El amaranto es un nombre común que agrupa a varias especies del género Amaranthus, de la familia Amaranthaceae. Entre las especies cultivadas con fines alimentarios destacan aquellas que producen semillas comestibles y hojas tiernas; una de las más conocidas es Amaranthus caudatus.

El amaranto presenta una diversidad de usos que van desde la alimentación y la ornamentación, hasta su valor agronómico y su adaptación a diferentes climas. Su cultivo y consumo se han difundido globalmente, y se destaca por ser naturalmente libre de gluten, lo que lo convierte en una opción atractiva para dietas sin gluten.
ORIGEN
El amaranto es nativo del territorio americano y fue parte esencial de la alimentación de los pueblos precolombinos, junto con el maíz, los frijoles y la chía. Su cultivo se practicaba en diversas regiones de Mesoamérica y de los Andes, abarcando lugares como México, Guatemala, Ecuador y Perú.
Entre las civilizaciones mesoamericanas, los mayas fueron de los primeros en cultivar este grano, al que denominaban xtes. Se empleaba en una gran variedad de platillos y, gracias a su alto valor nutricional, destacaba por su aporte proteico relativamente superior al de muchos otros granos y cereales.
En México era conocido como huautli y también tenía un papel destacado en ceremonias religiosas. En la región andina, el amaranto recibía el nombre de kiwicha, término que significa “pequeño gigante” y que reflejaba su importancia como fuente de alimento y sus supuestos efectos curativos.
Hoy, el amaranto se ha difundido globalmente como cultivo y alimento, gracias a su versatilidad: se consume como grano entero, se muele para harinas y bebidas, y se incorpora en dulces, atoles, panes y platos salados. Además, es naturalmente libre de gluten, lo que lo convierte en una opción atractiva para dietas sin gluten y para personas con sensibilidad al gluten.
DISTRIBUCIÓN Y CULTIVO
- Distribución: Se encuentra en casi todas las regiones de climas templados y tropicales. En Centroamérica y Sudamérica se cultivan diversas especies para aprovechar sus semillas y hojas como alimento. También se cultiva con fines ornamentales.
- Uso ornamental: Algunas variedades se cultivan por su floración decorativa; las inflorescencias pueden ser largas y coloridas, aportando color y textura a jardines y macizos.
- Invasividad y control: En determinadas zonas, especialmente en regiones andinas, algunas plantas pueden volverse invasivas y difíciles de erradicar. Su manejo responsable incluye retirar las plantas antes de la maduración de las semillas para evitar su propagación.
CARACTERÍSTICAS DEL AMARANTO
El amaranto alcanza alturas que oscilan entre 0,5 y 3 metros y presenta rasgos que varían según el medio o la zona de laboreo. Es una planta de desarrollo rápido, que requiere abundante agua, especialmente en sus fases iniciales, y realiza la fotosíntesis de forma eficiente. En conjunto, favorece la captación de dióxido de carbono y, a través de este proceso, libera oxígeno.
Despliega una espiga compuesta por numerosas florecitas diminutas; su fruto es una semilla minúscula de gran valor nutricional. De estas semillas se elaboran numerosos productos alimentarios, como harinas para uso culinario, mezclas para cereales y dulces. Las flores, con frecuencia coloridas, suelen emplearse también con fines ornamentales.
Las flores crecen en las inflorescencias del tallo y pueden permanecer vivas durante mucho tiempo, incluso cuando se recolectan por separado de la planta. Por ello, la planta se utiliza con frecuencia en la decoración de jardines. En general, hojas, flores y tallos pueden presentar tonos morados, sobre todo en variedades ricas en betalaínas, pigmentos responsables de esa coloración característica.
- Usos alimentarios: las semillas aportan proteína de alta calidad, son sin gluten y se pueden moler para obtener harinas, cocer como cereal o tostar para snacks. Las hojas jóvenes se utilizan como verdura de hoja verde en diversas cocinas regionales.
- Usos ornamentales: las inflorescencias vistosas y el color de las hojas y tallos hacen del amaranto una opción apreciada en jardines y arreglos florales.
- Consejos de cultivo: tolera climas cálidos y suelos pobres; sin embargo, el riego regular y una buena luminosidad mejoran el rendimiento. Es adecuado para sistemas agroecológicos y puede emplearse como cultivo de cobertura en rotaciones.
PROPIEDADES NUTRICIONALES
El amaranto es un pseudocereal que, al igual que la quinoa, se utiliza como alternativa a otros granos. Sus cualidades nutricionales son similares a las de los cereales convencionales, y algunas fuentes señalan que su perfil puede resultar superior en ciertos aspectos, especialmente por su composición de aminoácidos y su versatilidad en la cocina. Es naturalmente libre de gluten, lo que lo hace especialmente útil para personas con celiaquía o sensibilidad al gluten; no obstante, al procesarse en plantas industriales conviene verificar la certificación libre de gluten para evitar contaminación cruzada.
Este grano aporta una cantidad destacada de proteínas y una franja de grasas saludables, y su consumo puede formar parte de una dieta equilibrada tanto para adultos como para niños.
- Proteínas: contiene aproximadamente un rango entre el 14 y el 15% de proteína en el peso del grano, con un perfil de aminoácidos esenciales adecuado para el mantenimiento de la masa muscular y la salud general. Su contenido de lisina es particularmente notable, lo que complementa muy bien a otros cereales menos ricos en este aminoácido.
- Grasas: aporta grasas saludables, representando alrededor del 7% de su composición, con una proporción significativa de ácidos grasos insaturados que favorecen la salud cardiovascular cuando se consume como parte de una dieta equilibrada.
- Vitaminas y antioxidantes: contiene vitaminas del complejo B (B1, B2 y B3, entre otras) y compuestos fenólicos con propiedades antioxidantes, que contribuyen al metabolismo energético y a la protección de las células.
- Minerales: es fuente de magnesio, potasio y calcio, y aporta hierro y fósforo en menor medida. Estos minerales favorecen la salud ósea, la función muscular y la oxigenación de las células.
Además, su aporte de antioxidantes y minerales puede apoyar la salud ósea, la función nerviosa y la respuesta inmunitaria dentro de una dieta variada.
Cómo incorporar el amaranto en la dieta:
- Se cocina como cereal: por cada parte de amaranto, se recomienda añadir 2 partes de agua o caldo y cocinar a fuego medio hasta ablandar (aprox. 15-20 minutos).
- Se puede moler para obtener harina y usarla en panes, horneados y como espesante en sopas y salsas. La harina de amaranto funciona bien en mezclas sin gluten o para dar mayor humedad y textura a preparaciones.
- Combínalo con legumbres para formar proteínas completas, ideal en dietas vegetarianas o veganas.
- Antes de cocinar, enjuaga el grano para eliminar impurezas y, si es posible, remójalo una noche para reducir el tiempo de cocción.
- Se integra fácilmente en desayunos, ensaladas, guisos y como base de mezclas de granos para tabulé o bowls nutriciosos.
CONSUMO
Aunque la semilla es la parte más consumida, toda la planta del amaranto se aprovecha. A continuación se presentan los usos más habituales, con recomendaciones prácticas para incorporar el amaranto en la dieta.
- Granos: El grano se utiliza en sopas, guisos, ensaladas y como complemento del arroz. También se preparan palomitas de amaranto. Para cocerlo, se lava, se añade dos partes de agua por una de amaranto, se sala y se cocina a fuego lento durante unos 7 a 10 minutos.
- Aceite de amaranto: Se obtiene de las semillas y se utiliza en algunas dietas por su perfil graso. No es fácil de conseguir y suele resultar costoso.
- Copos o granos inflados: Se consumen en forma de copos o de amaranto hinchado, que se añade a la leche o al yogur. Es común como desayuno o merienda, solo o combinado con otros cereales.
- Harina: Al moler el grano se obtiene una harina que se utiliza para mejorar la textura y la nutrición de panes, bizcochos, galletas y otros productos horneados. Puede mezclarse con otras harinas o añadirse a batidos para preparar pasteles ligeros y proteicos.
- Hojas: Las hojas se consumen frescas o cocidas, y se utilizan de forma similar a las espinacas. Pueden añadirse a ensaladas, salteados o como relleno en tortillas y empanadas.
Notas sobre su valor nutricional: El amaranto es particularmente rico en proteína de alta calidad, hierro, calcio y fibra, así como en antioxidantes. Es naturalmente libre de gluten, lo que lo hace apto para dietas sin gluten. Su versatilidad lo convierte en una opción atractiva para dietas vegetarianas o veganas, especialmente cuando se combina con otros granos para asegurar un perfil completo de aminoácidos.
CÓMO INCORPORAR EL AMARANTO EN LA DIETA
- Se cocina como cereal: por cada parte de amaranto, se recomienda añadir 2 partes de agua o caldo y cocinar a fuego medio hasta ablandar (aprox. 15-20 minutos).
- Se puede moler para obtener harina y usarla en panes, horneados y como espesante en sopas y salsas. La harina de amaranto funciona bien en mezclas sin gluten o para dar mayor humedad y textura a preparaciones.
- Combínalo con legumbres para formar proteínas completas, ideal en dietas vegetarianas o veganas.
- Antes de cocinar, enjuaga el grano para eliminar impurezas y, si es posible, remójalo una noche para reducir el tiempo de cocción.
- Se integra fácilmente en desayunos, ensaladas, guisos y como base de mezclas de granos para tabulé o bowls nutritivos.
CULTIVO DEL AMARANTO
El cultivo del amaranto es anual y presenta un ciclo vegetativo de aproximadamente 180 días, desde la germinación de la semilla hasta la madurez de la planta. Esta duración puede variar según la variedad y las condiciones climáticas.
La siembra es relativamente sencilla y presenta pocos contratiempos, ya que la planta se adapta a una amplia gama de escenarios agroclimáticos, tanto adversos como favorables. Prefiere suelos ligeros y bien drenados, con pH cercano a neutro o ligeramente ácido, y se beneficia de prácticas que mantengan la humedad adecuada durante la germinación y las etapas iniciales de desarrollo.
Organismos internacionales y agencias de seguridad alimentaria destacan el alto valor nutritivo del amaranto. Sus granos ofrecen un perfil proteico completo, con aminoácidos esenciales como la lisina, además de minerales como calcio y hierro, fibra y antioxidantes. Estas características, sumadas a su adaptabilidad agronómica, permiten considerar al amaranto como un recurso estratégico para la seguridad alimentaria, especialmente en regiones con suelos pobres o recursos hídricos limitados. En sistemas agroecológicos, el amaranto se integra bien en rotaciones y puede contribuir a la biodiversidad y a la resiliencia de los sistemas de cultivo.
Además de su grano, las hojas jóvenes del amaranto son comestibles y nutritivas, y las inflorescencias pueden utilizarse para forraje o con fines ornamentales, según la variedad. En la práctica agrícola, el amaranto ofrece la posibilidad de cosechas escalonadas y diversificación de ingresos, dada su naturaleza de ciclo corto y su adaptabilidad.
- Requisitos climáticos: se adapta a climas templados y cálidos; tolera sequías cortas, pero requiere humedad durante la germinación y el desarrollo inicial. Evita heladas fuertes.
- Suelos y preparación: suelos ligeros, profundos y con buen drenaje; se beneficia de materia orgánica; recomienda una nivelación suave y una labranza mínima para conservar la estructura del suelo. El pH ideal suele estar entre 6,0 y 7,5.
- Siembra y manejo inicial: siembra en surcos o a voleo según la tecnología disponible; profundidad de 1–2 cm; densidad de siembra de 15–25 plantas por metro cuadrado; control temprano de malezas para evitar competencia.
- Riego y nutrición: riegos profundos y espaciados; evitar el encharcamiento; en suelos pobres, aplicar fertilizante balanceado o compost maduro; incorporar materia orgánica para mejorar la retención de humedad y la disponibilidad de nutrientes.
- Control de plagas y enfermedades: práctica de manejo integrado de plagas; rotación de cultivos y limpieza de residuos; monitoreo regular para detectar síntomas; uso de controles biológicos o químicos cuando sea necesario, siguiendo buenas prácticas.
- Cosecha y postcosecha: las panículas maduran de forma progresiva; cosecha cuando las espigas alcanzan coloración dorada y el grano tiene humedad adecuada; secado al aire o en lugar ventilado; almacenamiento en condiciones secas y protegidas para evitar la humedad y las plagas.























