Flores

  • Inicio
  • Árboles
  • Arbustos
  • Plantas
    • Exterior
    • Interior
    • Medicinales
  • Frutales
    • Frutas
  • Hortalizas
  • Hongos
  • Otros
  • Sobre Nosotros

Araceae 7

Caladium

Caladium

Conocida comúnmente como “oreja de elefante”, “paleta de pintor” o “corazón de Jesús”, debido a su diseño natural, el caladium es una planta de atractivos colores. Sobre una base verde combina gran cantidad de patrones. Algunas hojas adoptan tonos carmesí, marfil o rosa e incluso forman dibujos desordenados. (más…)

Araceae, Plantas

Filodendro

Filodendro

En el amplio mundo de las plantas, la versatilidad es una constante, especialmente en la decoración de interiores. El filodendro destaca entre muchas especies por su atractivo y fácil cuidado, lo que la hace muy popular entre quienes desean dar el toque verde a sus espacios, sin ser expertos en mantenimiento ornamental.

(más…)

Araceae, Plantas

Monstera

Monstera

Monstera es el nombre científico del género de plantas enredaderas perteneciente a la familia Araceae. En uso común se la conoce por nombres como Cerimán, Filodendro, Balazo, Costilla de Adán, Mano de Tigre o Piñanona. Este género se halla principalmente en los bosques tropicales del centro y sur de México, de donde es nativo, y se extiende hacia la parte norte de Argentina. En total se describen unas 60 especies.

Monstera

El nombre proviene del latín monstrum (monstruo) o monstera (monstruosa o inverosímil), aludiendo a la apariencia de sus grandes hojas, que presentan perforaciones naturales características.

  • Monstera deliciosa: la especie más conocida, famosa por sus hojas grandes que desarrollan perforaciones a medida que maduran; produce un fruto comestible similar a la piña en condiciones adecuadas.
  • Monstera adansonii: hojas más pequeñas con perforaciones en forma de orificios alargados, lo que le da un aspecto perforado único.
  • Monstera standleyana: hojas alargadas con patrones de variegación en algunas variedades; suele cultivarse como planta de interior.

Cultivo y uso: las Monstera son plantas de interior muy apreciadas por su follaje exuberante y su adaptabilidad. Requieren luz brillante e indirecta, riego moderado y un sustrato que drene bien. En ambientes secos se benefician de una mayor humedad y de pulverización ocasional de sus hojas. Son trepadoras; conviene proporcionar un tutor o soporte para permitir que las hojas se dispongan de forma estética. Se desarrollan bien a temperaturas entre 18 y 28 °C, evitando corrientes de aire frío y sol directo. Sus raíces aéreas ayudan a sujetarlas y pueden fijarse a un tutor o a una estructura externa. La propagación se realiza fácilmente a partir de esquejes de tallo con nudos, ya sea en sustrato o en agua.

CARACTERÍSTICAS de la monstera

La monstera ofrece un atractivo singular por sus hojas grandes, brillantes y, en plantas adultas, por sus perforaciones características. Es una liana tropical que utiliza raíces aéreas para sujetarse a troncos, ramas u otros soportes que le permitan buscar la luz.

  • Raíces y soporte: Posee raíces aéreas largas que le permiten aferrarse y trepar; en cultivo en maceta, estas raíces pueden enraizar en el sustrato y contribuir al sostén de la planta.
  • Tallo y crecimiento: Su crecimiento puede alcanzar longitudes de hasta 20 metros en la naturaleza; en interiores suele mantenerse más compacto, dependiendo del espacio y del soporte disponible.
  • Hojas: Las hojas son grandes, perennes, flexibles y lustrosas, con forma cordada. En ejemplares maduros presentan fenestraciones (huecos y recortes) que les confieren un aspecto elegante y distintivo. Las hojas jóvenes son pequeñas, enteras y sin perforaciones. El tamaño típico de una hoja varía entre 20 y 90 cm de longitud y 20 a 80 cm de ancho.
  • Fruto: La monstera puede producir un fruto alargado, semejante a una piña, de color verde a amarillento, con escamas hexagonales. En condiciones adecuadas, puede medir alrededor de 30 cm de largo y 3–5 cm de diámetro. El fruto madura en varios meses y debe ser consumido sólo cuando está completamente maduro.
  • Toxicidad y consumo: Las distintas partes de la planta contienen cristales de oxalato de calcio; al manipular o ingerir partes no maduras, pueden provocar irritación en la piel, la boca y la garganta, dolor y molestias. Las frutas inmaduras pueden causar irritación; la fruta madura es comestible y apreciada por su sabor dulce similar a la piña. En plantas cultivadas, la producción de frutos suele aparecer sólo después de varios años de crecimiento y madurez.

Notas adicionales: existen cultivares con hojas variegadas, que presentan rayas o manchas blancas o crema; suelen requerir más luz y cuidados para mantener la salud de la planta. En interiores, la monstera es muy valorada por su porte y resistencia, y puede prosperar con riego moderado y buena humedad ambiental.

Monstera Características, hábitat, origen, reproducción, usos Planta

VARIEDADES

Existen cultivares con hojas variegadas, que presentan rayas o manchas blancas o crema; suelen requerir más luz y cuidados para mantener la salud de la planta. En interiores, la monstera es muy valorada por su porte y resistencia, y puede prosperar con riego moderado y buena humedad ambiental.

ORIGEN Y HÁBITAT

La monstera es originaria de las selvas tropicales de América, especialmente de México, y se extiende hacia el norte de Argentina. Su origen tropical explica su preferencia por temperaturas cálidas y su sensibilidad ante el frío.

Este origen implica que la planta no tolera bien las temperaturas bajas y que un riego excesivo durante el periodo invernal puede provocar pudrición de las raíces y otros problemas hídricos. Cuando las hojas basales se vuelven amarillas y luego adoptan un tono castaño, suele ser señal de estrés hídrico o drenaje inadecuado. En ese caso, reduzca ligeramente el riego y permita que el sustrato se seque entre riegos.

  • Ambiente: temperaturas entre 18–26 °C y evitar heladas; evitar corrientes de aire frío.
  • Humedad: prefiere alta humedad; puede beneficiarse de pulverización ocasional o de un humidificador.
  • Riego: regar cuando la capa superior del sustrato esté seca; en invierno disminuir la frecuencia para evitar encharcamientos.
  • Luz: ubicarla en luz difusa o indirecta; evitar sol directo que puede quemar las hojas.

HÁBITAT de la monstera

Por su naturaleza de planta de clima tropical, la monstera prospera en ambientes con alta humedad, especialmente en el follaje. Sin embargo, no tolera el exceso de riego; este debe hacerse con moderación. Lo más recomendable es rociar las hojas con un atomizador de partículas finas para mantener la humedad de forma suave.

La monstera se desarrolla mejor en sustratos bien drenados y fértiles. Debe ubicarse en lugares donde no reciba sol directo, es decir, bajo la sombra de árboles o en interiores con iluminación indirecta.

Es aconsejable fertilizar de forma regular a lo largo del año. Debe incorporarse al sustrato para suministrar nutrientes de manera gradual. Se puede usar fertilizante líquido balanceado cada 4–6 semanas durante la temporada de crecimiento, o un fertilizante de liberación lenta en los periodos de menor actividad.

  • Humedad y temperatura: Mantenga una humedad relativa alta (aproximadamente 60–80%) y temperaturas entre 18–29°C. Evite corrientes de aire frío.
  • Sustrato y macetas: Prefiera mezclas ligeras y bien drenadas para plantas tropicales (tierra para macetas con perlita o vermiculita). Trasplante cada 1–2 años según el crecimiento.
  • Riego y limpieza: Riegue cuando la capa superior del sustrato esté seca; evite encharcamientos. Limpie las hojas con un paño húmedo para evitar la acumulación de polvo y mejorar la fotosíntesis.

REPRODUCCIÓN de la Monstera

La Monstera se reproduce principalmente por esquejes y por semillas. También puede propagarse por brotes o por acodo (acodamiento). En general, la reproducción por esquejes es más fiable y se recomienda especialmente durante el verano, cuando la planta está en pleno crecimiento.

  • Esquejes apicales
    Tomar tallos apicales de 10–15 cm que incluyan al menos una yema y un nodo. Cortar con herramientas limpias y desinfectadas. Retirar las hojas inferiores para evitar pudrición; mantener 1–2 hojas en el esqueje, según su tamaño. Colocar el esqueje en sustrato ligero y bien drenante (mezcla para esquejes, turba con perlita, o un sustrato para bonsai) o en agua hasta que aparezcan raíces. Se puede usar una hormona de enraizamiento para aumentar las probabilidades de éxito. Mantener una temperatura cercana a los 25 °C y alta humedad. Las raíces suelen desarrollarse en 4–6 semanas. Una vez enraizado, trasplantar a maceta definitiva y continuar con cuidados normativos.
  • Esquejes de nudo
    También se pueden tomar brotes que contengan un nudo, con o sin hojas. Estos esquejes pueden enraizar de forma similar a los apicales, aunque su desarrollo suele ser más lento. Mantener condiciones cálidas y con alta humedad para favorecer el enraizamiento.
  • Acodo (acodamiento o layering)
    Consiste en inclinar una rama flexible y fijarla en el sustrato para que desarrolle raíces en el nodo de contacto. Cuando la parte enraizada esté suficientemente desarrollada, se separa del tronco madre y se planta por separado en una maceta. Este método es útil para plantas grandes o para conservar la estructura de la planta. Mantener el sustrato húmedo y una temperatura estable para favorecer la formación de raíces.
  • Semillas
    La multiplicación por semillas requiere clima tropical y paciencia. Las semillas deben ser frescas para una buena germinación; su viabilidad disminuye con el tiempo. Si se cultivan en interior, mantener una temperatura de 25–28 °C y alta humedad. La germinación puede tardar de 2 a 6 semanas, dependiendo de la frescura de la semilla y de las condiciones. Tras la germinación, mantener a los plántulas en condiciones adecuadas de luz y humedad para favorecer un crecimiento vigoroso. Esta vía suele ser menos predecible y puede implicar costos variables, pero permite obtener plantas nuevas y, a veces, variedades diferentes.
  • Polinización y fructificación
    En Monstera, la polinización debe hacerse de forma manual, ya que la vida fértil de las flores es muy corta. Si se busca obtener semillas, se debe polinizar las inflorescencias femeninas con polen de una flor masculina, usando un pincel suave y con cuidado de no dañar las flores. El fruto tarda aproximadamente entre 8 y 10 meses en madurar. La fruta de Monstera deliciosa es comestible cuando está madura; su sabor recuerda a la piña y la fruta madura, pero debe consumirse con moderación y precaución, ya que la piel y ciertas sustancias pueden irritar. Consulte fuentes confiables y evite la ingestión si no se está seguro de la tolerancia personal.

USOS

La monstera deliciosa se destaca principalmente por su valor ornamental en interiores, aunque en regiones tropicales también se aprovecha por sus frutos comestibles cuando alcanzan la madurez. Su uso alimentario requiere ciertas precauciones para garantizar la seguridad y la calidad del fruto.

  • Uso alimenticio

    El fruto madura de forma natural y su pulpa puede consumirse cuando está completamente maduro. Para favorecer la maduración fuera de la planta, se recomienda envolver el fruto en una bolsa de papel y, si es posible, colocarlo junto a una fruta madura que libere etileno. Una vez que las escamas iniciales se separan y la pulpa se expone, se puede extraer y consumir con precaución. El sabor de la pulpa se describe como similar al de la piña. Es crucial evitar ingerir semillas o partes no plenamente maduras, ya que pueden irritar la boca y el aparato digestivo. La fruta es más común en climas cálidos y con condiciones adecuadas de humedad; en interiores es poco frecuente.

  • Uso ornamental y decorativo

    La monstera es una planta de interior muy apreciada por su follaje grande, brillante y decorativo, que aporta un aire tropical a pasillos, vestíbulos de hoteles, oficinas, restaurantes y viviendas. Con las condiciones adecuadas de luz indirecta, humedad y temperatura, puede desarrollar una copa densa y un aspecto frondoso. Aunque la planta puede florecer en interiores bajo condiciones óptimas, la floración y la fructificación son poco comunes en estos entornos.

  • Cuidados para un crecimiento estructurado

    Para lograr un aspecto robusto y bien definido, conviene guiar la planta con un tutor o soporte, permitiendo que trepe. Esto facilita que la planta adopte una forma compacta y evita que las ramas lleguen al suelo, se doblen o sufran daños por roce o suciedad. Un tutor bien elegido favorece una distribución equilibrada del crecimiento y facilita la limpieza y el mantenimiento de las hojas.

Araceae, Interior, Plantas

Oreja de elefante

Oreja de elefante

La oreja de elefante (Alocasia) pertenece a la familia Araceae. Es una planta de hojas grandes y llamativas, originaria de Asia, que se cultiva en muchas regiones del mundo. Prefiere climas cálidos y puede prosperar tanto a pleno sol como en sombra parcial, lo que la convierte en una opción atractiva para interiores y exteriores.

Oreja de elefante

Además de su valor ornamental, es útil conocer sus necesidades de cultivo, reproducción y cuidados para mantenerla saludable y exuberante en distintas condiciones. A continuación se presentan aspectos clave sobre su clasificación, características, cultivo y mantenimiento.

Clasificación y nombres

Otros nombres comunes de la oreja de elefante incluyen Colocasia, Marquesa, Alocasia, Manto de Santa María, Ñame de Canarias y Taro de jardín. Estas denominaciones pueden variar según la región y la especie cultivada. Se adapta tanto al cultivo en suelo como en macetas, y, con los cuidados adecuados, es una planta relativamente resistente.

La oreja de elefante

Antiguamente, se relacionaba la oreja de elefante con el género Colocasia. En la nomenclatura botánica actual, también se utiliza el nombre Alocasia para referirse a un conjunto de especies afines dentro de la familia Araceae.

Características de la oreja de elefante

Como se indicó al inicio, la oreja de elefante es una planta de hojas excepcionalmente grandes. Pueden alcanzar hasta 1,5 metros de longitud. Tienen una base amplia que se estrecha hacia la punta, formando casi un triángulo. La mayor parte de las hojas son de color verde, aunque algunas presentan destellos morados o bronces y nervaduras destacadas.

Oreja de elefante Características, cultivo, reproducción, cuidados Planta

Originaria de regiones tropicales, la oreja de elefante se cultiva como planta ornamental en interiores y en climas cálidos. Prefiere luz brillante indirecta, humedad elevada y un sustrato rico en materia orgánica. Sus cuidados básicos incluyen riego regular sin encharcar el sustrato y buena ventilación para evitar el exceso de humedad en el follaje.

Esta planta ostenta un tallo alargado, poroso y subterráneo, que actúa como su órgano principal. En la base se concentran las raíces y, hacia la parte superior, las yemas; tanto las hojas como las flores suelen brotar directamente de dicho tallo.

Rara vez florece la oreja de elefante. Por lo general, lo que se denomina flor es la caña que nace en la base de la hoja, de color blanquecino. Alrededor de ella se ubican unas espátulas que funcionan como escudos protectores.

La vara de color claro es la verdadera flor de la oreja de elefante, conocida como espádice. En la parte superior de esta varilla se desarrollan las flores masculinas con estambres, en el centro aparecen las flores estériles, y en la parte inferior se ubican las flores femeninas.

Cultivo y reproducción de la oreja de elefante

Los climas tropicales favorecen el crecimiento y la reproducción de la oreja de elefante. Cuando se cultiva en suelo, este debe estar húmedo y bien drenado. Puede plantarse a la sombra de árboles de mayor tamaño para aprovechar su protección frente al sol intenso. Lo ideal es enterrar un trozo de tallo de aproximadamente 15 centímetros que contenga al menos una yema; este fragmento debe estar seco. Para ello conviene dejarlo al aire libre durante dos o tres días. Este proceso se recomienda realizar en primavera.

Quien lo desee puede multiplicar la oreja de elefante en macetas mediante semillas o por medio de los hijuelos que brotan de las raíces. En pocos días las plántulas adquieren la fortaleza necesaria para desarrollarse, siempre que reciban riego regular y humedad ambiental adecuada.

Modos de propagación y cuidados prácticos:

  • Propagación por semillas: las semillas deben sembrarse en sustrato ligero y mantener una temperatura cálida (aproximadamente 20–25 °C). Mantener el sustrato constantemente húmedo, sin encharcar, y proporcionar buena iluminación hasta la germinación. Tras la germinación, realizar trasplantes cuando las plántulas hayan desarrollado un par de hojas verdaderas.
  • Propagación por rizomas o hijuelos: extraiga con cuidado la planta o la porción de rizoma que contenga al menos un ojo. Recorte si es necesario, permita que las superficies cortadas se sequen durante 1–2 días y luego plante en macetas o en el suelo, a una profundidad similar (aproximadamente 5–15 cm) con suficiente espacio para el desarrollo de las hojas. Mantenga un riego regular durante el establecimiento y un sustrato rico en materia orgánica.

Consejos de cultivo adicional: estas plantas prefieren suelos ricos y ligeramente ácidos a neutros, riego constante en períodos secos y exposición con sombra parcial o luz filtrada. En climas templados, la oreja de elefante puede cultivarse como planta anual o conservarse en macetas y protegerse en interiores durante las heladas.

Cuidados de la oreja de elefante

Lo ideal es que la planta se encuentre en un ambiente cálido, alrededor de 24 °C, para mantener el verdor de sus hojas y evitar que se quemen. No debe exponerse a la luz solar directa, ya que puede dañarse.

Por el tamaño de sus hojas, es recomendable ubicarla en espacios amplios que permitan su expansión y eviten que crezca en una sola dirección. Dado su desarrollo lateral, conviene situarla con distancia suficiente respecto a otras plantas y paredes que la limiten.

La planta necesita una ambiente con buena circulación de aire, pero sin corrientes fuertes que podrían doblar o partir sus ramas. Evite colocarlas junto a ventiladores o fuentes de calor intenso.

Para limpiar las hojas de la oreja de elefante, basta con rociarlas con agua o pasarles un paño limpio y ligeramente humedecido. Evite el uso de productos químicos que pueden dañar la superficie de las hojas.

Es importante saber que la oreja de elefante puede trasplantarse cada dos o tres años a una maceta de mayor tamaño para favorecer su expansión y un aspecto más exuberante. Este trasplante se recomienda realizar a finales del invierno; con la llegada de la primavera la planta se revitaliza. Al trasplantarla, prepare un sustrato rico en materia orgánica y con buen drenaje.

Riego y fertilización

Durante la fase de renovamiento y crecimiento activo, conviene fertilizarla con productos orgánicos cada tres semanas. Si el abono es líquido, dilúyalo en un poco de agua.

La oreja de elefante puede crecer bastante y, en condiciones adecuadas, puede alcanzar varios metros de altura e incluso superar los cinco metros.

El riego debe ser moderado: regar cada dos o tres días en climas cálidos y durante la temporada de crecimiento, dejando que la capa superior de sustrato se seque ligeramente entre riegos para evitar el encharcamiento y la pudrición de los tallos. En macetas, puede colocarse una base con un poco de agua para mantener la humedad del sustrato, evitando que la maceta quede sumergida en agua.

Advertencias: la savia de la oreja de elefante es tóxica si se ingiere y puede irritar la piel y los ojos; manipúlela con guantes y manténgala fuera del alcance de niños y mascotas.

Plagas

Las plagas afectan con poca frecuencia a la oreja de elefante, pero es necesario vigilarla. La savia que emanan sus tallos puede irritar la piel y los ojos al contacto; por ello, use guantes y evite manipularla con las manos mojadas.

Si las hojas se marchitan o amarillean, puede deberse a falta de humedad, riego inapropiado o estrés por calor. También pueden aparecer manchas por hongos si las condiciones son frías y húmedas.

Si aparecen manchas oscuras o presencia de insectos, podría tratarse de cochinilla. Para eliminarla, frote suavemente con un algodón humedecido en alcohol isopropílico al 70% o lave las hojas con agua y jabón suave. En casos moderados, repita el tratamiento cada 7–10 días. También pueden emplearse insecticidas específicos para plantas de interior, siguiendo siempre las indicaciones del fabricante. Mantenga la planta limpia y libre de polvo para disuadir plagas.

Araceae, Plantas

La cala

La cala

Originaria de Sudáfrica, la cala, también conocida como lirio de agua o cala de Etiopía, es una planta muy valorada por la belleza y el aroma de su flor. Sin embargo, es importante aclarar que lo que comúnmente se percibe como la flor es en realidad una estructura llamada espata, una hoja modificada que envuelve el verdadero órgano floral, el espádice, donde se encuentran las pequeñas flores reales. Esta característica le confiere un aspecto elegante y distintivo que la ha convertido en una planta ornamental popular en jardines y arreglos florales.

La cala se adapta especialmente bien a climas cálidos y húmedos, razón por la cual su cultivo se ha extendido a muchas regiones del mundo con estas condiciones climáticas, desde América hasta partes de Europa y Asia. Además, es una planta bastante resistente, capaz de crecer tanto en tierra firme como en zonas con cierta humedad, lo que facilita su proliferación en distintos ecosistemas.

No obstante, es fundamental señalar que la cala contiene compuestos tóxicos, especialmente en sus raíces y hojas, que pueden resultar dañinos si son ingeridos por animales de granja o mascotas. Por esta razón, en algunas regiones se clasifica como una planta venenosa y se recomienda mantenerla fuera del alcance de los animales para evitar intoxicaciones. A pesar de ello, su cultivo continúa siendo popular debido a su bajo mantenimiento y su capacidad para aportar un toque de sofisticación a cualquier espacio.

Descripción de la cala y sus características

La cala, cuyo nombre científico es Zantedeschia aethiopica, pertenece a la familia de las Aráceas y se distingue por diversas características que la hacen única entre las plantas similares. Esta planta herbácea perenne mantiene su follaje verde durante todo el año, lo que la convierte en una opción popular tanto en jardines como en ambientes interiores.

La cala crece a partir de un rizoma grueso y ovalado, desde el cual emergen raíces que pueden alcanzar hasta 15 centímetros de longitud. De este rizoma surge un tallo carnoso subterráneo que impulsa el desarrollo de la planta, que puede alcanzar una altura de hasta un metro. Esta estructura subterránea le permite almacenar nutrientes y resistir condiciones adversas.

Sus hojas son uno de los rasgos más llamativos: presentan un brillo intenso y un color verde vibrante. Tienen bordes notablemente ondulados y terminan en una punta afilada, mientras que una nervadura central bien definida aporta rigidez y estructura. Esta combinación de textura y color contribuye a su atractivo ornamental.

Lo que comúnmente se conoce como la «flor» de la cala es, en realidad, una espata blanca, una bráctea que envuelve y protege la verdadera inflorescencia, llamada espádice. Esta estructura en forma de bastón, de color amarillo, contiene las flores masculinas y femeninas, ya que la cala es una planta monoica, es decir, que posee ambos sexos en la misma inflorescencia. Esta particularidad favorece su reproducción y polinización.

Además, la cala produce un fruto en forma de baya, de tono amarillo pálido, aunque no es común que siempre fructifique. Esta fruta contiene las semillas que pueden dar origen a nuevas plantas, pero debido a sus condiciones de cultivo y características biológicas, la fructificación puede ser irregular.

Como planta semiacuática, la cala se encuentra naturalmente en los bordes de estanques, riachuelos y zonas húmedas. En cultivos domésticos, es frecuente verla parcialmente sumergida en agua, lo que favorece su desarrollo y mantiene su aspecto saludable. Esta adaptación la hace ideal para jardines acuáticos o espacios con alta humedad ambiental.

Cultivo y cuidados de la cala

La cala despliega sus elegantes espatas blancas principalmente durante la primavera y a comienzos del otoño, ofreciendo un espectáculo visual y aromático que resulta muy apreciado. Esta imponente “flor” en forma de copa o cáliz es ampliamente utilizada en la elaboración de arreglos florales, centros de mesa para ceremonias y eventos importantes, lo que ha impulsado la expansión de su cultivo a nivel mundial.

La cala puede cultivarse tanto en macetas como planta ornamental de interior, así como en jardines al aire libre. Para su adecuado desarrollo, requiere suelos húmedos y fértiles, a los que se recomienda añadir una pequeña cantidad de turba para mejorar la retención de humedad y la aireación del sustrato. Sus rizomas deben plantarse en lugares donde la luz solar directa no sea intensa, ya que la exposición excesiva puede dañar la planta.

Durante el período de floración, la cala necesita un riego abundante y constante para mantener el sustrato húmedo, pero sin encharcarlo. Además, es beneficioso complementar el riego con la pulverización de agua sobre sus hojas y flores, especialmente en climas secos o calurosos, para mantener un ambiente húmedo que favorezca su desarrollo y evite el estrés hídrico.

A partir del otoño, la cala entra en un período de reposo vegetativo que puede durar aproximadamente tres meses, comenzando cuando la última flor cae. Durante esta fase, la actividad metabólica de la planta se reduce significativamente, por lo que el riego debe ser moderado, limitándose a mantener la humedad mínima necesaria en el suelo para evitar la desecación sin fomentar el exceso de agua.

La multiplicación de la cala se realiza mediante la división de sus rizomas, un proceso que debe llevarse a cabo con una herramienta de corte muy afilada para evitar daños innecesarios. Es fundamental desinfectar la zona cortada con un fungicida de amplio espectro para prevenir infecciones que puedan afectar la salud de la planta. Los rizomas divididos se deben plantar a una profundidad aproximada de 10 centímetros, en un sustrato adecuado que facilite su enraizamiento.

Es importante destacar que la cala no requiere poda, ya que su crecimiento y floración se desarrollan de manera natural sin necesidad de intervenciones para recortar sus hojas o tallos. Sin embargo, es recomendable retirar las flores marchitas y las hojas secas para mantener la planta en óptimas condiciones y fomentar un aspecto saludable.

Variedades de cala

Además de la conocida Zantedeschia aethiopica, existen otras variedades menos comunes pero igualmente atractivas, que gozan de gran aprecio entre los floricultores y coleccionistas. Estas variedades destacan por sus colores vibrantes y formas particulares, lo que las convierte en piezas codiciadas tanto para arreglos florales como para la jardinería ornamental.

Una de ellas es la Zantedeschia elliottiana, caracterizada por su espata de un intenso color amarillo oro, que contrasta elegantemente con su espádice del mismo tono, generando una combinación cálida y luminosa.

Por otro lado, la Zantedeschia rehmannii es una de las variedades más raras y llamativas. Su espata presenta tonalidades que van del rosa suave al rojo intenso, a menudo matizadas con delicadas vetas blancas que le añaden profundidad y textura visual. Su espádice, de un blanco puro, resalta con elegancia en el centro de la flor.

Una variedad particularmente singular es la Zantedeschia ‘Schwarzwalder’, que se distingue por un jaspeado blanco muy característico en sus hojas oscuras, aportando un efecto visual único. Su espata, de un azul profundo casi negro, contrasta notablemente con el espádice amarillo brillante, creando un espectáculo visual poco común en las calas tradicionales.

En el ámbito comercial, la producción de calas no solo se centra en la venta de flores y plantas, sino también en la exportación de bulbos, que son altamente valorados en mercados internacionales. Esta diversificación permite que variedades menos comunes y más ornamentales, como las mencionadas, se distribuyan globalmente, contribuyendo a la expansión de su cultivo y apreciación en diferentes regiones del mundo.

Aspectos de seguridad y precauciones

Es esencial tener presente que la cala contiene compuestos tóxicos en sus raíces y hojas, que pueden ser perjudiciales si son ingeridos por animales domésticos o de granja. Por esta razón, en algunas regiones se considera una planta venenosa y se recomienda mantenerla fuera del alcance de mascotas y niños para evitar posibles intoxicaciones.

Aunque su toxicidad representa un riesgo, la cala sigue siendo una planta muy apreciada y cultivada por su bajo mantenimiento y su capacidad para embellecer espacios interiores y exteriores. Sin embargo, quienes decidan cultivarla deben hacerlo con precaución, informándose adecuadamente sobre su manejo seguro.

Araceae, Plantas

Espatifilo

Espatifilo

Existen arbustos que embellecen cualquier espacio del hogar, pero aún mejor son aquellos que, además de su atractivo estético, ofrecen beneficios adicionales. El espatifilo es un claro ejemplo de planta que no solo decora, sino que también purifica el aire, lo que la convierte en una opción ideal para ambientes interiores.

(más…)

Araceae, Plantas

Aglaonema

Aglaonema

La aglaonema es una planta ornamental muy apreciada por su capacidad para adaptarse a ambientes interiores con poca luminosidad. Originaria de las regiones tropicales de Asia y Nueva Guinea, esta planta es común en oficinas, centros comerciales y hogares. Su follaje siempre verde, decorado con listones plateados, la convierte en una adición estética en diversos ambientes. El género Aglaonema incluye alrededor de 20 especies, siendo la más conocida la aglaonema commutatum, perteneciente a la familia de las Aráceas.

Aglaonema

Descripción y características de la aglaonema

La aglaonema es una planta herbácea perenne, conocida por sus hojas siempre verdes que se disponen en tallos erectos, a veces ramificados o amacollados. Estos tallos pueden alcanzar entre 50 centímetros y 1,5 metros de altura, con un diámetro de hasta 6 centímetros. Con el tiempo, los tallos pueden volverse colgantes. Sus hojas son grandes, con pecíolos de hasta 25 centímetros de longitud y una forma elíptico-lanceolada, midiendo 30 centímetros de largo por 12 centímetros de ancho. El color verde oscuro de las hojas se ve realzado por matices gris plateado que se extienden a lo largo de las venas laterales.

La planta presenta inflorescencias axilares, con un espádice de 6 centímetros de color crema que contiene las flores masculinas en su parte superior, mientras que las flores femeninas ocupan la parte inferior, rodeadas por una espata de color verdoso de unos 9 centímetros. Los frutos de la aglaonema son bayas ovoides y alargadas, de unos 25 centímetros. Estas bayas cambian de color verde a amarillo y finalmente a un rojo intenso en su madurez, conteniendo una sola semilla en su interior.

Condiciones de cultivo de la aglaonema

El cultivo de la aglaonema se ha practicado en Asia desde hace siglos, valorada no solo por su belleza ornamental sino también por la creencia de que trae suerte. Introducida en Occidente a finales del siglo XIX, ha sido objeto de múltiples hibridaciones para obtener especies más resistentes y con características estéticas mejoradas. Su popularidad se debe a su capacidad para prosperar en condiciones de poca luz.

Es importante tener en cuenta que la aglaonema es sensible a las bajas temperaturas, comenzando a deteriorarse a menos de 15°C. Las plantas afectadas presentan manchas negras y de aspecto grasoso en el follaje. Para mejorar la resistencia a las bajas temperaturas, se han desarrollado híbridos con características mejoradas.

La aglaonema, características, cultivo, cuidados, reproducción Planta

Reproducción y cuidados de la Aglaonema

La reproducción de la aglaonema se realiza principalmente a través de esquejes o por división de los brotes basales. Prefiere suelos húmedos y se recomienda el uso de pequeñas cantidades de fertilizante para promover su crecimiento. Es crucial proteger las plantas de la luz solar directa y de las bajas temperaturas. Para un desarrollo óptimo, se aconseja retirar las inflorescencias, lo cual ayuda a prolongar la vida de las plantas.

La aglaonema es susceptible a ataques de ácaros y nematodos que afectan sus raíces, así como de hongos y bacterias. Para evitar estos problemas, es esencial no encharcar el suelo durante el riego. Los ácaros y cochinillas que se adhieren a las hojas pueden eliminarse frotándolas suavemente con un algodón empapado en alcohol.

Un dato importante es que la savia de la aglaonema contiene cristales de oxalato de calcio, los cuales pueden provocar irritación cutánea dolorosa y afectar las membranas mucosas si se ingiere.

Recomendaciones adicionales para el cuidado de la Aglaonema

Durante la primavera y el verano, la aglaonema requiere un riego moderado para mantener el sustrato ligeramente húmedo. En invierno, es conveniente espaciar los riegos, permitiendo que el sustrato se seque completamente entre ellos. La primavera también es el momento ideal para trasplantar las aglaonemas a macetas más grandes, aprovechando para dividir las matas y obtener nuevos ejemplares.

Araceae, Plantas
Más recientes
La importancia y características de la lechuga en la alimentación contemporánea
Abutilon
Abutilon
Plantas colgantes
Plantas colgantes
Cotiledones
Cotiledones
Stapelia
Stapelia
Archivos
No te lo pierdas
Plectranthus
Plectranthus
Paulownia tomentosa
Paulownia tomentosa
Haya
Haya
Caoba
Caoba
Lobelia
Lobelia
Otras webs del grupo
animales
Recomendado
Hierba de sapo
Hierba de sapo
flor de floripondio
El floripondio
Xilema
Aucuba
Aucuba
Acer campestre
Acer campestre
RSS Flores
  • La importancia y características de la lechuga en la alimentación contemporánea
  • Abutilon
  • Plantas colgantes
  • Cotiledones
Etiquetas
Camelliasalimentación saludablenutriciónlechugaFagaceae
Legal y contacto
Política de privacidad
Política de Cookies Contacto
Flores.Ninja - Copyright © 2025