo se remontan a 3.000 años atrás.
Calabacín
El calabacín es una hortaliza, perteneciente a la familia Cucurbitáceas, de donde deriva su nombre botánico Cucúrbita pepo. La planta es de porte rastrero, herbáceo y anual. Es cerdosa y de aspecto frondoso. Su siembra es rústica, de rápido progreso y desarrollable en diferentes épocas del año. Comprende dos variedades: Condensa u oblonga, a la que pertenecen los calabacines, y Ovifera, que se emplea mayormente como ornamento.
Calabaza
La calabaza o zapallo, es el fruto en baya de la calabacera, una planta anual de duración corta, que en el trópico se cultiva en los meses de marzo y junio. Pertenece a la familia de las Cucurbitáceas, y científicamente se conoce como Cucurbita máxima.
Melón
“El que sacie su estómago con melones se llenará de luz”, es un proverbio musulmán con el que las personas del Medio Oriente describen los beneficios que se obtienen al consumir esta preciada fruta, conocida por sus magníficas propiedades.
Sandía
Refrescante como ninguna y con una dulzura irresistible, la sandía es una de las frutas más ricas en agua (91%) y baja en calorías. Provine de un arbusto de poca altura de la familia de las cucurbitáceas (Cucurbitaceae), que se caracteriza por ser trepador, herbáceo, geófito o anual.
El chayote
Sechium edule, conocido comúnmente como chayote, es una planta de la familia de las cucurbitáceas, al igual que el melón, la sandía y el pepino. El chayote es altamente apreciado por sus propiedades nutritivas y su versatilidad en la cocina. Originario de América, sus principales centros de cultivo se encuentran en México, Costa Rica y Guatemala, aunque su cultivo se ha extendido a países como Italia, India y China, entre otros, desde la época de la conquista española.
El chayote no solo es valorado por su sabor y textura, sino también por su bajo contenido calórico y su capacidad para enriquecer diversos platos. A continuación, exploraremos sus características botánicas, usos culinarios y beneficios para la salud.
Características de la planta de chayote
La planta de chayote es una trepadora robusta que puede alcanzar hasta 10 metros de longitud. Sus hojas lobuladas, de hasta 20 cm, presentan una tupida pilosidad en el anverso, lo que les confiere propiedades adherentes. Las flores son unisexuales: las masculinas son de color amarillo claro y se agrupan en inflorescencias racemosas, mientras que las femeninas son de color verde.
¿Cómo es el fruto?
El chayote, fruto de la Sechium edule, se asemeja a una pera grande. Su piel puede variar del verde oscuro al amarillo pálido, y algunas variedades presentan espinas, lo que llevó a los Aztecas a llamarlo «calabaza espinosa». La pulpa es blanquecina y en su centro alberga una semilla plana y lisa, rodeada de una formación fibrosa.
Las plantas de chayotera presentan diferencias de comportamiento según sean silvestres o cultivadas. Las cultivadas florecen en primavera y producen frutos en verano, mientras que las silvestres florecen desde primavera hasta el invierno, con frutos desde fines del verano hasta principios del invierno. Los frutos silvestres son más grandes y de color verde más oscuro.
Usos culinarios del chayote
El chayote se cultiva principalmente para su consumo humano. En América Central, se consume hervido o frito, similar a la mandioca, y también se utiliza como espesante en comidas para bebés. No solo se aprovecha el fruto; en algunas regiones, los tubérculos de las raíces se consumen como patatas, y las hojas tiernas se preparan en ensaladas.
Propiedades del chayote
El chayote es un excelente depurativo, facilitando la micción y la eliminación de toxinas a través de la orina. Se recomienda consumir chayote al cambiar de estación para potenciar este efecto depurativo.
Este fruto es rico en minerales como potasio y zinc, esenciales para la formación de enzimas y los procesos metabólicos de proteínas e hidratos de carbono. Además, contiene 7 de los 9 aminoácidos esenciales necesarios para la formación de proteínas, cruciales para la síntesis de enzimas, hormonas y neurotransmisores.
Aspectos nutricionales y beneficios adicionales
El chayote es bajo en calorías, lo que lo hace ideal para dietas de control de peso. Su alto contenido en fibra ayuda a la digestión, mientras que su aporte de antioxidantes contribuye a la reducción del estrés oxidativo en el organismo. Además, su consumo regular puede ayudar a mantener niveles saludables de presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
Cómo cultivarlo
Para cultivar chayote, es necesario un suelo con buen drenaje y abundante riego. Dado su origen tropical, la planta debe recibir mucho sol matutino. Como trepadora, se beneficia de estructuras de soporte, como árboles, que también proporcionan sombra adecuada.
En su variedad silvestre, el fruto cae al suelo y sus semillas germinan al descomponerse. En las variedades cultivadas, se seleccionan frutos que se guardan en un lugar oscuro y húmedo hasta que desarrollan yemas. Estas yemas se trasplantan cuando miden entre 20 y 25 cm, facilitando el crecimiento de nuevas plantas.