Brassicaceae 9
Lunaria
La lunaria es una planta revestida de un manto de misticismo desde épocas antiguas, cuando se le conferían poderes mágicos usándose en ceremonias para atraer el dinero. Dicen que quien la posea tiene buena suerte y fortuna estando protegido de todos los males. Se le relaciona con los cultos realizados a la luna y a diferentes diosas. De hecho, de allí proviene el nombre de lunaria.
Aubrieta
Dispuestas muy cerca una de la otra, las aubrietas se diseminan en forma de llamativos ramilletes de color púrpura, rosa, blanco, vino o azul. Son ideales para decorar de forma natural muro os caminos soleados, pues añaden un toque especial a cualquier entorno rocoso. Una característica muy conocida de esta planta, es que atrae a gran cantidad de mariposas y abejas.
Colza
Brassicanapus es el nombre científico de un arbusto o hierba que se da en tierras templadas. Comúnmente recibe el nombre de colza, canola o raps. Pertenece a la familia de las Brasicáceas, cuyas variedades se han cultivado durante mucho tiempo, para el aprovechamiento de sus múltiples partes comestibles (semilla, raíz, tronco y flores)
Colinabo
El colinabo es una planta comestible de la familia de los nabos (brasicáceas), también conocido como nabo sueco, nabo de cera y rutabaga. Se cree que se originó del cruce de los nabos (Brassica rapa) y la col silvestre (Brassica oleracea).
Rábano picante
El rábano picante (Armoracia rusticana), también conocido como rábano de caballo, rusticano y raíz picante, es una planta perenne de porte herbáceo. Pertenece a la familia crucífera, al igual que la mostaza, los nabos, el coliflor y la col. Se cultiva para el aprovechamiento de su raíz, por sus propiedades culinarias y medicinales.
Rúcula
La rúcula es una hortaliza agrupada dentro de las verduras de hojas verdes y cuyo cultivo está destinado al consumo. Esta planta se desarrolla principalmente en el sur de Europa, en la zona mediterránea y por eso se ha convertido en un ingrediente fundamental de la gastronomía de la región. También crece en Asia occidental y en el norte de África. Actualmente, su cultivo se ha extendido a casi todo el mundo, allí donde encuentra las condiciones climáticas adecuadas. La rúcula es una planta de la familia de las Crucíferas o Brasicaceae y su nombre científico es Eruca vesicaria, aunque existen algunas especies más que son identificadas como rúcula.
Bolsa de pastor
Para muchos, la bolsa de pastor es considerada una maleza invasora que se ha extendido por todos los continentes. Sin embargo, para otros representa una planta sumamente valiosa debido a sus múltiples propiedades medicinales y beneficios para la salud.
Esta especie vegetal es conocida por diversos nombres populares, como pan y queso, hierba de los chingolos, calzoncitos y jaramango blanco, reflejando su amplia presencia en distintas regiones y culturas.
Existen registros históricos que indican que en la Europa Medieval sus frutos se utilizaban como un remedio eficaz para facilitar la dentición en los niños, demostrando un uso medicinal ancestral que ha trascendido en el tiempo.
A pesar de su apariencia modesta y a veces subestimada, la bolsa de pastor posee un valor terapéutico considerable. Esta planta es reconocida por su capacidad para detener hemorragias, así como para tratar afecciones como úlceras, hemorroides y várices, gracias a sus propiedades antiinflamatorias, astringentes y cicatrizantes.
Además, estudios recientes han confirmado que la bolsa de pastor contiene compuestos antioxidantes y flavonoides que contribuyen a mejorar la circulación sanguínea y a fortalecer los vasos capilares, lo que la convierte en un recurso natural importante dentro de la fitoterapia.
Origen y características botánicas
La bolsa de pastor es una planta herbácea común originaria de Europa, aunque actualmente se ha adaptado y extendido a diversas regiones del mundo, incluyendo el norte de África, Asia, Alaska, Canadá, Estados Unidos, México y Hawái. Su nombre popular proviene de la característica forma de sus frutos, que asemejan pequeñas bolsas o sacos que los pastores utilizaban para guardar semillas, de ahí la asociación visual y el nombre que ha perdurado.
Desde un punto de vista botánico, la bolsa de pastor es una especie fanerógama, es decir, una planta vascular que produce semillas visibles. Se trata de una herbácea anual, lo que significa que su ciclo de vida completo se desarrolla en un año y no desarrolla tejidos leñosos permanentes. Pertenece a la familia Brassicaceae, también conocida como Cruciferae, la misma familia que incluye plantas como la mostaza, el brócoli y la col. Su nombre científico es Capsella bursa-pastoris, y es valorada tanto por sus propiedades medicinales como su capacidad para crecer en una amplia variedad de ambientes.
Identificación de la bolsa de pastor
La bolsa de pastor se caracteriza por un tallo erguido, de forma ascendente, cilíndrico y estriado, que puede alcanzar entre 15 y 50 centímetros de altura. De este tallo emergen hojas que suelen ser escasas, con bordes sinuosos y puntas cónicas. Estas hojas son sésiles (es decir, carecen de peciolo), con forma sagitada o abrazando el tallo, y tienen una longitud mínima de 10 centímetros.
Las flores de la bolsa de pastor son pequeñas, blancas y generalmente cuentan con cuatro pétalos membranosos de aproximadamente dos milímetros de largo, con puntas redondeadas y un ligero tono rojizo en los bordes. El pistilo está compuesto por dos carpelos fusionados, característica distintiva de esta especie.
En cuanto a los frutos, tienen forma de vaina y miden entre seis y nueve milímetros de longitud. Están divididos en dos compartimientos por una pared fibrosa, presentan un contorno acorazonado y una base estrecha. Las semillas, por su parte, son ovaladas y de color marrón, adaptadas para dispersarse con facilidad.
Una característica poco conocida pero fascinante de la bolsa de pastor es su condición de planta protocarnívora. Aunque no posee mecanismos para digerir activamente a sus presas, esta planta segrega un líquido viscoso cuando sus semillas se humedecen, que atrae y atrapa insectos u otros pequeños animales, provocando su muerte. Este proceso contribuye indirectamente a la nutrición de la planta, pues la descomposición de las presas en contacto con el entorno del suelo puede liberar nutrientes que la planta absorbe.
Este mecanismo, aunque no tan desarrollado como en las plantas carnívoras clásicas, representa una adaptación interesante que evidencia la diversidad de estrategias que las plantas pueden desarrollar para sobrevivir en ambientes con limitaciones nutricionales.
Cultivo y manejo de la bolsa de pastor
La bolsa de pastor, una planta resistente que a menudo sobrevive durante el invierno, es una maleza variable que se propaga principalmente por sus semillas. El momento ideal para su siembra es en primavera, generalmente entre los meses de febrero y mayo, cuando las condiciones climáticas son más favorables para su desarrollo.
Esta especie es sumamente adaptable y no requiere suelos fértiles para prosperar. Se puede establecer con éxito en terrenos pobres o degradados, siempre y cuando no estén congelados ni cubiertos por nieve. En condiciones óptimas, la bolsa de pastor puede incluso florecer durante todo el año, lo que la convierte en una planta perenne en muchas regiones.
Es común encontrarla en diversos ecosistemas, como campos agrícolas, terrenos baldíos, caminerías e incluso jardines urbanos. Su presencia en estos lugares no solo es indicativa de su capacidad de adaptación, sino que también contribuye a la biodiversidad local.
La recolección de la planta debe realizarse durante la primavera y el verano, evitando la raíz. Se recomienda cortar la planta en su totalidad y formar manojos que se secan posteriormente en un lugar sombreado para preservar sus propiedades, especialmente si se destina a usos medicinales o agrícolas.
Además de su resistencia, la bolsa de pastor ofrece beneficios agronómicos. Al cultivarla en huertos y campos, contribuye a mejorar la calidad del suelo, funcionando como un “abono verde”. Esto se debe a su capacidad para fijar nitrógeno en el suelo, lo que enriquece la tierra y favorece el crecimiento de cultivos posteriores sin necesidad de fertilizantes químicos.
Por su versatilidad y beneficios, la bolsa de pastor es una planta que merece ser considerada no solo como una maleza, sino como un recurso valioso en la agricultura sostenible y el manejo ecológico del suelo.
Principios activos de la bolsa de pastor
La bolsa de pastor es una planta medicinal rica en diversos principios activos que le confieren múltiples propiedades terapéuticas. Entre sus componentes destacan aminas como la tiramina, histamina y colina; alcaloides tales como burserina, yohimbina y ergocristina; flavonoides como luteolol-7-rutósido, quercetol-3-rutósido y diosmina; además de saponósidos, sales potásicas, aceite esencial con compuestos azufrados y ácidos orgánicos, incluyendo ácido fumárico y ácido cítrico.
Estos componentes actúan de manera sinérgica para producir diversos efectos en el organismo. Por ejemplo, la bolsa de pastor tiene un efecto hemostático, estimulando la formación y agregación de plaquetas, lo que favorece la coagulación sanguínea y la detención de hemorragias. Su acción vasoconstrictora, atribuida principalmente a las aminas vasoactivas, provoca la contracción de los vasos sanguíneos, ayudando a reducir el sangrado y la inflamación.
Además, posee propiedades uterotónicas, ya que la tiramina y la colina contribuyen a la contracción del músculo uterino, lo que puede ser útil para regular el ciclo menstrual y reducir hemorragias abundantes. También actúa como diurético, gracias a la presencia de flavonoides, sales potásicas y saponósidos, facilitando la eliminación de líquidos y toxinas a través de la orina.
Finalmente, la bolsa de pastor exhibe un efecto antiséptico, que ayuda a inhibir el crecimiento de microorganismos patógenos, contribuyendo a la prevención y tratamiento de infecciones. Estas propiedades hacen que esta planta sea valorada en la fitoterapia tradicional para diversas aplicaciones médicas.
Propiedades medicinales y usos tradicionales
Las propiedades medicinales de la bolsa de pastor se conocen desde hace siglos, cuando se descubrió que esta planta silvestre era especialmente efectiva para favorecer la coagulación sanguínea. Por esta razón, continúa utilizándose como un remedio natural para controlar distintos tipos de hemorragias, tanto internas como externas.
Además, combinada con otras plantas medicinales como la corteza de roble, la bolsa de pastor ha sido empleada tradicionalmente en el tratamiento de enfermedades respiratorias, incluyendo la tuberculosis. De manera más general, sus compuestos tienen efectos beneficiosos para aliviar diversas afecciones, tales como la cistitis, el acné, la inflamación, las diarreas, la cicatrización de heridas y la hipotensión (presión arterial baja).
Esta planta también es especialmente valorada en la salud femenina. Ayuda a regular menstruaciones abundantes, contribuye a desinflamar la vejiga y posee propiedades antisépticas que favorecen la desinfección del tracto urinario. Sin embargo, debido a su reconocido efecto abortivo, su uso está estrictamente contraindicado durante el embarazo.
En casos de retraso menstrual, se recomienda preparar un té con extracto de bolsa de pastor, al que se puede añadir un poco de miel para mejorar el sabor. Esta infusión puede tomarse durante seis días consecutivos o hasta obtener el resultado esperado. No obstante, es fundamental consultar a un profesional de la salud antes de iniciar cualquier tratamiento con esta planta, para evitar riesgos y asegurar un uso adecuado.
Brócoli
El brócoli es una planta que, desde hace siglos, se ha consolidado como un alimento fundamental en la dieta humana. Pertenece a la familia de las Brassicáceas y su nombre científico es Brassica oleracea var. italica. Comparte parentesco con otras hortalizas como la coliflor, el repollo y la col rizada, todas ellas reconocidas por sus beneficios nutricionales. Originario de Asia Menor, el brócoli fue cultivado inicialmente en la región mediterránea, especialmente en Italia, de donde proviene su denominación varietal «italica». Actualmente, la República Popular China es el principal productor mundial de este vegetal, aunque su cultivo y consumo se han extendido a numerosos países con climas templados y frescos, condiciones ideales para su crecimiento saludable.
El brócoli se caracteriza por sus inflorescencias densas y verdes, que son la parte comestible más apreciada, junto con sus tallos y hojas. Debido a su riqueza en vitaminas (como la C y la K), minerales, fibra y compuestos antioxidantes, el brócoli es valorado no solo por su sabor sino también por sus propiedades beneficiosas para la salud, incluyendo la prevención de enfermedades cardiovasculares y ciertos tipos de cáncer. Su versatilidad en la cocina permite que se consuma crudo, al vapor, salteado o en sopas, y es un ingrediente frecuente en dietas saludables y equilibradas.
Descripción y características del brócoli
El brócoli pertenece al grupo de las plantas crucíferas, al igual que la coliflor, con la que comparte ciertas similitudes morfológicas. Sin embargo, se diferencia claramente por su característico color verde intenso, que lo hace fácilmente reconocible.
Su rasgo más distintivo son sus abundantes inflorescencias, que tienen la apariencia de pequeños árboles unidos a tiernos tallos. Estas numerosas cabezas florales, que aún están inmaduras, son las partes aptas para el consumo. A diferencia de la coliflor, que generalmente presenta una única cabeza floral central, el brócoli no solo tiene esta cabeza principal, sino que también puede estar rodeada por numerosas flores menores, lo que le da una apariencia más ramificada y frondosa.
Las hojas del brócoli son grandes y lobuladas, con pecíolos alargados y limbos de color verde grisáceo. Su superficie suele ser ondulada y presenta lóbulos profundos que rodean y protegen las inflorescencias, funcionando como una especie de escudo natural.
Cuando las flores del brócoli maduran, pierden su valor culinario, ya que se vuelven duras y menos apetecibles. En esta etapa, las flores tienen cuatro pétalos de color amarillo pálido. Los frutos que se desarrollan son silicuas, cápsulas que se abren al madurar para liberar las semillas. Estos frutos presentan un tono rosado característico.
Es importante destacar que las únicas partes comestibles del brócoli son las inflorescencias inmaduras y el tallo central al que están unidas. El consumo de estas partes aporta múltiples beneficios nutricionales debido a su alto contenido en vitaminas, minerales y compuestos antioxidantes.
Valor nutricional y propiedades del brócoli
Además de su agradable sabor, el brócoli destaca por su elevado contenido de vitamina C y su riqueza en fibra dietética, elementos que contribuyen significativamente a la salud del tracto digestivo. Este vegetal contiene un compuesto bioactivo denominado diindolilmetano, reconocido por su capacidad para modular el sistema inmunológico, potenciando respuestas antibacterial, antiviral y anticancerígena.
Otro componente esencial es la glucorafanina, que el organismo transforma en sulforafano, un potente antioxidante y agente anticancerígeno que ha sido objeto de numerosos estudios por su capacidad para neutralizar radicales libres y promover la desintoxicación celular. Asimismo, el brócoli contiene indol-3-carbinol, un compuesto que contribuye a la reparación de daños en la cadena de ADN y actúa como inhibidor del crecimiento de células cancerosas, reforzando su papel en la prevención de enfermedades oncológicas.
El brócoli también es una fuente importante de carotenoides, especialmente luteína, que protege las células del envejecimiento prematuro al neutralizar el estrés oxidativo. El consumo regular de este vegetal se asocia con la prevención y el control de diversos tipos de cáncer, como el de próstata, y contribuye a mejorar la salud cardiovascular al ayudar a regular los niveles de colesterol y la presión arterial.
Es fundamental destacar que muchos de estos nutrientes y compuestos bioactivos son sensibles al calor y pueden perder gran parte de sus propiedades al ser hervidos. Por ello, se recomienda cocinar el brócoli al vapor, en el microondas o mediante salteados rápidos, técnicas que preservan sus beneficios nutricionales y aprovechan su textura y sabor. Estas formas de preparación han sido utilizadas tradicionalmente en diversas culturas asiáticas, especialmente mediante el uso del wok, que permite una cocción rápida y uniforme.
Cultivo del brócoli
El cultivo del brócoli es de gran relevancia debido a que, además de su sabor agradable, sus propiedades nutricionales lo convierten en un alimento esencial para una dieta equilibrada y saludable. Asimismo, existen diversas variedades adaptadas a distintas estaciones del año, lo que permite su producción durante todo el año en diferentes regiones.
Los climas templados son los más adecuados para el cultivo del brócoli. Estas plantas requieren una temperatura promedio entre 20 y 24°C para un crecimiento óptimo. Sin embargo, para el desarrollo adecuado de sus inflorescencias, las temperaturas ideales oscilan entre 10 y 15°C. La exposición prolongada al sol directo puede afectar negativamente la formación de las cabezas florales, por lo que se recomienda ubicar el cultivo en áreas con sombra parcial y resguardadas de vientos fuertes que puedan dañar las plantas.
En cuanto al suelo, el brócoli prospera mejor en suelos bien trabajados, con textura suelta y un pH neutro o ligeramente ácido. Si el suelo presenta una acidez elevada, es conveniente corregirla incorporando cal agrícola durante la preparación del terreno. Además, es fundamental enriquecer el suelo con abonos orgánicos o fertilizantes naturales para asegurar un aporte adecuado de nutrientes esenciales durante todo el ciclo de cultivo.
La multiplicación del brócoli se realiza principalmente por semillas. Aunque se puede realizar una siembra directa, es preferible iniciar el cultivo en semilleros, sembrando las semillas a una profundidad aproximada de 1 centímetro. Tras un período de germinación y crecimiento de aproximadamente 7 semanas, las plántulas estarán listas para ser trasplantadas al terreno definitivo.
Las plántulas deben trasplantarse en surcos o caballones, manteniendo una distancia de aproximadamente 60 centímetros entre cada planta para permitir un desarrollo adecuado. Los caballones deben estar separados por un mínimo de 80 centímetros para facilitar el manejo y la ventilación del cultivo.
El brócoli es una planta de crecimiento lento, por lo que el tiempo estimado desde el trasplante hasta la cosecha puede ser cercano a un año, dependiendo de la variedad y las condiciones climáticas.
En cuanto al riego, es fundamental mantener el suelo constantemente húmedo, evitando que se seque. Después del trasplante, se debe intensificar el riego hasta que comiencen a formarse las cabezas florales. A partir de ese momento, el riego debe ajustarse para conservar la humedad necesaria sin encharcar el suelo, ya que un exceso de agua podría favorecer enfermedades fúngicas.
El brócoli estará listo para la cosecha cuando la cabeza floral central alcance un diámetro aproximado de 15 centímetros. En ese momento, se debe cortar la cabeza floral dejando alrededor de 12 a 13 centímetros del tallo principal. Es importante recolectar el brócoli antes de que las flores comiencen a abrirse, pues la cabeza debe estar compacta para garantizar la mejor calidad y sabor.
Usos culinarios y recomendaciones para su consumo
El brócoli es un vegetal muy versátil que se puede incorporar en una gran variedad de preparaciones culinarias. Se consume comúnmente crudo en ensaladas, lo que permite aprovechar al máximo sus vitaminas y compuestos antioxidantes. También es habitual cocinarlo al vapor, ya que esta técnica ayuda a preservar sus nutrientes y su textura crujiente.
Además, el brócoli puede saltearse rápidamente en aceite, preferentemente de oliva, acompañado de ajo, cebolla u otras verduras, lo que realza su sabor y aporta variedad a los platos. Es frecuente también su uso en sopas, cremas y guisos, donde aporta sabor y un valor nutricional elevado.
Para conservar sus propiedades, se recomienda evitar la cocción prolongada o el hervido intenso, ya que el calor excesivo puede degradar sus vitaminas y compuestos bioactivos. Por ello, se sugiere optar por métodos rápidos y suaves de cocción, como el microondas o el wok, que permiten una preparación eficiente y saludable.
Coliflor
La coliflor es una planta que pertenece a la especie Brassica oleracea, de la variedad Botrytis. Conocida por su presencia en la dieta humana, se cultiva extensamente en todo el mundo, siendo China el principal productor mundial de coliflor. Al formar parte de la familia de las crucíferas, está emparentada con el nabo, el repollo, y también guarda un parentesco cercano con el brócoli.
Conozcamos la coliflor: Sus características
La coliflor es una planta que puede ser anual o, en algunos casos, bianual. Su estructura física es muy distintiva. La coliflor cuenta con una cabeza o corazón de color blanco, que es una inflorescencia compuesta por numerosas flores sin desarrollar, todas unidas a un eje central. Este cogollo, como se le llama, está rodeado por hojas gruesas y grandes de color verde grisáceo. El tamaño de este cogollo puede alcanzar los 30 centímetros de diámetro y pesar más de 2 kg. El color blanquecino, o a veces amarillento, se debe a la ausencia de clorofila en esta parte, ya que se encuentra en desarrollo. Si se deja crecer, la inflorescencia puede alcanzar hasta un metro de altura con flores completamente desarrolladas.
En términos de consumo, solo la parte del cogollo es utilizada. La coliflor es principalmente agua, lo que la hace baja en calorías, carbohidratos, grasas y proteínas. Sin embargo, es rica en fibras, vitamina B6, ácido fólico y vitamina B5. Además, contiene minerales como potasio y fósforo. La combinación de su alto contenido de agua con el potasio y la baja presencia de sodio convierte a este alimento en un excelente diurético, ayudando en la eliminación de excesos de líquidos del organismo. Se recomienda su consumo en casos de hipertensión arterial, retención de líquidos y baja producción de orina.
A pesar de sus beneficios, el consumo de coliflor puede tener contraindicaciones. Su alto contenido de fibra y presencia de compuestos de azufre pueden causar flatulencias y problemas digestivos en algunas personas. No se recomienda para personas con gastritis, úlceras gástricas o problemas de digestión lenta.
Cultivo de la coliflor
Para cultivar coliflor, se utiliza la reproducción mediante semillas, que deben plantarse en semilleros a un centímetro de profundidad. Después de aproximadamente 4 semanas, cuando los brotes alcanzan unos 10 centímetros de altura, se trasplantan al huerto. Las plantas deben colocarse en surcos, con una separación de medio metro entre ellas, y los surcos deben estar a 60 centímetros de distancia.
La coliflor prospera en terrenos arcillosos que retienen la humedad del suelo. Prefiere suelos de pH neutro o ligeramente ácido. Durante la preparación del terreno, es recomendable enriquecerlo con estiércol o compost, que proporcionan el nitrógeno necesario para este tipo de cultivo. Para asegurar un buen desarrollo, es importante eliminar regularmente las malas hierbas, evitando así la competencia por los nutrientes del suelo y el uso de herbicidas.
Desde el trasplante, es crucial que la coliflor reciba riego adecuado para mantener la humedad sin provocar encharcamiento. El agua debe acumularse en la base del surco, pero nunca en la parte superior para evitar la pudrición de las inflorescencias.
Existen diversas variedades de coliflor que se adaptan a distintas épocas del año, lo que permite su cultivo durante todo el año.
El consumo de coliflor
A pesar de que al hervir la coliflor puede desprender un olor levemente desagradable, su sabor es suave y ligeramente dulce, lo que la convierte en un excelente acompañamiento para una amplia variedad de platos. La coliflor puede prepararse de múltiples formas: al vapor, asada, frita, estofada, hervida o gratinada. Se puede servir como acompañamiento de legumbres o arroz, y es un ingrediente básico en la preparación de sopas y caldos de verduras. También se utiliza como acompañante de pescados como el bacalao, o incluso puede formar parte de una tortilla.
Innovaciones en el consumo de coliflor
En los últimos años, la coliflor ha ganado popularidad como sustituto de carbohidratos en dietas bajas en calorías. Se ha convertido en una alternativa para preparar pizzas con base de coliflor, arroz de coliflor y puré de coliflor. Estas innovaciones se deben a su versatilidad y capacidad para absorber sabores, así como a su perfil nutricional que apoya una alimentación balanceada.
Además, el auge de la cocina vegetariana y vegana ha impulsado el uso de la coliflor en preparaciones como «alas de coliflor» como alternativa a las alitas de pollo, y como ingrediente principal en curry y otros guisos.