Septiembre 2016 13
Araucaria
Perteneciente al género de las coníferas, la araucaria es una de las 19 especies que integran la familia de las Araucariaceae. Estos árboles de gran porte son originarios del hemisferio sur, principalmente de Argentina, Chile y Nueva Caledonia, en Oceanía. Los fósiles encontrados en el hemisferio norte demuestran que la araucaria ha estado presente en la Tierra desde hace millones de años. Las laderas de la Cordillera de los Andes son su terreno preferido, lo que permite la formación de importantes bosques de araucaria en esas áreas.
La araucaria es un árbol capaz de crecer hasta 50 metros de altura. Su tronco es muy recto y cilíndrico, alcanzando hasta 2 metros de diámetro. La copa tiene una forma característica de pirámide, similar a un paraguas o una sombrilla. El follaje se compone de 3 a 7 ramas por verticilo, dispuestas perpendicularmente al tronco o ligeramente arqueadas hacia arriba, manteniendo un patrón regular. La corteza del tronco es rugosa y gruesa, llegando a representar un 25% del volumen total del árbol.
Este árbol posee ramas cilíndricas. Las hojas, que los cubren totalmente, son muy imbricadas, perennes y lanceoladas, con una base ancha. Las hojas de la araucaria pueden medir de 3 a 4 centímetros de largo y de 1,5 a 2 centímetros de ancho. Destacan por su color verde oscuro y lustroso, dispuestas en el tallo de manera helicoidal, cubriéndolo completamente.
La araucaria posee flores masculinas que son conos cilíndricos ubicados en la terminación de las ramas. Su color es castaño oscuro, miden 12 centímetros de largo y unos 5 centímetros de diámetro. Presentan escamas punzantes, imbricadas, que liberan el polen al abrirse. Las femeninas, por su parte, son conos esféricos de color verde, más llamativos que los masculinos, miden de 15 a 20 centímetros de diámetro y están compuestos por numerosas escamas coriáceas y punzantes. Estas flores se localizan en los extremos de las ramas nuevas.
Reproducción de la Araucaria
La araucaria cuenta con un sistema de polinización del tipo anemófila, es decir, se realiza con la intervención del viento. Tras el proceso de fertilización que ocurre en enero, el cono comienza a endurecerse y, después de 18 meses, se abre, dejando caer las semillas. Este ciclo reproductivo dura aproximadamente 2 años.
La diseminación de las semillas se produce gracias a varios factores. Por un lado, la gravedad provoca que la mayor parte de las semillas caigan en el área de la copa del árbol. Después, intervienen agentes encargados de dispersar las semillas, como aves y roedores, que alejan las semillas del tronco del árbol madre.
Es a partir de los 25 años de edad que este árbol comienza a fructificar, aunque en algunos casos se ha observado fructificación precoz. Cuando el árbol tiene alrededor de 40 años, comienza a exhibir una floración más abundante. La araucaria es un árbol de crecimiento lento y gran longevidad, con ejemplares que superan los mil años de edad.
Importancia Ecológica y Conservación
La araucaria desempeña un papel crucial en su ecosistema. Sus bosques actúan como hábitats para numerosas especies de flora y fauna, algunas de las cuales son endémicas. Además, estos bosques ayudan a regular el clima local y a mantener la calidad del suelo al evitar la erosión. En las zonas cordilleranas, los bosques de araucaria constituyen un atractivo turístico y se consideran zonas protegidas debido a su importancia ecológica.
Con los cambios climáticos y la deforestación, algunas especies de araucaria están en peligro. Es vital implementar estrategias de conservación que incluyan la protección de su hábitat natural y la reforestación con especies nativas. La colaboración internacional es crucial para garantizar que estos árboles sigan siendo una parte integral de la biodiversidad del hemisferio sur.
Usos de la Araucaria
La madera de la araucaria es muy apreciada debido a su duramen de color amarillo ocre, bastante homogéneo y lustroso. Es considerada una madera semipesada, con una densidad de 670 kg/m3, lo que le proporciona una importante resistencia mecánica.
La araucaria ha desarrollado una capacidad notable de resistencia a la actividad volcánica en su hábitat, gracias a la baja inflamabilidad de su corteza. Provee una madera de excelente calidad, apreciada en la construcción y carpintería en general. Sus principales usos están en la industria de tableros para la fabricación de chapas, contrachapados y tableros. También se utiliza en la construcción de viviendas, pisos, revestimientos, techos, pilares, ventanas y escaleras. En carpintería, es empleada en embalajes, cajones, envases y muebles. La pulpa para la elaboración del papel, a partir de la madera de araucaria, es muy requerida por su gran calidad, especialmente en la elaboración de cartones.
Los piñones de este árbol constituyeron, en la antigüedad, una importante fuente de alimentos para las culturas que habitaban las tierras del sur argentino y chileno, como los pehuenches. Con un importante aporte de hidratos de carbono, los frutos de la araucaria se convirtieron en un gran aporte energético para los pueblos originarios.
Su forma piramidal, que deja ver una importante simetría, la ha convertido en un árbol ornamental muy utilizado, jerarquizando parques, paseos y jardines. En las zonas cordilleranas, los bosques de araucaria constituyen un atractivo turístico y se consideran zonas protegidas.
Apio
El apio es un vegetal distintivo, conocido por sus tallos estriados de color verde que forman una penca gruesa con hojas acuñadas. Pertenece a la familia de las Apiáceas o Umbelíferas. Su nombre científico es Apium graveolens, y su origen se encuentra en la región mediterránea.
Aunque la planta tiene un sabor fuerte y agrio de manera natural, el blanqueo de sus tallos mejora su sabor, haciéndolo más dulce y aromático, lo que lo convierte en un ingrediente ideal para sopas y ensaladas.
Variedades y características del apio
Existen aproximadamente 15 variedades botánicas de apio, aunque el más común es el apio verde (Apium graveolens), caracterizado por su raíz bulbosa de color verde. Por otro lado, el apionabo, también conocido como rábano o apionabo, se cultiva principalmente por sus hojas y pencas. La raíz del apionabo es esférica y gruesa, midiendo entre 10 y 20 centímetros de diámetro, con una corteza marrón y carne blanca amarillenta, dulce y perfumada.
El apionabo es muy popular en Europa, con variedades como Bola de nieve, Prinz, Gigante de Praga, Diamant, entre otras. Del apio verde destacan variedades como D´Elne, Pascal, Repager R., Florida y Utah.
Sobre el tamaño del apio
Las pencas de apio pueden alcanzar entre 30 y 60 centímetros de longitud al completar su crecimiento. Sin embargo, las que se comercializan suelen medir entre 25 y 30 centímetros. Durante la recolección, las piezas pueden pesar entre 400 y 900 gramos, pero el peso ideal es de 460 a 700 gramos, debido a la pérdida de peso durante el proceso de corte, limpieza, y empaque.
Condiciones ideales para el cultivo del apio
El apio se planta durante dos períodos principales: invierno y primavera, lo que permite su disponibilidad casi todo el año, siendo más común en otoño e invierno. La siembra ideal se realiza al inicio de la primavera en almácigos o huertos ecológicos, con una cosecha que tarda aproximadamente cinco meses.
Es fundamental sembrar el apio en suelos profundos, húmedos y fértiles, evitando charcos para prevenir el deterioro de las raíces. Se recomienda enriquecer el suelo con estiércol o compost maduro. Aunque el apio tolera suelos ligeramente ácidos, no es necesario agregar cal.
Enfermedades comunes del apio
El apio es susceptible a diversas enfermedades que pueden afectar tanto su apariencia como su sabor. La septoria apícola es una de las más comunes, causando manchas amarillas en las hojas que, eventualmente, mueren. Además, hongos como el foma de cuello y la esclerotinia también pueden dañarlo.
Beneficios, propiedades y conservación del apio
El apio es una fuente rica de vitaminas, fibra dietética y minerales. Se le reconoce como un excelente diurético debido a su alto contenido de agua. Sus hojas contienen aceites esenciales como apiol, limoneno y psoralenos, y minerales como sodio, potasio, calcio, magnesio y zinc que favorecen la actividad muscular y el impulso nervioso.
Al comprar apio, se debe elegir aquel que tenga un aspecto brillante, con tallos gruesos, firmes y crujientes, y hojas verdes y frescas. Para una mejor conservación, se pueden sumergir los tallos en agua o envolverlos en papel húmedo antes de refrigerarlos. También es posible congelarlo, tras escaldarlo durante tres minutos.
El apio puede consumirse fresco, conservado en agua y sal o vinagre, e incluso deshidratado, adaptándose a diversas preparaciones culinarias.
Laurel
En la Antigua Roma, los emperadores lucían una corona confeccionada con ramas de laurel, símbolo del triunfo y las campañas victoriosas. El laurel, conocido científicamente como Laurus nobilis, es un árbol originario de las regiones del Mediterráneo. Hoy en día, su presencia es común en la cocina y en usos medicinales, siendo apreciado por sus múltiples propiedades.
El laurel es un árbol dioico, lo que significa que existen ejemplares masculinos y femeninos. De hojas perennes, puede alcanzar entre 5 y 10 metros de altura, con un tronco recto y corteza gris. Sus hojas son azuladas, dispuestas de manera alterna en las ramas, y presentan una forma lanceolada u oblonga. Son aromáticas, y ocasionalmente tienen bordes ondulados. Las hojas miden de 3 a 9 centímetros de largo, con un pecíolo corto, y su color verde lustroso en el haz se torna más pálido en el envés.
Flores y Frutos del Laurel
Las flores del laurel se organizan en umbelas sésiles, con 4-6 flores de pétalos amarillentos que florecen en marzo y abril. Las flores masculinas tienen de 8 a 12 estambres y dos nectarios opuestos, mientras que las femeninas poseen estaminodios y un ovario subsésil. El fruto es una baya de forma ovoide que adquiere un color negro en su madurez, a principios de otoño. Cada baya contiene una semilla, madura a principios de otoño y es utilizada en diferentes aplicaciones.
Usos y propiedades del laurel
Las hojas de laurel son un condimento esencial en la gastronomía europea y su uso se ha extendido globalmente. En la cocina mediterránea, el laurel es un ingrediente casi omnipresente. En América del Norte y Centroamérica, especialmente en México, se le conoce como Laurel de Castilla. Se utiliza en sopas, guisos, estofados, carnes, pescados, mariscos y vegetales, a menudo en forma de bouquets que se retiran antes de servir. Comercialmente, se puede encontrar triturado o molido.
El laurel tiene un amplio uso medicinal. Actúa como tónico estomacal, estimulando el apetito y facilitando la digestión. También posee propiedades carminativas y colagogas. Del fruto se extrae un aceite esencial conocido como manteca de laurel, utilizado en el tratamiento de inflamaciones articulares y pediculosis. Sin embargo, es importante que su uso sea supervisado por profesionales, ya que en exceso puede ser tóxico.
La madera del laurel, apreciada por su dureza, se emplea en trabajos que requieren soporte fuerte, como vigas o empalizadas.
Cultivo del laurel
El laurel prefiere climas cálidos o templados y no tolera heladas. Las áreas frescas y húmedas son ideales para su crecimiento. Requiere suelos bien abonados y con buen drenaje, aunque puede tolerar cierta sequedad. Es adecuado para ser plantado en suelos con pendientes.
La reproducción del laurel mediante esquejes es un método eficaz. Los esquejes deben cortarse en primavera para enraizar en verano. Se recomienda mantener los árboles jóvenes en macetas durante el primer año de vida. Se obtienen esquejes de 15 cm de largo de ramas jóvenes de árboles maduros y sanos. Estos se plantan en macetas con condiciones óptimas de humedad y luz. Una vez enraizados, el riego debe ser moderado para evitar encharcamientos y pudrición de raíces.
El laurel no solo es un árbol ornamental excelente, sino que también permite disponer de sus hojas durante todo el año para dar sabor y aroma a una variedad de platos.